CAPÍTULO 21

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ROBERTAbrí los ojos y la habitación empezó a dar vueltas

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ROBERT
Abrí los ojos y la habitación empezó a dar vueltas. El whisky empezaba a hacer efecto, pero mínimo para lo que en realidad deseaba. ¿Por qué no me había desmayado ya? Me serví un poco más de whisky en el vaso y lo lleve a mis labios.  El  olor me dio náuseas.  Deje el  vaso sobre la mesa y empezó a recorrer sin parar la biblioteca, dando patadas a los trozos de cinta de envolver y de papel de regalo que encontraba a mi paso. ¡Estaba tan... enfadado!

Me tambalee mientras dejaba la botella en el mini bar, ya había sido suficiente aunque todo lo que había pasado requería de más inconciencia. Después de diez minutos de escuchar el llanto de Vicky decidí salir de la habitación para evitarme más remordimientos. Ella creía que yo estaba borracho al momento del beso pero no. Si, había bebido y quizás eso influyo en que la besara pero también era consciente y es por eso mismo que me siento mal. Si no hubiera sido ella quien hubiera detenido todo, yo no lo hubiera hecho y eso me parece muy irresponsable. Demasiado.
Me tire pesadamente sobre el sofá y caí de lado quedando medio recostado en el enorme mueble que gobernaba gran parte de la biblioteca de la casa colonial. Los novios se habían ido hacia horas y el resto de invitados ya seguro estaban en el quinto sueño pero yo no estaba y no iba a estar tranquilo después de eso.

Ese beso había sido mucho más íntimo que el anterior, mucho más pasional y mucho más enérgico que me asustaba en sobremanera. El primer beso había sido especial, no lo niego, dure pensando en el más de lo que debería pero había estado desplazándolo. Ahora, sabía que había sido de nuevo yo quien lo había provocado solo que no tenía una excusa valida. Me estremecí al recordar el cuerpo de Vicky junto al mío y la intensidad con que el beso nos había hecho llegar a la habitación. Entonces pensé en Susie.

―¡Diablos! Soy un estúpido, ¡¿cómo fui capaz?! ―me recrimine a mí mismo― Eso fue un grave error...

Un error, pensé.
Las cosas habían cambiado después del primero y a mí se me ocurrió arruinar todo con un segundo. ¡Y cuando las cosas ya estaban bien de nuevo! ¿O no? El llanto de Vicky volvió a retumbar en mis oídos. Confieso que nunca pensé que reaccionara de esa forma, pero también sabía que lo había hecho pensando que yo estaba tan borracho como una cuba para darme cuenta. Hubiera deseado que así fuera, ahora quizás no estaría tan intranquilo.
Vicky no llora, casi nunca lo ha hecho, eso ya lo saben. Lloro cuando murieron sus padres, lloro cuando se murió su perro, lloro cuando me vio tras las rejas hace unos años, lloro cuando el DJ le hizo la canallada y lloro hace unos días en el hospital. No ha llorado más. Bueno, no que yo sepa.
¿Porque lloraba entonces ahora? ¿Se arrepentía del beso?
Susan. ¡Susan! Me senté de golpe logrando que el estómago se me revolviera.

―Oh Dios mío! La besaste eres un idiota. Eres un…  ―gruñí al lastimarme un pie pateando el sofá― No. No voy a permitir que esto me arruine la vida ―sentencie como si hablara con alguien más― No se interpondrá entre Susie y yo…

***

El día me recibió con el dolor de cabeza que esperaba. Apenas había dormido un par de horas antes que una de las empleadas irrumpiera en la biblioteca para hacer la limpieza. Eran casi las 12 del mediodía.

EN LOS TIEMPOS DEL AMOR (ROBERT DOWNEY JR) (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora