¿Que un hombre y una mujer no pueden ser amigos? Bueno, mi vida puede ser una completa oposición a esa máxima.Es más, no solamente un amigo: mi mejor amigo. Es hombre, y no, no es homosexual. Es uno de los hombres más masculinos que conozco, con dec...
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Una vez más el primer pensamiento que tengo al abrir los ojos el de ese beso. No sé porque pero es lo primero que me invade la mente al despertar y a veces lo rememoro mientras pasa el día. Todo parecía tan surrealista. El recuerdo de sus labios junto a los míos, de su respiración contra mi rostro, y aun no logro descifrar porque carajos fue que decidí llevar hacia adelante el beso porque por más que trato de negarlo sé que fui yo quien dio paso a que se extendiera. Que ella correspondiera es otra cosa, pero si no hubiera sido por mí eso no hubiera sido más que un roce de labios y quizás la incomodidad que ambos sentimos no sería tan densa.
Ya hace tres días desde aquel día, y es el día en que aún no hemos hablado ni nos hemos escrito ¡ni nada! No he tenido noticias de ella y eso me lleva a preocuparme ya que lo que menos quiero es que nuestra amistad de prácticamente 20 años cambie de un día para otro por un simple beso. Bueno, no fue un simple beso, en realidad fue un gran beso… ¡Agh! ¿Pero que estoy pensando?
―Robert…
―¿Dime? ―dije a Susie quien me servía el café mientras mordía un poco de la galleta salada con mermelada de mora que tome del plato.
―¿Por qué no has vuelto a salir con Victoria? ―pregunto fijando su atención en mí. Mastique lentamente mientras pensaba en que decirle, trague saliva y tome un sorbo de café.
―Uhmm, bueno, no siempre tenemos tiempo para vernos… eso ya lo sabes ―respondí con indiferencia.
―Pero es que antes también se hablaban por teléfono o por mensajes, y estos días no te he visto hacerlo… ―agrego. Seguí masticando. Tenía razón. “Robert, tienes que hacer algo” mascullo mi subconsciente.
―Tienes razón Susie, ¡qué mal amigo soy! La llamare… ―resolví mientras me ponía de pie y caminaba hacia el teléfono, sentí como Susan me seguía.
―No Robert, yo no quería decir eso… está bien que se tomen un tiempo sin tener que saber todo del otro ―replico tratando de enmendar lo que había provocado. Sonreí y negué con la cabeza mientras marcaba el número.
―No cariño, tienes razón. ¡Vicky es mi mejor amiga! Tengo que saber todo de ella como siempre ha sido, ella me necesita ―concluí mientras escuchaba a Vicky del otro lado― ¡Vicky! ―salude eufórico mientras Susan bufaba y se iba de nuevo, por un segundo olvide porque no había vuelto a ver a Vicky, hasta que escuche su evidente sorpresa al escucharme.
―¿Robert? ―pregunto.
―Si Vicky, ¿Cómo has estado? ―pregunte intentando sonar casual.
―Bien Robert, …¿y tú? Pensé que estabas ocupado…
―Un poco, sí. Pero, ¿sabes? Preciso pensaba en ti ―dije sorprendido por las palabras que brotaron de mi boca sin querer. Separe el teléfono de mi odio y lo mire como un bicho raro. “Es la verdad” musito mi subconsciente.
―¿En serio? ―pregunto con cierta cautela en su voz pero también con algo de diversión.
―Bueno, si… digo siempre estábamos en contacto y me hace falta salir contigo a despejarme un rato ―apure a decir.
―Claro, claro… ―respondió entre risas y por un momento, sonreí al pensar que su risa con ese pequeño ronquito que caracteriza su voz eran de las cosas más atractivas que hallaba en ella.
―Entonces veámonos ―propuse sin dudarlo. Ella acepto y después de escoger el lugar, que resulto siendo el parque cerca de su casa, subí corriendo a arreglarme. De verdad esperaba que las cosas no hubieran cambiado.
***
Después de haber estacionado el auto fuera de la casa de Vicky y haber confirmado que en efecto ella ya no estaba en casa, camine las dos manzanas que separaban su casa de la pequeña plaza del vecindario donde había una cancha de baloncesto y un parquecito de juegos aledaño.
Llegue y observe a unos metros a Vicky quien fumaba un cigarro mientras con su cámara colgada al cuello observaba a los jovencitos que jugaban con un balón. Me detuve a un par de metros mientras la miraba sin que ella supiera de mi presencia. Acomodo un momento el cigarro en una esquina de sus labios y cogió la cámara para ponérsela al frente de sus ojos. Click. Por un momento, al ver su silueta contra la cerca de la cancha, recordé el beso. Click. Tomo un par de fotos para después tomar el cigarro en sus dedos y exhalar el humo por su nariz. Di un par de pasos hacia ella.
―¡Hey! ―salude. Ella giro y antes de cualquier cosa, con rapidez, puso la cámara ante sus ojos y un flash me cegó ―¿Qué fue eso?
―Eso, fue una foto casual ―respondió mientras recibía la fotografía que salía de la cámara. Reconocí entonces que se trataba de la cámara de su padre, aquella que le regalo la noche de su décimo cumpleaños y la noche en que descubrí en ella a mi más íntima amiga. Rio al observar la foto y me la paso.
―¿Y… como has estado? ―pregunte después de haber mirado la fotografía.
―Bien, sí. ―respondió rápidamente― Algo ocupada pero está bien…
―Qué bueno ―repuse tratando de adivinar sus pensamientos, pero me di por vencido rápidamente, aun no logro eso.
―¿Nos sentamos?
―Sí, porque no. ―cedi mientras nos acomodábamos en el frio suelo de cemento. Ella apago el cigarro y lanzo la colilla. Permanecimos unos minutos en silencio antes de que ella decidiera romperlo.
―¿Por qué llamaste hasta hoy? ―pregunto escrutándome con su azulada mirada.
―Bueno, ehmm… ―carraspee la garganta para ganar tiempo― Creo que, quizás pensé que necesitábamos un poco de claridad… ―dije algo inseguro.
―Ya. ¿Te refieres al beso? ―pregunto arqueando una ceja con diversión.
―Sí, me refiero a eso. Es que soy consciente de lo incomodo que resulto para ambos ese momento, y los minutos después de eso así que…
―Entiendo. ¿Y te funciono? Digo, ¿lo aclaraste?
―Bueno, creo que ya no me siento tan incómodo. Soltó una risa divertida.
―Tienes razón. Ya tampoco me siento incomoda, no como en ese momento ―aseguro mientras encendía otro cigarro, la reprobé con la mirada sin embargo se encogió de hombros y lanzo una bocarada de humo hacia mí.
―¿De verdad? ―pregunte para asegurarme. Asintió antes de fijar su mirada al frente, y siguió asintiendo unos segundos. ―Entonces ¿todo bien?
―Todo perfecto Robert ―respondió mirándome de nuevo― Es más, podemos hacer de cuenta que no sucedió nada, que ese beso nunca paso… ―propuso, y la verdad me sorprendió.
―¿De verdad? ―pregunte con evidente sorpresa.
―Sí, ¿Por qué no me crees? ―respondió mirándome― Robert, no creo que ninguno de los dos quiera que las cosas cambien después de eso, hemos logrado mantener una amistad muy valiosa y eso fue solo un beso ―repuso, y aunque quería que esto último sonara como algo banal, no lo logro― Siempre hemos estado el uno para el otro en los cosas serias y locas. Tú necesitabas una buena pantalla para pasar desapercibido y ese beso lo logro, solo fue eso, una pantalla… Hagamos como si no hubiera pasado, nunca paso. ―explico dejando de mirarme de nuevo para fijarse otra vez en el parque que había frente a nosotros, sin embargo, aunque en sus palabras había seguridad, algo en su expresión me decía que las cosas no eran así de simples.
O por lo menos no lo serian para mí.
************************************************ A alguien le quedo sonando el beso... New cap chicas! Ustedes creen que ellos puedan lograr que las cosas no cambien? Comenten chicas! *MyliHolmes*