Nuestro Secreto **KatsuDeku**

No soy lo que parece

La semana paso volando. En todo ese tiempo, Mina, Sero y Shinsou se dedicaban a vigilar Aoyama y a Momona intentando averiguar algo que los delatará.

Pero no encontrábamos nada, pero eso no iba a detener mi plan. Pensaba acorralarlos, sacarlos de su cueva y que me mostraran el camino a Kirishima.

—¿estas seguro de esto?— Mina veía como doblaba la nota y se la extendía a ella para que la leyera antes de comenzar con nuestro plan.

—si, hoy será el día que Kirishima me escuche— dije decidido y Mina solamente me veía preocupada. 

Por todo esto del plan y la vigilancia, no había descansado del todo, me sentía débil, aparte caminar y moverme era una tortura, dolía y era muy cansado.

No entendía como Midoriya bajaba las escaleras en un solo intento y cargaba más que yo.

Pero no podía detenerme por mi sentir, tenía que llevar acabo mi plan y rescatar a Kirishima,

Mina me devuelve la carta para luego tomar su mochila y salir a clases. Ella se gira a verme una ultima vez antes de salir aun con su ceño levemente fruncido por preocupación, pero con una sonrisa intentando darme confianza.

Él plan comenzaba con su partida, entre ella y Sero se dedicarían a cuidar que nadie fuera a los dormitorios en hora de clase y sobre todo vigilar al par de sospechosos. 

Por otro lado Shinsou vigilaría el perímetro de los dormitorios y me avisaría cualquier problema, tenía todo los flancos cubiertos para que la primera fase saliera bien. Dejar la nota en el cuarto de los sospechosos.

Todos empiezan a salir de a sus respectivas clases y espero un rato a que todos se vayan, hasta que en la casa solo quedamos Mirio, Tamaki y Midoriya.

Midoriya hoy se sentía algo mal por lo que no había bajado a almorzar. Esto casi arruina nuestro plan, porque Bakugo no quería ir a clase, pero Midoriya logro convencerlo de irse, para mi suerte.

Usualmente todos nos levantamos al mismo tiempo, pero casi siempre desayunamos separados, pero hoy me encontraba en el comedor con Tamaki, mientras Mirio subía a darle algo de almorzar a Midoriya. 

Estaba algo nervioso por salir sin una buena explicación, pero ahora era el momento perfecto para salir sin las preguntas de Mirio. 

Me levanto a dejar mi plato y lavarlo para después dirigirme a la salida antes que Mirio baje por las escaleras.

—¿a donde vas? — Tamaki me pregunta de manera tímida y yo solo le sonrío. 

Es mucho más fácil mentirle a Tamaki.

—quiero tomar el aire un poco, solo caminaré un rato, regreso pronto— en realidad con la timidez de Tamaki, él no tenía la fuerza de negarme mi salida, por lo que salgo rápidamente, antes que Mirio llegará.

Ahora tenía solo una hora antes que Mirio mandará a buscar por mi. 

Mirio es un poco sobreprotector a veces.

Veo como entre las sombras de los arboles se encuentra Shinsou y yo le sonrío y camino hacia él. Aun no se como se las arreglo para venir, pero lo agradezco.

—¿listo?— me pregunta con su aura calmada y yo suspiro algo nervioso.

—mentiría si dijera que si, pero ya no se trata de estar listos— le contesto y él solo me sonríe y me agita el cabello.

—así se habla rayito— yo me sonrojo, aun no me acostumbro al extraño apodo por el cual comenzó a llamarme.

Shinso se adelanta un poco en el camino y yo no puedo evitar tomarlo del brazo.