Miércoles 01, Abril
Cat
Pasé un par de días separada del grupito y Anto también. Daniel me preguntó por qué estaba tan apagada si había pasado una noche increíble en mi cumpleaños, pero me limité a responder que ese es mi ánimo debido a unas tareas que no pude realizar. Mentira. Después del largo sermón que nos dió Martha y mi padre, no me he sentido para nada bien.
Desde el fondo del aula, puedo ver cómo Lupe me está observando. Supongo que de alguna manera se siente culpable porque ya no me junto con los demás, pero ese no es mi grupo, es el de ella. Todos ya aceptaron a Lupe con su manera de ser, pero yo no quiero hacerlo. Siento que es mejor así, además estaré mucho más tranquila.
—Catalina Jensen -me llama el maestro- La directora te quiere en su oficina
Ya lo sabía...
Sabía que mis días de libertad, de privacidad y todo lo que tenga que ver con libre albedrío, se había terminado. En cuanto la directora me enseñó el famoso video en bikini en el que mi hermana me lamía del pecho hasta el cuello, supe que no había marcha atrás. Para este momento, el video ya había alcanzado miles de reproducciones en varias redes y yo era la última en enterarse. Para ponerle la cereza al pastel, esta señora ya le había informado a mi padre y cómo no, a Martha, de que este video es viral. Estábamos acabadas, pocos minutos después Anto entró en la oficina de la directora con cara de preocupación, no la culpo. Una vez que ella también ve el vídeo su cara cambia a una furia total y sé exactamente a qué se debe, el día de la fiesta Mariana nos amenazó con hacer esto y al parecer había cumplido con su palabra.
—Esto es ridículo.- exclamó Anto con notable fastidio- Esto no ha sido grabado en las instalaciones del colegio ni hay nada que pueda relacionarse con él. Lo que hagamos o dejemos de hacer fuera de las instalaciones educativas y fuera del horario escolar no tendría porque incumbirle.
—Señorita Jensen, primero que nada module su tono de voz si no quiere tener más problemas y en segundo lugar ese video es viral entre todos los alumnos de este colegio, ¡Los padres están indignados! Me han reclamado como es posible que sus hijos estén conviviendo con alumnas que tienen esa clase de comportamiento. - Anto se ríe mientras intenta no perder el control.
—Claro, es por eso que sus inocentes hijos estaban en la misma fiesta que nosotras dos y haciendo cosas aún peores, no me sorprendería que tengamos un bautizo de alguna de sus alumnas próximamente.- Dice mientra hace una curva con sus dedos sobre su abdomen, no puedo evitar soltar una pequeña risa ante eso porque es muy cierto.
—Señorita Jensen es suficiente, su padre ya está al tanto de esto y como le dije a su hermana espero que modifiquen ese comportamiento antes de verme obligada a tomar medidas más drásticas, por favor retornen a su clase sin ocasionar más disturbios.
Una vez que estamos fuera de la oficina de la directora, la cual espero no volver a visitar por lo menos el resto del bimestre, nos damos cuenta que no falta nada para el recreo así que en vez de ir al salón vamos al baño esperando los pocos minutos que faltan para que suene la campana.
—Anto, no quiero sonar pesimista... pero papá y Martha deben de estar muy molestos, lo más probable es que nos quiten cualquier privilegio que tengamos y...
—Ni siquiera lo digas, sé que eso es muy probable y estoy demasiado molesta con la santurrona de Mariana por ocasionar todo esto no sé cual sea su maldito problema con nosotras pero tengo ganas de romperle la cara a puñetazos hasta el punto en que necesite un buen cirujano para que al menos se la deje decente. - Suelto una carcajada, Anto enojada es muy graciosa.
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Solo un Juego de Niñas
De Todo-Ya no tenemos a nadie más ¿No? -se rió Cat -Como siempre, tú y yo contra el mundo... y es mejor así a decir verdad. ... Anto y Cat se mudaron de un lugar en el que vivieron las cosas más tristes de su infancia y de toda su vida. Con la esperanza d...