Un día en paz*

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Izuku POV

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Izuku POV

Vivir con Layla y Kacchan es como una montaña rusa la cual siempre va en asenso, y realmente tengo miedo del día en que la vida se dé cuenta que dejaron la llave de felicidad abierta.

Kacchan y Layla hacen mis días mucho más ruidos e interesantes. 

Se pelean cada 5 minutos y también siempre quieren llamar mi atención como si los dos tuvieran 6 años, pero aun así pese a sus competencias sin sentido y berrinches, se llevan muy bien cuando de molestarme se trata. 

 Los dos también habían encontraron un hobby en común y era ver quién sacaba de quicio primero al otro, y para mi sorpresa casi siempre perdida Kacchan. No solo eso, cuando Layla esta por perder siempre sacaba el tema de contar los secretos de Kacchan con lo cual el mayor termina cediendo como lobo domesticado.

Suspiro con una sonrisa escondida mientras llevo los platos sucios a la cocina al recordar las miles de situaciones que hemos vivido por estos tres días. Nunca pensé que esta misión me trajera tanta satisfacción. Camino hacia la sala para preguntarles si quieren ver una película y con lo que me encuentro hace que me derrita de ternura.

Kacchan estaba dormido en el sillón de la sala y sus pies colgaban en un extremo por lo pequeño del lugar. Su mano colgaba de igual manera, pero lo hermoso fue ver a la pequeña Layla dormida en su pecho, babeando toda la playera favorita de Kacchan, aparte de que en sus manos tenia una paleta de caramelo a medio comer la cual ya se encontraba pegada a la ropa de Kacchan.

Ambos estaban tan tranquilos, que no puedo evitar sacar mi celular y tomar varias fotos, realmente Kacchan sería un gran padre, algo gruñón, pero buen padre. De hecho, en estos días he visto que pese a que su carácter es explosivo como el de Mitsuki, también es gentil y cálido como el de Masaru.

Sin duda es su hijo, pero creo que la tranquilidad durará poco para cuando Kacchan despierte y vea la paleta pegada en su playera favorita.

No puedo evitar reírme y salgo de la sala por una cobija, y los arropo para que no vayan a pescar un resfriado. La temperatura ha estado bajado últimamente por la entrada del otoño.

 Levanto un par de juguetes del piso y veo el reloj el cual tiene la fecha en la que nos encontramos. 

Jueves — suspiro. 

Los dias pasaron volando. Mañana tendríamos que tomar el vuelo para dejar a la pequeña con su nueva familia. 

Todos estos días no habían sido complicados, compramos suficiente comida y Layla estaba muy cooperadora, por lo que, el estar encerrados, no fue ningún problema. Pero aun así no puedo evitar hacer una mueca de disgusto.

La niña estaba apunto de cambiar toda su vida. Su padre la abandonaría, y viviría con alguien completamente desconocido y probablemente no volvería a ver a su familia de nuevo.

Nuestro Secreto **KatsuDeku**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora