"Si amas a alguien..., lo sigues recordando"

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Y sí, yo seguía recordando al imbécil que me dejo, seguía fantaseando con sus ojos azules, con sus labios, con cada toque de sus dedos; aun recordaba como jugueteaba con sus dedos por el largo de mi cabello, ¡cómo me miraba! Me hacía sentir única e irreemplazable, su sonrisa, pero cuando la evocaba me parecía burlona. Tal vez yo era la imbécil por seguir amándolo.

Habían terminado las clases, y en todas había evitado a Depp, y él a mí. Me dirigí al campo de juego, siempre veía a Robert entrenar, más que nada porque él me llevaba a casa en su descapotable; sentada en las gradas veía como se desenvolvía en el campo, no era el mariscal pero era un extraordinario corredor, se giró y me gritó:

-¡Hey, Janis solo espera a que me duche!- en respuesta solo levante mi pulgar derecho y asentí. El se dirigió a los vestidores.

-Mira que tenemos aquí.-dijo en tono petulante - Janis Crane, apuesto a que viniste a ver al guapísimo chico nuevo.

Su asqueroso olor a zorra perfume- empalagoso me advirtió que era ella, Ámber.

-¡Diablos!-apreté mi nariz -huele a puta.-voltee a donde estaba con su sequito de taradas y me aclare la garganta-¡Perdón, putas!

-¡Ja, jajá!-fingió que reía- La verdad no se qué te ve el bombón de Robbie. eres amargada y todos desean asesinarte.

-Tal vez , pero tendré algo mas para que se fije en mi,- y lanzándole una mirada de lastima agregué.- y no en ti, y siendo honestas he llegado mucho más lejos de lo que tú has conseguido con él. Solo imagínate.-termine con burla.

Sabía que le dolía, (en su ego) de todos los chicos del colegio Robert era el único que se le había resistido, no porque no fuera su tipo, Robert se acostaba con cualquier tipo, pero a perspectiva de Robert era muy peligrosa para sus..., emm..., genitales. Estaba consciente del nivel de promiscua que era ella y el temía que, a pesar de usar miles de condones podría contagiarse algo. Eso me lo había dicho Robert. A veces no me gusta como nos expresamos de ella pero otras veces no lo puedo evitar.

Ámber dio un respingo y se repuso con los hombros erguidos; busco mis ojos y mirándome directamente lo soltó:

-Te lo puedo quitar, lo puedo alejar de ti al igual que hice con Ian,- dándose cuenta del efecto que hicieron en mi sus palabras cambio su rostro de zorra herida a zorra calculadora.-¿Por qué crees tú que ya no pasaba tiempo contigo? Yo encontré los pedazos rotos y lo hice mejor.-dijo con orgullo.-Lástima que lo convencí de conseguir la beca deportiva, por esa parte fui una tonta. ¿Cómo no se me ocurrió convencerlo, que se quedara aquí? ¡Para restregártelo en la cara!

¡Quería lanzarme en su contra, tal como los luchadores se lanzan desde las cuerdas, halarle los teñidos cabellos hasta arrancárselos y dejarme un buen montón en las manos y conservarlo como trofeo, arrancar sus labios y patearle para que escupiera los rellenos de los pechos!

Mi voz se negaba a salir para protestar, hice una sonrisa cínica y pase saliva. -Bueno, veo que te gusta reciclar la basura de los demás, siento decírtelo pero..., Ian y yo habíamos terminado.- MENTIRA Y LO SABES CRANE decía mi voz interior.-Tengo más basura en casa si la quieres, te la traeré mañana.- Me levante y atravesé el campo con la velocidad que mis piernas me permitían.

-¡No Crane no vayas a llorar!-me grito con sorna.

-¡No te preocupes, Robert sabe como consolarme!-En cierta forma eso era cierto.

Sentí ese nudo de lagrimas apretando mi garganta, ese nudo que pica, que te provoca pulsaciones y temblor en el cuerpo, era coraje, rabia, ¿Cómo puedes ser tan estúpida Janis?

¿Cómo puedes seguir amando a Ian? Cuando llegue al pasillo que guiaba a los vestidores, sentí que corría por mi mejilla una lagrima, mí rostro ardía y me faltaba el aire. Me apoye en la pared deteniéndome con los brazos extendidos y las palmas afianzadas al concreto. ¡No llores! Me ordenaba a mi misma mentalmente, él no lo valía, menos después de esto, si su canallada no era suficiente para botarlo de una buena vez, con esta sobraba. Me había prometido no llorar, ni una sola lagrima derramar por él y tenía que cumplirlo. Me contuve como pude, saque mi celular y textee a Robert.

Sí amas a alguienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora