Jueves 19, marzo
Cat
Toda la bendita semana me la he pasado atiborrada de tareas ¿Qué clase de escuela explota mentalmente a sus alumnos? ¡Exacto! la mía. No solo les basta con tenernos encerrados ahí durante ocho horas seguidas, sino que también dejan literalmente montañas de tarea que te toman al menos dos horas en casa, a eso sumémosle que soy líder del debate de mañana. Aunque Anto me ha ayudado bastante, he tenido que lidiar con Daniel para que revise y mejore sus argumentos, no quiero decir que hayan sido malos, todos eran correctos pero eran medianamente vagos. Excepto los de Nico, fue lo mejor que leí con respecto al tema. Jesse tenía razón, él podría sacar sobresaliente sin hacer esfuerzo alguno, es...realmente brillante. Ansío ver cómo se va a explayar cuando sea su turno de refutar. El profesor sin lugar a dudas, quedará anonadado, al menos eso espero.
En eso, el ringtone del teléfono de Anto me saca de mis pensamientos. Tiene una llamada de Luciana...—¿Hola?
—¡Cat! ¿Está Anto cerca?
—No...creo que está cocinando. Le diré que llamaste y te va a devolver la llamada.
—¡No cuelgues aún! Quería invitarlas a ambas a una pijamada en mi casa mañana. También iba a invitar a unas amigas que eran del colegio, pero ya se cambiaron. Aunque...ahora que lo recuerdo, son unas mosquitas muertas todas.
—¿Mosquitas muertas? -respondo con nerviosismo-
—Sí, como Mariana. La que está en tu salón ¿Has visto cómo se levanta la falda en frente de Gianfranco? ¡Como si le fuese a hacer caso a alguien como ella! O sea, está bien que seas una santurrona en frente de todos, pero nos damos cuenta, no somos brutos.
—Lu...no estoy entendiendo el punto de todo esto ¿Lo hablamos mañana en la noche?
—¿Entonces sí vendrán?
—Claro, le avisaré a mi papá.
—¡Queda! Ten tus ovarios sujetos, invitaré a Lupe.
Oh, mierda.
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Solo un Juego de Niñas
De Todo-Ya no tenemos a nadie más ¿No? -se rió Cat -Como siempre, tú y yo contra el mundo... y es mejor así a decir verdad. ... Anto y Cat se mudaron de un lugar en el que vivieron las cosas más tristes de su infancia y de toda su vida. Con la esperanza d...