Capítulo XXVIII: Hard Party Pt.4

18 4 0
                                    


Viernes 27, Marzo

Cat

Nico y Joan me dejan en medio de la pista de baile con Daniel, al parecer necesitan su espacio a solas, literalmente estuve en medio de ellos dos, como siempre.

—Oh sí, justamente tenía que decirte algo pero se me había olvidado- dice Daniel sacándome de mis pensamientos.

—Ok ¿Qué sucede?

—Ven conmigo

Daniel toma mi mano y me jala hasta el patio, donde Gianfranco se encuentra empapado, recién salido de la piscina. Tiene un cuerpo bien formado ¡Ay qué diablos!

—¡La encontraste!

—Sí, estaba perreando -se ríe Daniel

—¿Cómo que perreando? -le doy un manotazo en la espalda.

—Estoy jugando, tranquila

En eso, Gianfranco se voltea para agarrar un paquete envuelto, cuando vuelve hacia mí, me lo entrega con un gesto muy tierno.

—Es para ti

—Oh ¡Gracias! - Lo abrazo, a pesar de que vaya a mojar parte de mi ropa.

—No solo a mí, Daniel y los chicos también aportaron.

Miro con ternura a Daniel y abro el regalo con desesperación...

—Un...traje de baño -digo algo confundida, luego volteo hacia la piscina- Oh, ya entendí. Piscina, un bikini... Diablos, pensaron en todo. Muchas gracias.

—No es nada, ahora ve a cambiarte para que comience la verdadera diversión- responde Gianfranco sonriendome.

—¡Sí, no tardo!

Voy directo al baño del primer piso para poder ponerme el traje de baño, al llegar intento abrir la puerta, pero está cerrada con seguro ¡Demonios! toco la puerta esperando respuesta y nadie lo hace, supongo que le echaron llave a la puerta y no hay nadie. Doy media vuelta para buscar otro lugar donde cambiarme. Nada...

En eso, tuve la arriesgada idea de subir al segundo piso. La mayoría de puertas estaban cerradas, yo también lo haría, para evitar que cojan como bestias. Típico de fiestas...

En una parte del segundo piso, hay una pared que tiene una clase de armario empotrado, abro la puerta y puedo ver un montón de cosas, entre ellas un manojo de llaves.

—¡Bingo!

El manojo de llaves tiene pequeñas etiquetas que dicen cada habitación que abren. Wauh, el sujeto es bastante organizado al parecer. Con las llaves en la mano me dirijo nuevamente al piso de abajo para poder cambiarme en el baño. Forcejeo un poco con la puerta antes de abrirla, sin embargo, lo que veo me deja helada.

Nico está de rodillas con el miembro de Joan en su boca, me quedo pasmada mirándolos como idiota por unos segundos. Este es el instante en el que no sabes si estás en shock, con una gran decepción, satisfecha porque lo sabías todo desde un inicio o te rompieron el corazón.

—Perdón, no sabía que estaban... ocupados- me excuso

—¡Largo!- Joan me grita y me lanza una mirada de odio, lo comprendo, acabo de arruinar su momento.

Me asusté con la reacción de Joan, su mirada expulsaba fuego y no faltaba mucho para que venga hacia mí y me haga sabe Dios qué. Me retiré del baño, tirando la puerta.

Cuando regresé a la sala, empezó a sonar una canción deprimente que suelo escuchar en mi habitación a mitad de la madrugada "Wish you were gay" Es un tanto gracioso e irónico ¿No debía ser muy feliz esta noche? Ese es el maldito problema. Las fechas especiales suelen ser días en los que se tienen expectativas altas, y cuando algo sale mal, termina siendo trágico. Y en realidad, no es tan diferente de la realidad que vivo a diario, solo que hoy sí tenía expectativas altas.

Solo un Juego de NiñasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora