Capitulo 22

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--Maldita sea.

¿Cómo habían terminado en el baño de su casa haciéndolo sobre el inodoro? Pues es algo que el mayor no sabe muy bien, se había levantado para ir a orinar y había terminado cogiéndose al amigo de su hermano. Vaya.

¿Y si en serio le gustaba Argentina?

No, no. ¿Por que piensa en eso ahora?

Es decir, es lindo, hermoso, pero además de eso no había nada que le pudiera gustar de el americano. Más bien, no hay nada que le guste.

¿Verdad? 

No le puede gustar alguien que ha estado con un maestro, nunca. O eso es lo que se repite cada vez que se plantea el que le guste Argentina. 

Sus pensamientos se dispersaron cuando el argentino se empezó a arreglar la ropa, moviéndose un poco extraño por los temblores en su cuerpo y un pequeño dolor en su cadera.

Según las palabras que el latino le había dicho una vez, nunca había tenido sexo en esa posición. Aún recuerda lo sonrojado  que estaba cuando escuchó eso, y lo rápido que se fue.

Debía dejar de pensar en eso.

Debía dejar de pensar en Argentina.


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