¿Que un hombre y una mujer no pueden ser amigos? Bueno, mi vida puede ser una completa oposición a esa máxima.Es más, no solamente un amigo: mi mejor amigo. Es hombre, y no, no es homosexual. Es uno de los hombres más masculinos que conozco, con dec...
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Había ya pasado una semana desde que se había estrenado la película, lo que equivalía a que hacia también una semana había descubierto lo idiota que era Zack. Gracias a las sesiones fotográficas que he tenido durante esta semana y a las palabras de apoyo de Robert he logrado superar ese sabor amargo que me dejo el rompimiento y ya estoy mucho mejor. Desafortunadamente y como era de esperarse, con Robert solo nos hemos podido ver en una ocasión ya que los medios lo han atosigado todos los días.
Deje el auto frente a casa y camine por el sendero de entrada cuando me detuve de golpe. Algo inesperado se desarrollaba en el interior de la casa, salía música del interior y estaba segura de que no había dejado nada encendido, al menos todo lo segura que podía estar. Durante dos minutos estuve parada frente a la puerta sin decidirme a entrar, ¿y si llamaba primero a la policía?, pero ¿y si había dejado encendida la radio? Si no, había un bate detrás de la puerta así que…
Decidida a hacer frente a lo que fuera que me estuviera esperando en casa, saque las llaves del bolso y comprobé que no habían forzado la cerradura. Suspire aliviada, definitivamente había dejado la música puesta, era la única explicación con sentido, los ladrones no tenían llaves. Sin embargo, mi confianza se desvaneció cuando al entrar me vino un maravilloso olor a comida casera. ¡Vaya, ahora resultaba que los ladrones sí que tenían llaves y encima cocinaban! Iba a darme la vuelta y marcharme sin mirar atrás cuando una cara familiar y con delantal, salió de la cocina.
—¿Qué narices haces tú aquí? Tendrías que estar de crucero por Italia con tu marido —le espete a mi prima cuando por fin pude hablar.
—Me he separado —explicó Chloe tranquilamente.
—¿En tu luna de miel? ¿Estás loca?
—No estamos hechos el uno para el otro —comentó como si esa fuera la respuesta justa.
—¿En tu luna de miel? —volví a preguntar cada vez más alucinada con la tranquilidad de mi hermana.
—¿Quieres dejar de decir eso? Te repites mucho, Marivi —me regañó como si nada.
—Vale. Voy a intentarlo, pero no te prometo nada. ¿Sabes que probablemente tu matrimonio entre en el récord Guinness por ser el más corto de la historia? —le vaticine.
—Ni siquiera he conseguido eso, lo he mirado. El matrimonio más corto se lo llevó una tal Sara que tras casarse se fue de luna de miel con el mejor amigo de su marido —explicó con un deje de tristeza.
—¡Definitivamente estás loca!
—Casi prefiero lo de «¿en tu luna de miel?» — refunfuñó Chloe molesta por la crítica.
—Genial, porque tengo otra mucho mejor que te va a encantar, ¿lo sabe tía Carla?
—¡Cómo te pasas! —acuso con los ojos abiertos por la sorpresa ―Obvio no― respondió encogiéndose de hombros. La mire como dándole a entender que sabía el infierno que se vendría encima.