CAPÍTULO 14

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EN LOS TIEMPOS DEL AMORCapítulo 14

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EN LOS TIEMPOS DEL AMOR
Capítulo 14

Me desperté con una tremenda sensación de bienestar. Sentí todos los músculos relajados y una exquisita ligereza en todos los miembros; hasta en los huesos me sentía restaurado.

Durante un rato, me mantuve acurrucado en aquel cálido útero bajo las mantas, dejando vagar la conciencia, incapaz siquiera de realizar el menor esfuerzo muscular para abrir los párpados.
Sentí una complaciente sonrisa en los labios según fui abriendo los ojos, gire la cabeza sobre la almohada para mirar al alrededor y estuve a punto de morirme del susto. Había alguien en la cama: una mujer con el pelo largo de un tono negro que me resultaba intensamente familiar.

Salte de la cama y me quede de pie sobre la alfombra que había al lado, rascándome la cabeza insistentemente. ¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? Mire por la habitación en busca de pruebas. La sofacama estaba vacía.  En el  suelo,  el  edredón con el  que  Vicky se  había tapado la  noche anterior estaba hecho un ovillo. La ropa de ambos estaba cuidadosamente doblada sobre sendas sillas. No veía ningún signo de... conducta inadecuada. Sorprendido ante tal pensamiento, me mire a mí mismo en dirección al suelo y comprobé que aún tenía el pijama puesto,  las dos piezas. De puntillas, fui al otro lado de la cama, temeroso de provocar cualquier crujido sobre el suelo, y me quede mirando el rostro de Vicky. Estaba profundamente dormida. Las sábanas le llegaban casi hasta la barbilla;  no podía ver lo que llevaba puesto.  Sin duda, me acordaría si... ¡¿Pero que estoy pensando?! Tampoco había bebido tanto whiskey...
La observo de nuevo y con qué  placidez  dormía.  Las  dos  medias  lunas  de  sus  pestañas  permanecían totalmente inmóviles,  tenía  los  labios  ligeramente  abiertos  y exhalaba  un suave  flujo  de  aliento, que en un segundo se vio seguido de un ruido algo extraño que al parecer provenía de sus pulmones.  Estaba tumbada de lado,  con una mejilla  hundida en la  almohada y la  otra ligeramente sonrojada y relajada. No pude  evitar sonreír al verla tan tranquila  y  desprevenida.  Como si  fuera consciente de que la observaba, ella de pronto respiró con más fuerza. Di unos pasos hacia atrás,  pero lo único que hizo ella fue volverse a acomodar en la misma postura. En todo caso,  podía despertarse en cualquier momento y si me encontraba allí, me iba a sentir como un conejo bajo su fría mirada azulada.

Decidí refugiarme en el cuarto de baño y analizar la situación.
Mientras el baño se fue llenando de vapor caliente, me quite la chaqueta del pijama y me afeite rápidamente. En el espejo pude ver mi mirada de preocupación en los ojos. ¡Vicky! Aquello no era simplemente embarazoso, era impensable. Después de aquel beso no podía pensar si quiera que tuvieran una conducta típica de un par de amigos, solo amigos, y evitar cualquier otro tipo de conducta.
Puse la mano en el pomo y la gire suavemente, hasta que la puerta cedió.
Di un paso hacia adelante y me quede mirando el interior.
Vicky estaba tumbada, apoyada sobre un montón de almohadas blancas, totalmente despierta y mirándome fijamente. Tenía una soñadora sonrisa en la cara.

–¿Qué tal? –dije, a modo de tentativa.

–Yo muy bien y espero que tú también.
Su voz ligeramente más ronca de lo normal y la forma con que me miró el torso desnudo parecían decir: «Buen mozo».

EN LOS TIEMPOS DEL AMOR (ROBERT DOWNEY JR) (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora