Solo un Juego de Niñas

Capítulo XII

⚠ ADVERTENCIA ⚠

Chicos, antes de que comiencen a leer este capítulo queremos decirles que hay una escena que podría resultar algo fuerte para algunas personas, no es necesario que lean esa parte. Comenzará y terminará con una línea de asteriscos. De antemano les agradecemos que si esa escena no es de su agrado, no denuncien el capítulo. Sin más que decir, disfruten de la lectura. 

-Alex y Carly 🖤

Sábado 14, marzo (madrugada)

Anto

—¡CHUPEN! -grita Gianfranco.

Lo más importante de este juego, es que debes olvidar que esto es alcohol...o que el trago corto sabe muy mal a veces. Todo está en la mente. Solo tenemos que ser rápidos e inmunes al sabor, no hace falta imaginar nada, mejor aun si tienes la mente en blanco. Acá el que acabe primero es el ganador. He conocido de juegos peores, de los que no depende tu rapidez, sino tu resistencia. Para suerte de ambos, este no es así... Sinceramente dudo que Jesse salga vivo de los juegos de resistencia, o eso espero.

—¡Tú puedes, Anto! -Grita mi hermana que está al lado de Jesse, justo al frente.

Voy por el quinto vasito y no siento nada en el estómago ¿Olvidé comer? Creo que sí...
Decido no mirar a mi contrincante mientras me termino los últimos shots, no sería para nada favorable que se de cuenta de lo mucho que me está ardiendo la garganta. Este es el último ¡Qué asco! ya no quiero ni mierda. No estoy acostumbrada al Whisky barato.

—¡Conchasumadre! ¡Ganó Anto, perro! -dice Joan y le da una palmada en la espalda a Jesse.

—¡Ábranse! -Grita Daniel y me lleva hacia el medio de la pista, luego me hace una seña para que suba las piernas a sus hombros y lo hago. Una vez arriba, Gianfranco grita "¡Tenemos una ganadora!" y todos corren al medio a celebrar como si hubiese ganado algún torneo importante ¿Realmente lo es?

El rostro de Jesse refleja indignación y fastidio, Joan le recalca que acaba de perder su título de gran bebedor, se le ve realmente fastidiado pero eso le pasa por subestimar mis capacidades para ingerir alcohol. Seguimos festejando sin tomarle importancia a sus rabietas cuando escuchamos el sonido del cristal impactando contra el suelo, Jesse en un ataque de histeria tira los vasitos de shots al suelo ¡Qué jodidos le sucede!

—¡Joder Jesse! relájate, bro - le dice Nico

—¡Estoy tranquilo!- dice mientras pasa su mano por su cabello y suspira

—No, no lo estás. Cálmate no puedes hacerle esto a Lu, acabas de romper sus vasos por tu berrinche- ¡Vaya! A Nicolás se ve mucho más maduro que a este imbécil con bonita sonrisa

—¡Pues le compro otros!- Dice Jesse tambaléandose. Olvidé por completo que él estuvo tomando demasiado mucho antes que yo, pero ¡Demonios! ¿Qué le pasa? El concurso fue idea suya, el reducir el número de shots también lo fue.

—Jesse ya relájate, solo es un juego no es para tanto- Le digo en un intento de calmarlo

—La última persona con la que quiero hablar es contigo. -Parece que Jesse lo dice muy en serio porque está mirándome fijamente y botando humo.

—Ya hermano, cálmate. Sube a mojarte la cabeza, ahora te traemos agua. -Le dice Gianfranco muy tranquilo.

Jesse se da media vuelta y sube las escaleras. Lo que me dijo fue muy hiriente, no tenía intenciones de hacerlo quedar mal en frente de sus amigos, juraba que esto era solo un juego. Creo que no me puede seguir gustando alguien así y menos si me trata de esa manera cuando se molesta. Me niego rotundamente a quedar como esas mujeres que están sometidas al maltrato por "amor". Segundos después, veo que Lu sube las escaleras detrás de Jesse y ella lo sujeta del brazo. Él lo retira al instante, pero es para rodear su cintura y pegarla a su cuerpo. Decido desviar la mirada hacia otro lado, porque sé en qué va a terminar esto. Cat se acerca a mí con cara de pocos amigos, supongo que ya es momento de volver a casa. Gianfranco nos acompaña a ambas al auto, donde Joan y Nico nos están esperando. Una vez dentro, Joan me pregunta si me encuentro bien y asiento con la cabeza. Él me pasa una botella de agua y le agradezco. Por suerte el camino a casa es rápido y silencioso, un silencio que agradezco. Durante el camino, me limité a tomar aire por la ventanilla para evitar vomitar aquí mismo. Cuando veo la esquina de mi casa, me suelto el cinturón de seguridad al instante, quiero correr al baño. Joan estaciona el carro y nos despedimos de él y de Nico, salimos del carro y los vemos arrancar hacia otro lado.