Apenas entró al colegio se dirigió al predio de educación física, casi corriendo ya que estaba llegando tarde. Más de media hora tarde.
Entró al predio con cierto miedo de que el profesor lo regañara, era un tanto humillante.
Aunque el profesor no estaba allí.
De hecho, nadie estaba allí además de Argentina y tres de sus amigos, los cuales voltearon asustados al escuchar la puerta abriéndose.
Se quedaron en silencio todos unos momentos, procesándose mutuamente.--¿Que haces aquí?--Preguntó el mexicano.
--¿Y el profesor?
Los cuatro americanos rieron levemente ante la pregunta, fastidiando al ucraniano ¿Qué era tan gracioso?
--Hoy el profesor de gimnasia no venía, por eso nadie vino...--Continuó explicando un chico que no conocía, pequeño y moreno--...Nadie queda a cargo de este salón, así que nosotros lo...--Hizo una pequeña pausa cómica antes de hablar--...pedimos prestado--Todos ellos rieron ante lo último, confundiendo a Ucrania que no entendía para nada de que hablaban--Nadie nos molesta mientras no hagamos mucho ruido.
Confundido los miró a los cinco, Argentina, México y los demás que no tenía idea de quienes eran. Aunque tampoco era como si le importara. En las manos tenían botellas de jugo, aunque era obvio que no era eso lo que había dentro.
Se dio la vuelta dispuesto a irse, aunque la voz del mexicano lo detuvo nuevamente--No te dejaran salir, ahora eres prisionero hasta que termine la hora.
Bufó suavemente ante eso, tenía razón. No pudo hacer nada más que acercarse a las gradas para sentarse, aunque no había muchas así que si o si quedaría cerca de los alcoholizados latinos.
Los americanos reían cada tanto de idioteces que Ucrania no entendía, aunque estaba más concentrado en intentar jugar un juego en su teléfono. Era un tanto incómodo ya que cada tanto se coqueteaban entre todos y creía haber visto de reojo como tres de ellos se besaban.
Todo continuaba así hasta que uno de los americanos se levantó para ir al baño mientras reía, diciéndole a los demás que lo acompañen, cosa que a Ucrania le parecía un poco raro, pero tampoco le importó demasiado.
--Me encantaría poder ir al baño contigo.
--Pero no se va a poder--Miró hacia ellos al escuchar la voz de Argentina que estaba declinando la propuesta del chico moreno que le había hablado al principio. Pero a pesar de negarse, estaban bastante cerca, el rubio sentado sobre las piernas del pelinegro mientras este le daba pequeños besitos en el cuello, Argentina se dio la vuelta para que queden cara a cara, chocando las respiraciones. El rubio no decía nada ante la cercanía de ambos, aunque si rió cuando sintió las manos del castaño empezando a acariciarle las piernas--¿Que haces, atrevido?
--¿No quieres venir con nosotros?--Interrumpió el mexicano al moreno, acariciando la cabeza de Argentina suavemente. El rubio le sonrió y se negó, recibiendo un besito en la nariz por parte del moreno, el cual se fue al baño junto al mexicano.
Una vez ambos quedaron solos, el argentino se le acercó, sin sonreír ni nada, parándose frente a él.
--Dile a tu hermano que es un desubicado, más le vale que me deje de joder porque para la próxima lo mando a la mierda-Y tal como vino se fue, yendo a sentarse a la otra punta de las gradas.
Maldito Rusia.
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Lo que deseas // UcrArg
Short Story--Sé lo que realmente deseas.--Susurró el argentino desde detrás de él, un siseo en el oído, provocando que este se estremezca, pero aún así sin apartarse.--Si sólo queres un poco más de confianza intenta dejar de ser un fraude, Dios griego-- Pero e...