Ese alguien es tu todo, tu centro de atención...

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...Y ardes en deseos de estar con él/ella"

No solo sexualmente, en cada momento, hacerle compañía, en esos momentos que se vuelven memorables solo por ser ustedes dos, uno mismo.

Habían pasado ya varias semanas que se convirtieron en meses, meses de dicha al lado de Johnny, me sentía feliz, segura de mi misma, sexy, daba lo mejor de mí para él, aprendí muchas cosas de él, era un chico rudo y ceñudo, pero, cuando estaba conmigo era divertido y amoroso.
Jamás traté de hacer algo para cambiarle, lo adoro tal como es; en serio adoro a ese chico, amaba como nos miraban cuando caminábamos por los pasillos del instituto, la mayoría de chicas que me criticaban empezaban a lucir igual que yo. Pulseras de piel, cabello sin planchar, anillos con figuras grandes, pedazos de tela amarrados a mi cuello ( esas telas me las regalo mi abuela para usarlas como palestinas en el cuello) claro, que hay que saber acomodarlas.

Algunas hasta olían a mi perfume, Johnny parecía estar orgulloso de mí, no me lo decía, pero me hacía sentirlo. Su estilo desenfadado y fresco llamaba la atención, cuando quería hacer todo lo contrario. Nos veíamos mas, le daba su espacio, y él me daba el mío, las deliciosas sesiones de besos en el atardecer, las sorpresas que nos dábamos, no me refiero a cosas materiales, eran momentos memorables.

Como la vez que fuimos al cine, por segunda vez y molestamos a las personas contando lo que sucedería a cada escena, ya saben, era como:
_¡Ay no ! ¿En esa escena muere verdad?
-Sí, pero acuérdate que resulta que en realidad no está muerta y ella es la asesina al final.

Fue divertidísimo, la gente nos quería linchar (no literal, claro)

Es tan sencillo sin complicaciones disfruta de las pequeñas cosas, las grandes  historias y los mejores momentos, como cuando su banda y el me dieron un concierto privado en voz de su amigo Steven y el en la guitarra, vibrante, enérgica y con solos perfectos.

A pesar de todo esto me siento terriblemente mal ¿Cómo no sentirme mal? Me siento la peor de todas las amigas. He olvidado a Robert y es hora de compensarlo, le habría comprado un pastel con la leyenda “Lo siento”;  pero conociéndole bien una pizza sería mejor. Pedí, recibí y pague una italiana grande, en una notita pegada al interior de la tapa escribí: Lo siento tanto ¿Me perdonas?

   En esta misma, escribí en letras grandes Para Robert,  y camine hasta su puerta, toque el timbre y me escondí cruzando los dedos para que fuese él quien abriera. Pantalones deportivos grises, calcetines blancos y una sudadera negra con algunas manchas vestían a Robert, se detuvo en el umbral recorriendo con sus ojos hacia delante.

-¡Malditos bromistas!- mascullo y se dispuso a entrar.

-¡Rob por dios la caja!-grite decepcionada porque no la vio.

-¿Janis?-dio un paso afuera y se inclino para tomar la caja de pizza, con una sonrisa pequeña-¿Dónde estás?

Salí de mi escondite, en realidad estaba detrás de su auto avancé hasta él y me detuve, no sabía cómo empezar mi disculpa, pensé que sería fácil, pero al verle esos ojos miel hundidos y sin su brillo habitual, sin picardía me sentí terrible, culpable porque no sabía que le pasaba, porque le abandone, porque el siempre ha estado para mí y yo le he fallado.

-Janis, ¿Qué es esto?- pregunto alegre pero su voz era débil.

-Es una disculpa, bueno no es tanto es un comienzo por no estar contigo, por olvidarte casi, por estar con Johnny todo este tiempo, es solo un poco de lo mucho que te compensare.

-Nena, sabes que no hay nada para que te disculpes, estas feliz con él, yo lo comprendo, es lo que quería verte feliz y oye, lo conseguí-dulcifico su voz-entiendo perfectamente que quieran estar juntos sin ,ya sabes “el colado” ,” el mal tercio”.

  Quería abrazarlo, es tan comprensivo y dulce. No merezco su amistad.

-Robby, dime algo, castígame con “el látigo de tu desprecio”- rió – no sé, me haces sentir porque no merezco que seas así de bueno conmigo.- suplique.

-Hey, te quiero, estas aquí, viniste a disculparte y acepto tus disculpas en forma de pizza. Ven entra, pasemos tiempo tu y yo.

-Me debes querer tanto, más de lo que te quiero yo.

-Parece que siempre ha sido así.-su sonrisa parecía forzada.

Lo abrace por varios segundos, no quería soltarlo, ya no.

-Veamos de que es la pizza,- dijo, deje de estrecharlo.- si no es mi favorita olvídate de que te perdone y de todo lo que te dije.-Bromeo.

  Tomo mi mano y entramos a ponernos al corriente uno del otro.

Sí amas a alguienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora