Capítulo 33

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Los dos estaban acostados en la cama del argentino, tranquilos, intentando dormir, o al menos eso hacía Ucrania antes de que el latino se sentara en la cama, moviendo la misma.

--¿Podemos hablar?--Le tomó el hombro suavemente, haciendo al ucraniano suspirar, pero sin embargo no contestó. Argentina hizo una mueca y acarició su levemente marcado brazo, intentando llamar su atención--Amor, sé que estás despierto.

--¿Que quieres?--Se dio la vuelta con algo de enfado, sabiendo que si no lo hacía no podría dormir. Además de que le causaba molestia que Argentina le llamara así.

--Hablar.

--¿De qué?

--De nosotros--Ucrania rodó los ojos e intentó darse la vuelta nuevamente, pero Argentina se le subió encima para evitarlo, quedando sobre la pelvis de Ucrania. Cosa que incomodó al europeo ya que ambos estaban desnudos. Estaban ocupados antes de ir a dormir.--Es en serio.

--¿Que pasa con eso?

--¿Vos queres estar conmigo?

Ucrania frunció el ceño al escuchar eso, sentándose aún con el cuerpo de su novio encima, ahora en sus piernas.

--¿Por que lo estaría si no quisiera estarlo?

--No lo sé, por eso te pregunto.

Se quedaron en silencio unos minutos, mirándose a la cara.

Un momento...

--¿Que te dijo Bielorrusia?

--¿Que tiene que ver Bielo? No me dijo nada.

--¿De dónde sacas tus ideas entonces?

--De tu actitud conmigo--Se acomodó mejor en las piernas del mayor, abrazando a este por los hombros--¿Yo te gusto, Ucrania?

El nombrado quedó en silencio, esperando que una idea perfecta se asomara por su cabeza. Lo besó suavemente, ya que fue todo lo que se le ocurrió. Pero una mano apartó su rostro con delicadeza, acariciando su mejilla en cuanto se separó.

--Necesito una respuesta en serio.

--No lo sé.

La respiración de Argentina se aceleró por unos segundos, al mismo tiempo que se le cortó un poco. Cosa que no lo  sorprendió tanto como las lágrimas que se empezaron a asomar por los ojos del menor.

Ucrania estaba a punto de hablar, aunque sin saber que decir en realidad, cuando la misma voz de el rubio lo interrumpió.

--¿Qué sentís cuando me subo arriba tuyo, o cuando te beso...--Tomó su cara esta vez con las dos manos, acunándola. Ucrania lo único que podía pensar es que quería que Argentina parara de llorar--...O cuando tenemos sexo?

--Excitación--Dijo algo ruborizado el ucraniano, concentrado en los ojos de el menor

--Bueno, si. Pero además...--Se acercó un poco a su cara, chocando las narices, sintiendo la respiración calmada del contrario--...¿Cómo te sentís cuando te abrazo o te acaricio?

--Raro, como...--Se desconcentró un momento antes de continuar, todo gracias a la mirada llorona de Argentina, quien no paraba de lagrimear. Debía ser sincero--...como si no quisiera que pararas...

--Continúa...

--...Quiero que no pares y pensar que soy el único que podría sentir eso me emociona.

--¿Te gusta?

--Me gusta.

--¿Te gusto yo?

Ucrania volvió a besarlo, aunque esta vez no por evadir la pregunta, sino porque no ae aguantó.

--Eso creo.

Y Argentina sonrió satisfecho.

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