Miércoles 01, Abril
Anto
Decir que el ambiente en la casa era tenso sería poco, una vez que bajamos al escuchar los gritos de mi padre nos enfrentamos al real peligro, Martha. Ambos estaban muy molestos ya habían visto el vídeo y los comentarios que habían en este. Cuando dije que Martha iba a armar una santa inquisición no estaba exagerando, en la mesa del comedor había una biblia, dos rosarios y al parecer agua bendita, me hubiese reído de no ser por la mirada de enojo que tenía, definitivamente aún le tengo mucho miedo, ella debe de estar pensando que intente porpasarme con Cat o algo por el estilo.
Solo que habían dos líos: A mi padre le preocupaba que el video haya sido publicado, dejándonos expuestas a ambas y a Martha le preocupaba el contenido del video.
—Creo que he sido permisivo con ustedes, y hasta solidario ¿Había una pijamada? pues las llevé ¿Había una fiesta? pues les di permiso para ir y hasta les compré ropa ¿Había que pagar los cursos de baile y yoga? Pues lo hice. Esto que hicieron, ya es un abuso de mi confianza.
—Papá, jamás haríamos algo para lastimarte a propósito luego de todo lo que hiciste por nosotras. Te juro que... -le digo con lágrimas en los ojos.
—No, solo les pedía que fuesen responsables de ustedes mismas y sepan cuidarse, ser conscientes de lo que hacen. Ni eso pueden hacer ¿Qué cosa quieren? ¿Que les contrate una niñera para cada una? No jodan pues.
—Lo siento, no volverá a...
—No, ya es muy tarde para pedir disculpas. No las traje acá para darles un sermón así como lo hice el día que regresaron a las ocho de la mañana. Yo ya pensé las cosas, y lo que hicieron en tan solo un mes, va tener consecuencias.
—Empezando por que ya no tendrán sus teléfonos hasta nuevo aviso -comienza Martha- tampoco sus laptops. Usarán la computadora de su padre en las tardes para hacer sus tareas si es que la necesitan.
—Pero... -reclama Cat.
—Tampoco podrán salir solas a ningún lado, porque ya vimos que se escapan como gusanos escurridizos. Yo las llevaré a las clases de yoga y a cualquier sitio al que tengan que ir. Por si no fue obvio, de la casa al colegio y del colegio a la casa. Las salidas post-clases ya se acabaron.
Todo esto estaba agobiándome, la situación se me escapaba de las manos. Por un lado estoy muy triste porque mi papá se ve realmente decepcionado, pero estoy aún más furiosa porque siento que Martha aportó al castigo, y mucho.
—¡No! Sucede que todo estaba marchando bien aquí hasta que tuviste que volver a joderlo todo.
—¿Estás escuchando lo que estás diciendo? Lamento decirte que todo lo que hiciste no fue culpa mía, ustedes solas tomaron malas decisiones.
—Antonella, no puedo creer que encima tengas el descaro de culpar a otros por tus errores. -dice mi papá, negando con la cabeza.
—¿Y qué crees, Álvaro? El vecino Jesse no estudia con ella, te estuvo engañando. -se entromete Martha.
—¡No es cierto! -grité.
—¡Yo hablé con su madre y él está en un grado mayor al tuyo! No está en tu salón, me enteré hoy.
No me imagino toda la impotencia que debe estar sintiendo mi padre y toda la fuerza que está reuniendo para asimilar esto.
—Eso quiere decir que también me han visto la cara de tonto.
—¡En varias ocasiones! No hace falta preguntarlo. -remató Martha.
—¡Cállate! ¡Maldita sea, te odio! Jesse sí me ha estado ayudando a estudiar justo porque es un grado mayor y es muy bueno en matemáticas. Siempre estás buscando la manera de salir ganando y hacernos ver mal, te excusas diciendo que nos cuidas como si fueses una madre, pero déjame decirte algo, tía... mi madre en el poco tiempo que estuvo con nosotras jamás fue una bruja insoportable como tú, y antes de que digas algo... Ya sé que nos abandonó pero al menos no se quedó a joderme la existencia como tú. Toda la vida nos has estado mandoneando como se te ha dado la gana, tratando de volvernos tan infelices como tú lo eres. Tal vez deberías conseguirte una vida propia para dejar de entrometerte en las nuestras.
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Solo un Juego de Niñas
Random-Ya no tenemos a nadie más ¿No? -se rió Cat -Como siempre, tú y yo contra el mundo... y es mejor así a decir verdad. ... Anto y Cat se mudaron de un lugar en el que vivieron las cosas más tristes de su infancia y de toda su vida. Con la esperanza d...