Ante ella se hallaba una mujer, era hermosa y espectacular, Lucía impecable, con ropa a la última moda, sumamente elegante.
Gloria notó que no estaba sorprendida de verla ahí, era como si esperara encontrarse con ella.
_ ¿Quien es usted y que hace aquí? - interrogó.
_ ¿No te lo dijo Justin? - la miró de arriba a abajo. _ soy Charlotte, su prometida. Pensé que te avisaría, me prometió que para cuando yo llegara tu ya no estarías. - dijo entrando al interior como si fuera su hogar y ella no estuviera ahí.
Sin ningún recato se dirigió hacia la habitación de Justin y dejó ahí su maleta.
_ No puede quedarse aquí. - protesto ella saliendo de su estupor y reaccionando a la intrepidez de la mujer.
_ Que parte de que Justin me envió aquí no entiendes. - la miró como si ella estuviera tonta y no entendiera.
_ la que no debería de estar aquí eres tú. Yo vengo de estar con él en Londres, me pidió que me quedara en el departamento con la esperanza de que cuando él llegue tu ya no estés aquí, quiere evitarse la molestia de echarte él mismo._Pero... - iba a protestar confundida.
_ No te habrás hecho ilusiones con el. - dijo burlona, Justin no sabe amar, nunca está con una mujer por mucho tiempo, unas van y otras vienen, tu no eres la excepción. Yo soy la única constante en su vida, tan constante que antes de ti se comprometió conmigo. - le mostró su mano luciendo un hermoso y ostentoso anillo de compromiso. _no se que le pasó contigo, fuiste un capricho del que ya se cansó y no tiene los suficientes pantalones como para decírtelo personalmente, por eso me envió por delante.
_ Mientes. - atinó a decir. Estaba aturdida y sorprendida, ella se veía tan segura de sí misma, no parecía que estuviera mintiendo. Además, había entrado, ¿como es que tenía acceso al lugar? Algo de verdad tenía que estar diciendo, Justin era muy estricto con las medidas de seguridad.
_ Si estuviera mintiendo. - sonrió con malicia, ¿Cómo crees que hubiera llegado hasta aquí? y sobre todo ¿cómo hubiera logrado entrar si él no me hubiera facilitado las claves de acceso?, así que si tienes un poco de dignidad, toma tus cosas y sal ahora mismo de aquí.
Gloria miró como la mujer se dirigía hacia su habitación, sacaba una maleta y empezaba a sacar sus pocas pertenencias y las aventaba al interior.
_ ¡Vamos! ¡Muévete! - la apuró con impaciencia.
Gloria solo miraba intentando marcar el número de Justin, pero éste solo daba al buzón.
_ Ni siquiera intentes llamarlo, apagó su celular para evitar hablar contigo.
Ella no lo podía creer, el no le haría esto, aun si fuera verdad y ya se hubiese cansado de ella, o se hubiera dado cuenta de que se había equivocado y no la quería como pensaba, se lo hubiera dicho, estaba segura. El no era ningún cobarde y tampoco era un patán, pero entonces ¿porque no contestaba? ¿De verdad se estaba ocultando de ella?
Con lágrimas en los ojos tomó su bolso, dio la media vuelta sin mirar a la mujer y salió de prisa. No podía y no quería estar al lado de ella, sintiendo su actitud de suficiencia y su rostro burlón.
Salió a la calle y tomó un taxi, no sabía que hacer, ni a donde ir, podía regresar a la clínica, pero si esa mujer tenía razón tampoco ahí podría regresar, no después de haber sido desechada por él.
Le pidió al chófer que la dejara en un parque, ahí deambuló por horas, intentando inútilmente de contactar con Justin, por fin cuando empezaba a caer la noche desistió, no regresaría al departamento, tampoco al hospital, detuvo otro taxi y le dio la dirección.
Desde que salió aquella tarde de la casa de sus tíos, rumbo a Londres, al lado de aquellas dos mujeres, no había regresado, Justin no se lo había permitido y ahora estaba ahí parada delante de ella, indecisa de entrar o no entrar.
