•Epílogo•

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Después de haber terminado sus estudios y dar lo mejor de si había sido contratado en una agencia de animación muy reconocida por los muy elaborados comerciales que se producían en ese lugar, su talento y sus múltiples ideas habían enamorado a muchos y más de uno quería trabajar a su lado, era increíble, era muy feliz a pesar de lo difícil que había sido todo desde el principio, extrañar su antigua casa, a sus compañeras, a Anteiku y en cierto punto extrañaba ese raro uniforme, pero sin duda alguna lo más difícil fue estar lejos de la persona que le había cambiado la vida, la que había provocado sus lágrimas tanto de tristeza como de alegría, se preguntaba en ocasiones si volvería a verlo, pero esas ideas se habían ido borrando con los años, no porque lo haya olvidado, jamás lo va a olvidar, pero no estaba seguro si Jonghyun lo recordara, después de todo ya habían pasado diez años, ya no era ese niño del cual se había enamorado, sin embargo no había día en el no pensara en él, olvidar su voz era imposible mucho menos olvidar sus sonrisas, desde que se fue de Seúl toda comunicación que tuvo que Jonghyun se extinguió.

—¿Minki oppa?— la voz de su hermana le hizo salir de sus pensamientos, había crecido tanto, quince años, ya no era tan pequeña. —¿cuál de estos vestidos se me vería mejor?— la observó por unos segundos y luego a los vestidos.

—El negro se te ve mejor— ella sonrió al escuchar aquello y sin dudas fue a ponerse el vestido, en momentos se ponía a pensar si Jongmin aún recuerda a Jonghyun, nunca preguntaba porque quería evitar hacerla sentir mal, para que mentir a él también lo extrañaba mucho, soltó un suspiro antes de seguir con el proyecto que realizaba en su computadora.

—Oppa...¿qué tal me veo?— Minki se giró, Jongmin se veía realmente bonita con ese vestido, sonrió al verla.

—Te ves radiante Jonnie— ella sonrió felizmente justo en ese momento tocaron el timbre de si ahora hogar, se acercó a Minki y besó su mejilla.

—Regreso en unas horas— Minki asintió con su cabeza, le costaba asumir que su hermana tenía novio, era algo que le costaba mucho asimilar, pero no decía nada al respecto, él es feliz si ella es feliz, Jongmin hizo una mueca con sus labios, se acercó de nuevo esta vez para abrazarlo, el mayor le recibió el abrazo con suavidad. —yo también extraño a Jonghyun, pero sé que pronto lo volveremos a ver— Minki al escuchar aquello una fuerte punzada atacó su corazón, no quiso decir nada, Jongmin sonrió por última vez antes de dirigirse a la puerta e irse.

—Ni siquiera sé si aún me recuerda— se puso en pie y se dirigió hacia el baño, se miró al espejo, estaba muy cambiado, después de todo ya tenía 27 años, su cabello largo y violeta ahora era corto y negro, su rostro de adolescente había desaparecido por completo, los años y las responsabilidades habían ayudado con sus cambios, era difícil ver a Yoonji y no ver lo diferente que esta, ahora era una enfermera muy querida por sus pacientes y su hermano es un doctor muy reconocido y buscado por su trabajo, si se preguntan sobre de qué si Yoonji tiene novio, pues sí, pero nunca lo ha visto en persona, era algo injusto, pero estaba bien, se veían muy poco, pero era normal, ambos tenían que trabajar.

Sus ojos dolían por estar tanto tiempo en la computadora, pero se entendía el porque, pues el día de mañana lo iban a trasladar a su nuevo lugar de trabajo, no le habían dicho dónde era ni cómo era el lugar, solo le habían dicho que era una empresa bastante reconocida por lo exigente que eran a la hora de requerir ideas publicitarias, aparte de los diseños anticipados, la creatividad de los mismos, pensar en ello le causaba un fuerte dolor de cabeza a la vez que emoción, solo él y uno de sus compañeros lograron entrar, no era suerte, ya sabía que lo elegirían a él, su teléfono comenzó a sonar rápidamente salió del baño y tomó su móvil, quien lo llamaba era su jefe, sin duda alguna contestó.

—Buenas tardes, Choi Minki— estuvo a punto de contestar pero fue interrumpido. —le llamo para informarle acerca de su nuevo trabajo, no hemos hablado mucho acerca del tema, pero primero tengo decirle que felicidades, y lo segundo que empaque sus cosas— eso lo dejó en el aire. —lo sé, debe estarse preguntando ¿por qué? ¿no?— Minki asintió con su cabeza en respuesta, como respuesta ante la pregunta, como si su jefe lo estuviera viendo. —pues es fácil, el equipo completo se trasladará hacia Seúl donde está su nuevo edificio y por ende su nuevo lugar laboral— al escuchar aquello las ganas de gritar y de llorar se apoderaron de su cuerpo, ¿volvería a Seúl? ¿volvería a verlo? sus ojos se llenaron de lágrimas que no tardaron en derramarse y caer por sus mejillas. —no se preocupe por sus cosas o donde va a vivir, todo eso está resuelto, de lo único que debe preocuparse es de no dejar nada importante— Minki rió entre lágrimas. —mañana temprano le daré la dirección de su departamento, bueno, hasta pronto

¿Eres mi daddy? JRenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora