CAPÍTULO 20

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ROBERTAl siguiente día el doctor Ryan nos había explicado todos los cuidados que Vicky debía tener durante al menos cuatro días

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ROBERT
Al siguiente día el doctor Ryan nos había explicado todos los cuidados que Vicky debía tener durante al menos cuatro días. Obviamente no debía fumar y debía evitar cualquier esfuerzo que involucre sus cuerdas vocales. Susie pasó un par de días por la ciudad antes de regresar a Canadá y la visito, fue algo incómodo, como siempre, pero Vicky se vio agradecida de su atención.

El resto de la semana había pasado tranquilo. Entre el cuidado de Vicky y el par de controles que tuvimos en el hospital los días se hicieron relativamente cortos de tal manera de que ya era sábado en la mañana, el día de la boda de Stuart.

Vicky y yo habíamos llegado anoche y por cuestiones de espacio nos correspondió de nuevo una habitación con una sola cama. No era la misma de la vez anterior pero también era amplia. Acababa de salir de la ducha y me asome a la ventana que daba directo al jardín donde los organizadores empezaban a acomodar las sillas y la decoración. Esta mañana cuando me desperté Vicky ya no estaba en la habitación, pero justo ahora la tenía en mi campo de visión viéndola moverse por entre las personas con su cámara. Baje y tome una manzana de la cocina ya atiborrada de la comida del banquete y me dirigí hacia donde la había visto.

―¡Robert! ―llamo Stuart― ¿Si descansaste?

―Sí, la habitación es muy cómoda ―respondí― ¿Y tú cómo te sientes? ¿Nervioso?

―Solo un poco, creo que ya me acostumbre a esto ―respondió riendo socarronamente.—Aunque si te confieso, creo que esta vez di con la indicada… ―agrego acercándose y susurrándolo a modo de secreto.

―Bueno, pues me da mucho gusto ―dije con sinceridad mientras respondía a la mano que se agito en forma de saludo por parte de Vicky.

―Si, a mi igual. ―repuso también mirando hacia ella― ¿Te puedo confesar algo Robert?

―Claro, Stuart.

―Si no fuera porque sé que estas casado, y porque conozco esa amistad que tienen Marivi y tú, diría que hacen una pareja maravillosa… ―dijo logrando que lo mirara con justa sorpresa― Si, si, dirás que estoy loco pero es como si entre ustedes hubiera algo, un tipo de conexión que  fácilmente podría ser amor. Pero como te digo, eso sería si no los conociera. ―añadió encogiéndose de hombros mientras caminaba hacia otro lado.

¡Vaya! No era la primera vez que me decían algo así. Cuando aún éramos jóvenes la gente creía que éramos pareja, y mis padres llegaron a pensar que terminaríamos casados. Pero luego de un tiempo ya la gente se acostumbró y hasta ahora nadie había mencionado nada así, sin embargo y a pesar de que ya lo había oído antes, en esta ocasión el comentario me afecto más de lo que había hecho y como si fuera poco el recuerdo del beso se plantó en mi cabeza. ¡Diablos, lo que me faltaba!

Los minutos pasaron y había llegado la hora de la boda. Hacia una hora había dejado a Vicky en la habitación para que se arreglara y aun no daba señales de vida. ‘Mujeres’, pensé.

EN LOS TIEMPOS DEL AMOR (ROBERT DOWNEY JR) (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora