¿Que un hombre y una mujer no pueden ser amigos? Bueno, mi vida puede ser una completa oposición a esa máxima.Es más, no solamente un amigo: mi mejor amigo. Es hombre, y no, no es homosexual. Es uno de los hombres más masculinos que conozco, con dec...
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Por primera vez en mi vida sabía que estaba luchando contra algo que me superaba.
Desde que tengo memoria he sido de aquellas personas que siempre hacen lo que sienten que deben hacer, lo que quieren hacer y no lo que se debe hacer. Y justamente hoy siento que hago todo lo que no quería hacer, y decidí actuar con sensatez por primera vez. La llamada de Robert me sorprendió bastante, pero doy gracias a Dios que haya sido una llamada y no un encuentro sorpresivo porque así me dio tiempo de asimilar la sorpresa y fingir. Le mentí diciéndole que había estado ocupada pero no fue así. Justo estos tres días después del beso han sido los más libres que he tenido en muchos años así que el recuerdo me ha atormentado de sobremanera, esa noche no pude dormir bien y al día siguiente intente hacer de todo para mantener mi cabeza despejada. Chloe se está adelantando en su empresa de todas las labores así que tampoco pude contar con ella para distraerme. Arregle todas las fotografías que aún tenía en casa y las entregue antes de la fecha límite, removí e hice aseo a toda la casa cambiando de lugar los muebles y demás cosas, saque la ropa que hace mucho no usaba y la done al ejército de salvación, lleve el auto a lavar y compre más ropa, y todo en un solo día. ¿Qué hice los otros dos? Remorderme la conciencia. No quería que las cosas cambiaran entre Robert y yo, nuestra amistad es muy importante y ese beso había logrado ponerme en tensión y por obvias razones ya que nunca había sentido algo parecido de lo que sentí cuando nuestros labios chocaron y dieron paso al beso, y eso me aterra. ¡Por Dios si está casado con Levin! Y además, nunca lo he visto más como mi amigo, mi apoyo, mi incondicional, mi confidente, mi seguridad, mi… mi… ¡mi todo!.
Cuando me llamo y me pidió vernos, entendí que las cosas habían sido más fáciles para él, o por lo menos eso parecía. Y hace unos momentos, que le alivio saber que estaba dispuesta a olvidar lo que había pasado, sentí una decepción que por fortuna no duro mucho. Me discipline ese sentimiento y lo reprimí con un cigarro. Creo que debo apegarme a lo que le dije y hacer todo lo posible por, si no olvidarlo, por lo menos relegar el beso y los efectos, para darle más importancia a la amistad que hemos mantenido durante dos décadas. Aspire por última vez el cigarro y lo apague contra el asfalto. Habían pasado casi cinco minutos después de la última palabra que alguno de los dos menciono, lo mire de reojo y estaba concentrado con la mirada hacia al frente, pensativo atinaría a decir. Fije mi vista también hacia al frente, al parquecito donde estaban algunos juegos y los columpios me hicieron volver de repente a mi infancia.
―Robert, ¿recuerdas aquel día que fuiste a cuidarme a casa después de la escuela y ya no tenías ningún juego nuevo que enseñarme? ―pregunte rompiendo el silencio.
―Sí, sí, claro que me acuerdo ―respondió mirándome con una sonrisa en las esquina de sus labios― Ese día casi me matas con tu aburrimiento y termine haciéndote un columpio en aquel árbol del jardín… ―agrego.
―Con una llanta y una cuerda que te quemo las manos ―recordé entre risas― Fue una buena idea ―musite más para mí que para el― ¿Sabías que aun esta en esa casa?
