Capitulo 16

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--¿Ucrania?--No consiguió una respuesta, así que supuso que el europeo se había dormido, ya iban tres rondas en lo que iba en esa tarde, era de noche y seguramente el mayor se quedaría a dormir, o eso espera.

Se dio la media-vuelta para ver a el pelinegro dormir pero se encontró con que seguía despierto, mirando al techo, en silencio, concentrado en algo más que lo que veía, estaba pensando.

--¿Está interesante el techo?-- Le tocó la mano, tomándola y entrelazando los dedos para llamar su atención, cosa que consiguió al instante.

--¿Que?

--¿Estás bien? Te moriste unos minutos--El ucraniano al parecer no se dio cuenta de que tenían las manos entrelazadas, así que no se apartó. 

--Estoy bien.

Se quedaron en silencio unos minutos de nuevo, con Ucrania en un silencio pensativo, queriendo saber como decirle que no al hermoso argentino, y Argentina mirando perdidamente el rostro pálido de el mayor. 

¿Por que no lo besa? Es capaz de hacerle de todo pero sin siquiera acercarse a sus labios, lo necesita, necesita aunque sea un pequeño beso, un misero pico.

Se removió un poco, acomodándose para poder subirse sobre el mayor y abrazarlo, aunque claro que el pelinegro no le correspondió, sólo lo dejó hacer lo que quiera, no le importan mucho sus acciones ahora. 

Lentamente se acercó, rozando sus narices, esperando que Ucrania no lo aparte, claro que no lo hizo, estaba lo suficientemente perdido en su cabeza como para prestarle atención a las acciones de el latino.

Pero un pequeño pico lo conectó con la realidad.

Se miraron a los ojos ¿Que acaba de pasar? 

Otro pequeño pico.

--¿Que haces?

No se aparta, se deja besar.

--¿Por que no me habías besado?

Otro beso más.

Uno más largo.

Uno correspondido.

Cientos más.

Pasaron varias horas de la noche dándose los besos que se debían pero sin llegar a nada más, sólo besos largos y profundos, caricias que iban sólo un poco más allá. Pero los que gobernaban la situación eran sus labios que no se conocían anteriormente.

Pero de igual manera no le pudo responder la última pregunta que hizo.

¿Por que no lo había besado?

Por una simple razón.

Tiene miedo.

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