Por fin lo decidió, no tenía otra opción. El interior estaba sucio y polvoriento, empezaba a oscurecer y apenas podía ver, el lugar se veía tenebroso, un escalofrío recorrió su cuerpo cuando miró el sofá en donde le habían dicho que sus tíos habían muerto, el lugar había sido saqueado por los vándalos faltaba casi todo, aunque quedaban algunos muebles, más que nada cosas grandes que eran difíciles de esconder o transportar como la mesa, el sofá, las camas y un que otro mueble, incluso las sillas habían desaparecido, su recamara no había sido la excepción, pero al menos su cama estaba intacta, con mucho polvo pero sacudiéndolo se podía usar.
Abatida se recostó sobre ella no tenía nada que hacer, había comprobado que no había luz, ni agua, mañana pensaría que hacer, ahora por lo menos tenía un techo bajo el cual dormir, iba a hacer un último intento para contactar a Justin, pero su celular se había quedado sin batería. Agotada cerró sus ojos, intentaría dormir, era lo único que le quedaba, aunque el nudo que sentía en la garganta y las lágrimas que resbalaban por sus mejillas no se lo permitirían.
*****
Era de madrugada Justin miró consternado la escena. Aunque estaba dormida suspiraba constantemente, señal de que había llorado probablemente hasta que el sueño la venció. Su intención era tomarla y llevársela de ahí, pero luego recapacitó, afuera se estaba desatando ya una fuerte tormenta, ese lugar no era seguro, pero sacarla en esas condiciones tampoco lo era.Se dio cuenta de que los vidrios de todas las ventanas estaban rotos, el aire hacia que la lluvia entrara a la casa y el no podía hacer nada, solo se aseguró de que ésta no alcanzara la cama donde ella dormía, de pronto una serie de relámpagos se escucharon, Gloria se estremeció en su lugar. El se acercó, se recostó en la cama y la abrazó, ella se removió y se quedó tranquila, como si supiera que ya todo estaba bien.
****
Charlotte, estaba fascinada. Había resultado demasiado fácil deshacerse de esa arribista, se notaba a leguas que era una mujer sin clase, no entendía a Justin por qué se había fijado en ella, pero eso ya no importaba, cuando el llegara ella ya no estaría y Justin se daría cuenta de que ella seguía siendo su mejor opción, lo había sido en el pasado, era la única a la que había permitido estar en su departamento, jamás había llevado a nadie más, hasta ahora, pero ni aún a esa le había permitido quedarse en su recamara, aunque a ella tampoco, ese lugar era, sagrado para él, sin embargo esa mujer no lo sabía y ella le había hecho creer que ese era su lugar, al lado de él. Cuando llegara quizás, se enojara un poco, pero ella se encargaría de contentarlo. Siempre lo hacía. Aunque ahora era diferente la última vez que estuvieron juntos, ella lo había dejado a él, había pensado que había atrapado a un hombre más importante y más rico que Justin y se había dado cuenta de que le había mentido y que en realidad era un don nadie buscando a una, mujer rica, que lo mantuviera, por algún tiempo había vagado de aquí para allá, con uno y con otro buscando quien la mantuviera a ella, , pero hacía unos días se había encontrado con Justin en Londres y de inmediato lo había abordado, el se había resistido, pero luego ideó un plan, el no la rechazaría por mucho tiempo, menos teniéndola en su departamento, lo conocía, tenía un corazón bueno y no se atrevería a echarla si ella no tenía a donde ir. Lo bueno de conocerlo era que sus suposiciones habían resultado ciertas, al presentarse en el edificio no tuvo problemas porque el portero la conocía así que le permitió subir y ya arriba el guardia de seguridad, uno de los hombres de confianza de Justin que tenía acceso a las claves de entrada le había permitido pasar, no es que ella las tuviera como había hecho creer a esa mujer, la ventaja era que Justin era tan caballero que nunca hablaba mal de nadie ni exponía las miserias de los demás, y como supuso su gente no sabía en que términos habían quedado y así como antes la dejaban entrar y salir, ahora lo habían hecho pensando que la amistad entre ellos continuaba.
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MI NECESIDAD DE TI No.7️⃣ /SERIE HOMBRES DE LA SIERRA
RomantizmJustin estaba sorprendido, ¿ella era la misma chica que lo había dejado impresionado en aquella ocación?, claro se dio cuenta de que desde entonces se le daba bien tomar lo que no era, suyo. La observo una vez más haciendo su trabajo y una sonrisa s...