Sí amas a alguien

Simpatía por el diablo

Tuve que salir de ahí, lo más rápido que pude, estaba a punto de confesar, además seria terriblemente cliché, el novio, la novia, el amigo- idiota- enamorado- queleconsiguiópareja. ¿No es terriblemente cliché?

Estuve a punto de decirle, de nada valdría y por eso me contuve, esta con Johnny, y él la hace terriblemente feliz, más de lo que yo conseguí.

-¡Hey amigo! ¿Ya sabes las buenas nuevas?

-Somerhalder, no se supone que debes jugar un partido, o volviste a abandonar como es tu especialidad.

-Amigo, no fui a celebrar para traerte noticias y me tratas así.- aun traía la playera sudada, sin el protector.

-Claro, debería romperte la puta cara porque fuimos expulsados gracias a ti.

- ¡Tranquilo fosforito!- levanto la mano- venia a avisar, bueno es una advertencia mejor dicho, que tu amiguito nuevo no es lo que creen.

-¿Por qué lo supones? – me cruce de brazos para escucharle.

-Yo no supongo, lo sé.

-Claro... ¿y las pruebas?

-¿Pruebas?-estaba contrariado- Hey ¿no me vas a creer?

-Como eres tan confiable, verdad.- dije sarcástico.

-Bien, no las tengo, pero las conseguiré.

-Cuando las tengas hablamos.- volví a caminar hacia mi casa.

-Te juro que es verdad.

-Por supuesto.

-Ganamos el juego.

-Felicidades.

-Salúdame a la guapa de Janis.-me detuve, el volvió a hablar.- Buenas noches, amigo.

¿Tendrá razón? Suena descabellado, es como confiar en que un cocodrilo no te morderá la cabeza al tocar su lengua. Después de todo, si era real yo sería el culpable, culpable por presentárselo a ella. Es un gran tipo y eso...pero no sé tanto de él. ¿En que estaba pensando? En ella, sí; pero era en ella y yo, y luego por no saber decírselo, por miedoso, por dudar, por cada cosa que me detenía. Por miedo a que me rechazara, por miedo a perder aunque sea esta amistad. Es cierto que la amistad verdadera entre hombres y mujeres no existe, en qué forma tan triste me he enterado.

No quiero que este pensamiento me invada, si existe esa verdad que Ian maneja, sería un buen momento para desenmascararlo antes de que en serio sus sentimientos se hagan más fuertes. Seré un mal amigo desde la perspectiva que lo miren, ella quedara destrozada (de nuevo) y yo volveré a tratar de armar sus despojos, y probablemente me sentiré culpable, algún día se lo confesare y tal vez me odie como odia a Ian.

O simplemente no debo de pensar tanto.

Corrí para alcanzar a Ian, no sin antes percatarme de que no nos habían visto, lo alcance antes de que arrancara su coche azul en la esquina, golpee su ventana, la bajo un poco desconfiado.

-Lo que sea que vayas a hacer, acerca de lo que me dijiste.- contuve el aliento- cuenta conmigo.

-Bien- sonrió – volveremos a las andadas bro.

-No, solo te ayudare a eso. Aceptas o no.

-De acuerdo.- subió los hombros sin preocupación.-mañana te aviso lo primero que debemos hacer.

-Debes aceptar unas condiciones.

Me miro un tiempo, frunció los labios y abrió la portezuela del acompañante haciéndome una señal para que subiera.

-Esto será mejor hablarlo con una cerveza y una buena hamburguesa, ¿te apetece?

-Lo que sea para dejar las cosas claras.- cerré de un portazo.

-Vale, -sonrió- no soy el diablo como para que te sientas mal por hacer tratos.

Después de ordenar y que todo fuese eficazmente servido, empecé a condicionar algunas cosas.

-Primero que nada, no deberás acercártele a Janís,-hizo un sonido gutural de disgusto-segundo, debes de tratar de no mencionar nada ni a ella, ni a su pareja actual, tercero, trata de evitar cualquier roce, incluso de estar cerca de ellos hasta que esto se decida, y ultimo, si no hay nada que probar, vuélvete a desaparecer de aquí, o te juro que...- advertí

-Me parece razonable, y en nombre de nuestra amistad, ten por seguro que así lo haré .-extendió la mano, yo dude.- vamos, juro que no te traicionare.- accedí, pero ahora tengo que idear algo, cualquier cosa por si esto no funciona. El sonrió complacido.

Hice trato con el diablo señores.Y para sellar, precisamente en esos momentos iniciaron los acordes de  "sympathy for the devil"de The Rolling Stones. 

¿Coincidencia?