En esos momentos, sabía que todo lo que había deseado en mi vida, se estaba cumpliendo. Tenía trabajos que generaban grandes cantidades de dinero. Tenía una hija hermosa de casi 7 años, la cuál me hacía aprender todos los días cosas nuevas a su lado, al igual que todas sus ocurrencias, y sobre todo, tenía una pareja la cuál amaba y en pocos minutos, se iba a convertir en mi esposo para el resto de nuestras vidas.
Había sido divertida la organización , ya que podía notar la emoción de Heechul en cada aspecto o tema de la boda. Se convertía en un niño infantil, que junto con Donghae, eran un caos por doquier, y para volver a la vida real, hacían un gran berrinche.
No había escatimado precios para la boda, ya que quería fuera algo único y especial para ambos. Si Hee quería algo, iba a conseguirlo para darle el gusto que quería, y no solo para esa ocasión. Era algo que también me hacía ilusión y que podía compartir con mi pareja, ya que se trataba del día en el que seríamos un matrimonio feliz.
A pesar de llevar varios años de relación, Heechul seguía siendo la persona perfecta ante mis ojos, y de la cuál quería seguir aprendiendo. Varias personas cercanas, nos hacían comentarios a broma sobre del que si no estábamos hartos él uno del otro, o de cómo habíamos "aguantado" tanto a pesar de nuestras personalidades, y la respuesta era simple; "¿Por qué vas a cansarte de alguien que amas?.
Es cierto que todas las parejas pasamos por momentos en dónde la relación pueda llegar a estancarse por el paso de los años, pero es ahí cuando demuestras el amor que le tienes a tu pareja, ya qué haces cosas distintas para salir de la rutina y explorar nuevas cosas; ya sea el ir de viaje, organizar una cita por la ciudad, salir con tus amigos, ir a acampar, ir a la playa, cambios de rol, juegos sexuales, etc.
Estando de pie frente al altar, jugaba con mis dedos emocionando y nervioso a la vez, sabiendo se había llegado el día de nuestra boda. Todos nuestros invitados se veían contentos de compartir ese momento tan especial para nosotros. Claro que me sentía con muchas emociones en esos momentos, pero todas eran para bien. Me emocionaba el hecho de ver a Heechul caminando hacia mí con su hermosa sonrisa. Me hacía feliz el compartir mi vida a su lado y Niah, quién adoraba a Heechul y se había ganado el amor de mi hija. Eran momentos muy especiales para mí, que hacían revolotear mi corazón a mil por hora.
Escuchando la música sonar, todos los presentes se pusieron de pie, llevando su mirada hacia la entrada, en donde esperábamos ver a Heechul salir. Niah salió primero con una gran sonrisa y aventado pétalos de rosas, mientras iba dando saltitos, hasta llegar a mí, por lo que poniéndome a su altura, no dude en darle un beso y un abrazo a la niña que también se había robado mi corazón. Lucía hermosa en su vestido blanco y su diadema de flores que Hee había mandado hacer para ella.
Sintiendo mi pulso acelerado al ver que Heechul venía caminando hacia el altar con una hermosa sonrisa y un hermoso traje blanco que definía su silueta a la perfección, me sentía el hombre más feliz del mundo, sabiendo la bella familia que tenía, y de la cuál, me sentía muy afortunado. Su mirada estaba cristalina y sus labios temblaban sabiendo que estaba igual de emocionado que yo. Sabia era la persona indicada para mí. Moría por besar esos gruesos labios y hacerle el amor, disfrutando uno del otro.
La boda transcurría de manera positiva, hasta llegar al momento de los votos, en donde los chicos estaban a nuestro lado con los anillos sobre una almohadilla roja de terciopelo, siendo ellos cómplices de nuestro amor. Hee repitió las palabras que el sacerdote le pidió decir y una vez las terminó de recitar, tomó el anillo que Donghae sostenía, y torpemente lo colocó en mi dedo, dedicándome una sonrisa tímida, pero hermosa.
— Antes de que Siwon diga sus votos, ¿Puedo decir unas palabras?... — observando al sacerdote afirmar a la petición de mi pareja, Hee volvió a tomar mis manos, haciendo que quedáramos frente a frente. — Siwon... Conoces todo de mí. Sabes que el Heechul de antes era una basura de persona, que no se dejaba ayudar y solo se refugiaba en cosas que eran malas. Mi vida no tenía ningún sentido... No sabía que hacer conmigo mismo y terminé tocando fondo de la manera en que me conociste. Tú me hiciste sentir que valía como persona y debo decir que eso me asustó. Me asustó el saber que le importaba a alguien y que se preocupaba por mí de la manera en que lo hiciste. Tenía miedo de lastimarte con mis actos pero a ti no te importó y siempre te mantuviste a mi lado. Yo... — notando como su voz había cambiado y sus ojos se ponían rojizos, di un paso hacia él, depositando un beso sobre su frente.
— No es necesario que sigas... Estoy bastante orgulloso de ti y de todo lo que has logrado. Eres una persona muy fuerte, que salió adelante de todos los problemas que tenías. Sabes que te amo y te acepto tal cuál eres. — acariciando su mejilla con una sonrisa, Hee me miró con unos lindos ojos de cachorro, los cuáles me transmitían mucha paz. — ¿Puedo ponerte el anillo? — asintiendo con una calidez en su rostro, Hyuk me tendió el anillo para decir mis promesas, las cuáles el sacerdote iba diciendo.
Cada palabra que decía, la decía con el compromiso y respeto que le prometía a mi pareja para ser felices. Prometía ser fiel. Prometía estar en las buenas y en las malas. En la salud y en la enfermedad. Prometía amarlo y respetarlo el resto de nuestras vidas hasta la muerte, así como en la felicidad y en la tristeza. Estaba más que seguro que Heechul era mi compañero de vida. Era mi todo.
Colocando el anillo en su dedo, sentí mucha emoción de saber que las cosas estaban pasando en vida real, y que de ahora en adelante, seríamos más felices aún. Sabía que también me aceptaba con mis defectos y mis virtudes. Sabía que me aceptaba con una niña, la cuál también era su adoración, y que incluso, Heechul había sido más padre que Sully.
— Y bien, ¿Hay alguien que se oponga al matrimonio de estos dos tortolitos? — escuchando las risas de los presentes, incluyendo las nuestras, el sacerdote sonriendo al ver que nadie se negaba, prosiguió con el final de la boda. —No hay más que pueda decir, más que los declaro esposos. Pueden darse un beso como símbolo de su compromiso. ¡Muchas felicidades!. ¡Un aplauso para los novios!. — teniendo de fondo el bullicio de los invitados, me acerqué con una sonrisa de oreja a oreja con mi esposo, quién me miraba tierno. Pactando nuestro compromiso con un cálido beso, lleno de emociones, los aplausos se incrementaron , sintiéndome la persona más feliz del mundo.
— Te amo, esposo... — susurré sobre sus labios, tomándolo por la cintura, profundizando más el beso. — Te amo Kim Heechul. Te amo, mi amor. —
— Yo también te amo Choi. Gracias por hacerme muy feliz... — dándome otro beso, ambos nos separamos con una mirada cómplice, sabiendo que nos íbamos a enfrentar a nuevas situaciones, pero no estábamos solos. Nos teníamos el uno al otro y eso era lo importante.
Tomándonos de la mano, caminamos por la alfombra roja hasta la recepción, saludando y agradeciendo a todos por haber sido testigos de nuestro matrimonio, siendo seguidos por nuestros amigos e hijos, quiénes también se veían contentos por nosotros.
La celebración apenas comenzaba, ya que aún faltaban muchas sorpresas, queriendo disfrutarlas al lado de mi esposo, quién me había hecho muy feliz , aún con nuestra relación caótica en un inicio. Al fin estábamos juntos y eso era lo que importaba.
Hola!!!
Espero les guste el capítulo ❤️
ESTÁS LEYENDO
INCESTUS (Terminada)
FanfictionKim Heechul y Choi Siwon son hermanos que no llevan una muy buena relación. Ambos son totalmente distintos en todos los aspectos , más no saben que en la cama todo cambia, al entrar por esa puerta .