Recapitulando el Segundo Episodio

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"Calló el trovador

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"Calló el trovador. El caballero se había dormido con la cabeza reclinada en un brazo sobre la rústica mesa de la posada. Soñaba de nuevo con el puente levadizo. En el otro extremo aparecía siempre la dama vestida con una túnica alba. Le decía las palabras que él guardaba como su más preciado secreto: "Ven, apresúrate, cruza el puente. Yo soy tú"".

Miguel Serrano.

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Treinta bolivianos, no más de unos pocos dólares, quizá centavos de dolar dependiendo de en qué fecha estés leyendo esto y cuán devaluado esté el boliviano para ese momento. Eso es lo que me estoy bebiendo. Llámese Cuba Libre de distribución industrial, semejante roña ni siquiera debe tener ron de verdad, apuesto que es alcohol de peluquería con cola barata. A esto se atreven a llamar Cuba Libre, embotellado en botellas de plástico PET y distribuido como si fuera gaseosa. Sí, es infame, y qué con eso. Yo también soy infame y bebo el alcohol que me merezco: Cuba Libre de 30 lucas por botella de 2 litros.

Supongo que la mayoría de mis recuerdos están tan llenos de dolor, ausencia y vacío que, en algún momento, decidí dejar de sentir. Sin embargo, eso no es un rasgo definitorio ni exclusivo de ningún ser. Es otra roña, un pedazo de "algo" indeterminado en el mar de la incertidumbre. El alcohol sale barato, el no tener una razón para vivir o morir, también. Cada quien le encuentra un sentido a la existencia conforme mejor le calce. A mí me quedó muy bien la Sabiduría Hiperbórea para darme un aire de valor y voluntad. Me sirvió el ron sin medida ni clemencia para sentirme vivo. Luego, el sacrificio por una mujer a la que convertí en pareja hasta que decidimos abandonarnos mutuamente (y de regreso al ron). También me sirvió como brújula política el Nacional Socialismo Alemán fundado en Münich durante 1920. ¡Sí, simpatizo con la causa de Adolf! ¿Algún problema con eso? Nazismo, Comunismo, Liberalismo, etc., podrán ser toda la porquería que hoy, a la luz de los memes, se nos antojen; pero tenían algo que nuestros tiempos posmodernos ya no tienen: "Un sentido, una finalidad, un objetivo, un lugar al que llegar, una certidumbre de algo".

En fin, regresemos a la causa que hoy nos ha reunido en estas páginas. Supongo que recuerdas el antecedente de la presente obra. Recordarás la lucha de los lobos gemelos que combaten para hacer cumplir su pacto de honor. Una batalla donde el ganador se lo llevará todo y el perdedor, perderá todo; incluso lo que parece imposible de perder. El suyo, fue un destino demasiado cruel, debo reconocer.

Las circunstancias de este relato son aún más extrañas de lo que podrías imaginar. Tuve que internarme en conocimientos profundos para lograr que mi cerebro pueda seguir haciendo esto sin perder la cordura. Siendo discalcúlico, me enfrenté tenazmente a la Matemática, la Física y la Química con la única finalidad de entender aquello que escapaba de mi capacidad de razonamiento. No conforme, me interné en la Historia, la Filosofía, la Sociología, las Ciencias Políticas y económicas, la Epistemología, la Semiología y casi cuanta ciencia fui capaz de morder a lo largo de mis años de desesperación etílica. Y aún no podía hallar respuestas. Creo que entiendes a qué me refiero.

