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Las cosas se habían vuelto un caos en los juzgados por la custodia de mi hija. Después de haber visto en persona lo que ese infeliz quería hacer con Niah, estaba más que convencido que habían pasado otros asuntos en los que mi niña estaba en peligro en ese lugar.

Delante del juez y con lágrimas en su rostro, Sully me suplicaba el no alejar a Niah de su lado. Cosa que ya era bastante tarde. No iba a permitir que mi hija sufriera a su lado.

Entregando las pruebas al juez, esperaba que fueran de mucha ayuda, para poder ser responsable al cien por ciento de mi hija. Jay se mantenía tranquilo, mientras que la parte de Sully un poco más inquieta. Ellos tenían todas las de perder, pero aún así,  no podía cantar victoria aún.

La incertidumbre me estaba matando al ver que el juez revisaba las cosas sin alguna expresión en su rostro, queriendo saber que es lo que estaba pensando. Incluso debía admitir que estaba jugando sucio, al entregar las evidencias de Sully y su pasado, teniendo el temor que ella también tuviera algo de Heechul y así, Niah no estuviera conmigo. 

  — Siwon... Tú no eres una mala persona... Esto está mal... Por favor... — tomándome del brazo aún con lágrimas, la alejé sutilmente, ya que no quería tenerla cerca. Ella no cuidaba bien de nuestra hija. Al ver mi rechazo, tomó mi mano, apretando esta con fuerza. — Amor... Piensa en nuestra niñ... —

  — ¿Amor? — con una sonrisa sutil, volví a soltar su agarre. — Hace mucho que tú y yo no somos una pareja. Si estábamos bien, era por Niah y no por pensar en regresar contigo. Lo lamento pero esto tiene que terminar. —

  — Te odio Siwon... — susurró con un semblante serio. — Odio que Heechul apareciera en nuestras vidas y te pusieras de su lado... Si ese maldito infeliz no se hubiera metido... —

  — Agradezco que apareciera en mi vida y me hiciera abrir los ojos para no quedarme con una persona como tú. Niah es lo único que vale la pena de nuestra relación. Todo lo demás, siempre fué mentira. —

  — Yo te amaba Siwon... Era muy feliz de estar a tú lado... Quería casarme... Tener una familia... Despertar a tú lado entre tus brazos... Quería todo contigo... —  llevando sus manos a su rostro al tiempo que se ponía de cunclillas, podía escuchar sus sollozos claramente. 

Una vez pasados unos minutos más, el juez dejó todos los papeles a un costado suyo, para poner su atención a nosotros. Había llegado el momento de la verdad. Deseaba tener a mi hija a mi lado y darle la vida que se merecía, aunque no tuviera a su madre cerca. Heechul la amaba y ella también tenía una conexión con él. Incluso con el eunhae.

  — Para dar un veredicto final, la niña tiene que estar presente y escuchar como ha vivido con ambas partes. Tengo que tener esa evidencia. — mirándonos, asentí a su petición. — A lo que ví, ustedes no tienen una buena relación, por lo que todo lo que diga la niña, será procesado por un detector de mentiras. Los veo aquí mañana a las 9 de la mañana en punto. — dando un golpe en la mesa, se puso de pie, dando por terminada la cita del día.

Dirigiéndome a casa de los chicos, mi cabeza iba dando vueltas a todo el asunto de mi niña, quién me tenía nervioso, ya que era muy difícil que ella contara las cosas y de eso iba a depender con quién se iba a quedar. Si Sully me ganaba, me iba a volver loco por esa idea.

No me imaginaba a Niah lejos de mí. Esa niña había llegado a mi vida para poner un alto a lo malo y disfrutar de los placeres de la vida al lado de esa personita tan importante para mí. Haría de todo con tal de tenerla a mi lado. No podíamos estar separados. Eso era seguro.

Al tocar la puerta, un Eunhyuk alegre me abrió, dejándome pasar. Hee había dicho que llevaría a Niah con ellos y pasar un rato agradable a su lado. Incluso ellos querían a mi hija.

INCESTUS (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora