MI NECESIDAD DE TI No.7️⃣ /SERIE HOMBRES DE LA SIERRA

CAPÍTULO 14 CITA FALLIDA

Justin se sentía contrariado, nunca había puesto en duda el acudir al llamado de sus amigos, y ciertamente no los defraudó cuando pidieron su ayuda, pero por primera vez en su vida deseó no tener que hacerlo.

Una vez más dejaba a Gloria plantada, aunque la vez anterior no había alcanzado a hacerle la invitación a cenar que el deseaba, cuando fueron al hospital con aquella madre y su hijo maltratados, sin embargo, ahora sí lo había hecho, pero pudo más su lealtad, después de todo si algo tenía era tiempo para compensarla a ella después.

Gustavo y Roberth volvían a requerir de su ayuda, al parecer la misma chica que había atendido tiempo atrás junto con Gloria, la cual había sido secuestrada, había vuelto a ser secuestrada y no sólo eso, Los hermanos Moran, también estaban en peligro, Roberth y su gente estaban planeando una incursión a la sierra y necesitarían de sus servicios, así que con dolor de su corazón le fue necesario cancelar su cita con Gloria. No sabía cuánto tiempo estaría fuera, es más, ni siquiera sabía si regresaría, en esos casos nunca se sabía.

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Gloria esperaba ansiosa en las oficinas del hospital, Justin la había citado el día anterior para hacer los trámites y poder reivindicarla en su puesto, sin embargo no había llegado, por el contrario, había dejado órdenes con respecto a ella.

Desde el momento de su llegada, había notado el cambio en el trato hacia su persona, se habían acercado a ella varias personas preguntando si estaba siendo bien atendida, la recepcionista la había hecho pasar de inmediato a una oficina, le ofreció algo de beber y preguntó si estaba bien.

Espero unos minutos y luego le informaron que el doctor Justin se dusculpaba con ella, le había surgido un imprevisto y no se presentaría, pero que iniciarían los trámites para que empezara a trabajar cuanto antes.

Ella se sintió defraudada, sin duda estaba feliz por el trabajo y sorprendida por el trato que se le daba pero hubiese preferido verlo a él en persona, aunque pensándolo bien se sentía maravilloso que la tomarán en cuenta, que la tratarán bien, que la atendieran y no la dejaran esperando ignorándola como si no existiese, como hacían con regularidad, dejándola casi siempre para el último, menospreciando sus capacidades. De verdad se sentía bien por una vez en la vida ser tratada como si fuera lo máximo y eso se lo debía a él y estaba segura de que solo por esta ocasión, así que lo disfrutó.

Le hubiese gustado que él en persona le hubiera, informado que no se presentaría, y no a través de su secretaria. Después de todo era él quien le había pedido presentarse ahí, pero seguramente le había surgido algo muy importante, era médico y eso debía de ser habitual.

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Era tarde Gloria se hallaba sentada en la banca de un parque mirando a la nada, sus pensamientos volaban a través de la distancia y solo había, alguien en su mente. Su eterno amor platónico,

Se preguntaba porque la había dejado plantada de nuevo, aunque la primera vez en el hospital no contaba, no le había hecho ninguna invitación, solo lo había ayudado con sus pacientes y aunque parecía que de ahí se irían juntos, el se tuvo que marchar, sin embargo, hoy si le había hecho la invitación a tomar un café y así como no se había presentado en la mañana, tampoco se había comunicado para ponerse de acuerdo para su cita, o cuando menos cancelarla.

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Justin insistió por enésima vez en hacer la llanada. Desde temprano lo había intentado, pero ahora estaba seguro de que Gloria era de esas personas que no contestaban llamadas de números desconocidos.

Maldijo con frustración, había perdido la cuenta de cuantas veces lo había intentado durante el día, no solo del teléfono de Roberth si no de cualquiera que quisiera prestarle el suyo, se preguntó cómo es que hacía esa gente para mantenerse comunicada, cuando la gente común como el apenas salían fuera y ya la cobertura de su celular se perdía. Algún día les pediría que lo incluyeran en su red de comunicación.

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El celular de Gloria volvió a sonar, se vio tentada a apagarlo, en ese día en especial, desde temprano la habían estado molestando, eran números desconocidos, ella jamás los contestaba, en primer lugar porque no había nadie que pudiera llamarle, no tenía amigos, no tenía vida social, y los únicos que le llamaban eran sus tíos y sólo cuando necesitaban algo, y en segundo lugar porque sin lugar a duda eran compañías ofreciéndole algún servicio que ella no quería o de alguna compañía telefónica intentando convencerla de cambiar de línea.

_ ¡Diga! - contestó por fin. _quizás si les respondía la dejaran de molestar, pronto regresaría a su casa y no quería que sus tíos se  molestaran con las constantes llamadas, luego desearían saber quien le marcaba con tanta insistencia o se molestarían por oír tanto ruido como decían ellos.

_ ¡Gloria! - se escuchó la voz aliviada de Justin del otro lado de la línea. _¡por fin contestas!

_¿Doctor? - solo atino a decir sorprendida.

_ He estado tratando de llamarte desde temprano. - dijo. _ necesitaba disculparme e informarte que salí fuera y nuestros planes se van a tener que postergar, si es que aun quieres acompañarme, ya no a tomar un café, sería a cenar.

_Pero... - iba a protestar.

_ De alguna forma tengo que compensarte - dijo. _dime que aceptas antes de que se corte la comunicación, en donde estoy es muy mala y me temo que no podré volver a marcarte, ha sido una odisea poder hacerlo.

_ Discúlpame. - dijo ella apenada. _pensé que me querían vender algo. _no conozco esos números.

_ Lo sé, comprendo. - dijo el. _la comunicación es casi imposible desde aquí. Así que aprovecha y dame tu respuesta. - sonrió.

_ Esta bien. - dijo ella alegre. Cuando esté de regreso nos pondremos de acuerdo.

_ Prometo no volver a fallarte. - dijo el. _tengo que colgar ya. Cuídate mucho - dijo serio. Hubiera querido decir tantas cosas más pero ya le era imposible. _ Espero verte pronto.

_ Yo también. - atinó a decir ella, cuando la llamada se cortó.

Estaba feliz, él había intentado contactarla. No se había olvidado de ella y tenía otra cita en puerta. Ahora si, regresaría a su casa, nadie podría arrebatarle la alegría que llevaba dentro.