Mi primo había muerto, lo asesinaron de una manera brutal. La policía y la fiscalía no eran de ayuda en esos momentos. Pero el misterio de la muerte no había llegado gratuitamente a mi vida. Yo era un medium, un escriba póstumo, el heredero de un legado. ¿Qué legado? Maldita sea mi suerte, nadie me va creer esto. Y sí, entiendo que toda esta cosa de la Sabiduría Hiperbórea, los Centinelas, la guerra, las dimensiones paralelas y todos los etcéteras expuestos en el tomo anterior, pues, parecen un viaje de drogas o de locura rematada. Nadie me va creer esto, por eso es una novela y no una cosa mediática de consumo instantáneo. Es literatura, no una semblanza histórica de nuestros tiempos hipertextuales. Quizá este relato es apto para una cuarentena, pero no para una vida sumergida en inacabables estímulos de consumo masivo. Al final, no es posible pensar que la magia sea capaz arreglar la putrefacción humana.

Me he metido con los dioses y ellos, conmigo. No sé cuán reales o no sean las cosas que le pasaron a Rodrigo antes de su muerte. Pero he decidido creerle cada maldita palabra, por muy imposible que pueda sonar. Simplemente no puedo quedarme con la idea de un asesinato tan gratuito. Esa fue mi obsesiva consigna hasta que se publicó el presente tomo. El gran final.

Hoy, antes de empezar el intenso epílogo, haré un brindis y diré algunas palabras. Brindo por ti, querido lector, por haber llegado hasta aquí con vida; el camino no ha sido fácil, pero lo hemos logrado. Brindo por ese individualismo radical de nuestros tiempos, por el relativismo de todo, por la subjetividad absoluta. Brindo por que nada es cierto y todo está permitido, delegándonos a nosotros mismos el construir nuestra propia visión del mundo. Brindo por ese aislacionismo egocéntrico y megalomaníaco, por cada cosmovisión perecedera que nace y muere junto al pobre diablo individual que la creó. Brindo por los gurús del espiritualismo que tratan de convencernos de que hay aún un camino, una autorealización utópica que se retrata en frases motivacionales y libros de autoayuda con sabor a iglesia y cienciología. Brindo por la publicidad que trata de convertir nuestra identidad en una marca, orillando a todos nosotros, pobres estúpidos de mierda, a definirnos por los productos que consumimos, convenciéndonos de que la vida es una carrera que se puede ganar.

Hoy, brindo porque somos humanos posmodernos. Dudamos de todos los discursos, sin ideas de ningún dios, de ninguna patria ni progreso posible. Brindo por la multiplicidad de nuestras identidades, sin roles ni horizontes definidos, sin aspiraciones divinas ni utópicas. Brindo por una posmodernidad que intentó sacarnos de las garras del totalitarismo pero que nos entregó en bandeja de plata para una existencia del sinsentido, reduciéndonos a individuos pequeños, sin fe, sin ideología, sin conciencia de clase; un humano embelesado en el cielo de su burbuja individual, incapaz de tocar tierra y hacer comunidad. Brindo por nuestros cancerígenos políticos, gente sin visiones ni horizontes, convertidos en meros administradores de impuestos, funcionarios de pacotilla sin nada que se parezca a liderazgo. Brindo por nuestra pasividad que ha entregado el poder a una élite económica corrupta que carcome nuestras libertades como un ácido. Y al final, brindo por todos aquellos que han decidido abandonar la comodidad de su pequeño mundo individual, y se han arriesgado a salir al mundo de otros. Por ejemplo tú, valiente lector, que dejaste tu mundo un instante, para entrar al mío, al de Rodrigo y sus amigos. Brindaré dos veces por ti, porque eres parte de mi literatura, de mi vida, de mi mundo y de este libro. ¡Salud!

Ahora, te dejo con el corolario de este cuento. La historia del Centinela y su pequeña hija, la que empezó aquel Primer Episodio de esta trilogía, tiene su final aquí. Dejo en tus manos la última agonía de Rodrigo, el despertar del Sueño de Amatista y la crueldad de las rosas que abraza el alma de Diana. Con ustedes, damas y caballeros, ebrios y sobrios: "El Arco de Artemisa - Tercer Episodio, Amor Eterno".

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Título: Silent Revelation

Género: Power Metal

Autor: Galneryus

(Canción de apertura del tercer episodio)

El Arco De Artemisa© - Tercer Episodio, Amor EternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora