Capítulo XI

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Viernes 13, Marzo

Cat


Joan me hace una seña con la mano para que vaya con él ¿Por qué no? Me cae bastante bien. Además, Anto necesita un rato a solas con Jesse. Me despido de ella justo cuando ya me estoy yendo. Entonces Joan me recibe con dos shots de ron, uno en cada mano.

—Oh claro...¿Salud? -me río incómodamente.

—El segundo también es para ti.

—¿Estás intentando emborracharme o algo así?

—No, me lo iba a tomar yo, pero debo conducir para que llegues bien a tu casita.

—Qué sobreprotector ¿Quién eres? ¿Mi padre?

—No, pero no se me antoja clavarme el parabrisas en la frente ¿A ti sí?

—Olvídalo. -Me tomo el shot rápidamente sin hacer ningún gesto. No quiero que se de cuenta de que soy débil. Espero que no lo haya deducido ya.

—Ven conmigo. -dice muy serio, mientras me pone el siguiente shot en la mano.

Me llevó hasta la puerta principal y me quedé ahí de pie, pero él avanzó hasta afuera y sacó las llaves de su auto.

—Hey, yo no iré a ningún lado. No puedo irme así nada más contigo ¿Estás loco?

He leído en muchos periódicos que esta es la forma más común de secuestro o de violación. No puedo subir al auto de un extraño, aunque cuando tomo un taxi, también estoy subiendo al auto de un desconocido. De todas formas, no iré.

—No tengas miedo, gatito. No te haré nada.

—Es lo que dicen todos. -Joan se ríe de mi ocurrencia.

—Vamos a dar un paseo solamente. No tardaremos nada, lo prometo. -dice abriendo la puerta del copiloto. No puedo creer que vaya a hacer esto. Si me pasa algo, todos en el grupito ya lo conocen y Nicolás no permitiría que me pase algo en manos de este sujeto...creo. Subo y me pongo el cinturón. Joan arranca después que terminé mi segundo shot, el cual también tomé muy rápido. Me espera un mal viaje, ojalá no vaya muy rápido.

—¿Qué música te gusta? ¿Pongo radio?

—De hecho, siempre tengo discos en la guantera del auto de mi papá.

—No jodas, yo también. Ábrela.

—¿Libido? ¿En serio? -digo sosteniendo el álbum en mi mano

—¿No te gustan?

—No es eso. Es que no me esperaba encontrar un disco así...

—¿Qué esperabas? ¿Los Jonas Brothers?

—¡No! -me estoy casi orinando de risa. Joan también se ríe, pero para mi sorpresa, saca desde el fondo de la guantera el último disco de ellos ¡Joder! Espero no haberlo ofendido.

—¿Sorprendida?

—Muchísimo... -Supongo que este sujeto no le tiene miedo a nada- ¿Eres gay?

—No, en lo absoluto.

—¿Bisexual?

—Tampoco ¿Por qué lo preguntas?

—Es curiosidad...verás, hace un par de horas vi que se estaban tomando de las manos en la palanca de cambios y se miraron a los ojos.

Muy bien Cat, acabas de incomodar a un tipo que podría dejarte tirada en medio de la nada.

—Ah, es complicado, no entenderías.

—Entonces sí...pasa algo entre ustedes.

—No, te has confundido, no es eso de lo que hablo. Le tengo un gran aprecio, pero...solo somos amigos.

—Entiendo... Disculpa, creo que me afectó el alcohol. -Respetos guardan respetos-

—No te preocupes. La gente a veces piensa eso. ¿La de cabello rojo es tu hermana?

—Ah sí ¿Te gusta? -salto y lo sorprendo bastante con mi duda.

—¿Estás bien? ¿Quieres que ya te lleve a tu casa?

—Solo estaba haciendo una pregunta ¿Ya ves cómo eres?

—No me conoces nada. -dijo muy seriamente.

—Perdón, señor misterio.

Joan se detuvo en la tienda de un Grifo, no sé exactamente para qué. Me costó un poco salir del auto sin tambalearme algo fuerte. Me enganché a su brazo para no caerme y así llegamos hasta las sillas. Él me dejó en una y dijo que lo esperara ahí, así que saqué mi teléfono para no aburrirme y tal vez mandarle un mensaje a Anto, aunque quizás está muy ocupada con el alcohol, y yo lidiando con él. Minutos después, alzo la mirada en cuanto veo a Joan acercándose a mí. Trae con él, una botella de agua, una hamburguesa y una cajetilla de cigarros.

—Esta es para ti. -me extiende la botella de agua.

—Gracias, pero se me antojó la hamburguesa.

—Es para ambos, entonces.

—De acuerdo.

Me quedé mirándolo unos segundos, y la verdad se le ve increíble con todos esos tatuajes que van desde los nudillos hasta los hombros. Literalmente tiene los brazos cubiertos. Es como un... ¿Badboy?

—Joan ¿Dónde estabas? te estuve buscando en la fiesta y no te... Ah, estás acá con Cat.- Nicolás nos mira con un gesto de decepción. Creo que está algo cansado.

—Sí, es que la fiesta la estaba sofocando y quise invitarle algo.

¡Oh, maldita sea! Soy el mal tercio nuevamente, no quería verlos a ambos, a solas y al mismo tiempo. Esto sería mucho más cómodo si no me gustara el vecino... ¿Eh?

—¿Para qué me buscabas?

—No, te digo después ¿Vamos a regresar a la fiesta o qué?

Siento toda la tensión del universo, pero ya no es entre ellos en sí...y mucho menos sexual. Tal vez Nico está decepcionado de...algo. Yo podría ayudarlo en lo que fuese, aunque mis consejos no sean los mejores. Al menos se reiría un rato. Subimos al auto, y para mi sorpresa, Nico se sienta a mi costado y ya no en el asiento del copiloto ¿Qué rayos pasó? Joan seguramente ha estado negando su relación.

—¿Llevas mucho tiempo con él aquí? -me dice Nico susurrando, muy por debajo del volumen de la música.

—Masomenos ¿Por qué?

—¿Te hizo algo? -Me sorprendo ante su pregunta y luego niego con la cabeza.

Estoy realmente confundida. Salimos rápidamente del auto y Nico me toma la mano para jalarme hacia el interior de la fiesta. Joan nos sigue, pero va mucho más lento, de modo que, volteo y se despide de mí con la mano.

—¿Están listos? -escucho a Gianfranco gritar desde el otro extremo de la sala. En eso, veo a mi hermana frente a frente con Jesse. Me acerco y ella me guiña un ojo... Cuando pensé en darle tiempo con Jesse, no me refería a esto.

—¡Vamos Cat! Ya va a comenzar.

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