Del odio al amor... una buena sesión

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-Olvídalo

-¿Como olvídalo?

-No es importante.- dijo el tratando de desviar el tema.

-¿Por qué no lo es?

-Porque me di cuente de lo invisible que siempre fui para ti.

Una imagen instantánea vino a mi memoria, en ella los chiquillos que formaban el grupo de juegos de Robert, me fije en sus rostros, tratando de reconocer a Johnny, pero no, a todos los conocía todos éramos de las mismas generaciones escolares. Excepto por un chiquillo rubio de dientes chuecos que jamás supe quien era, no creo que sea Johnny, digo, seguiría rubio, ¿no? Pero en definitiva no es él.

-No quiero insultarte ni nada por el estilo, pero, ¿Tú estabas aquí en la primaria?

-Sí, y no te preocupes, no me insultas, es mi culpa siempre he sido un gran tímido.

-Por cómo te comportas no te creo.

-Bueno, por ti hice el esfuerzo.- ¿Cómo demonios podía provocar que lo quisiera, anhelara besarle? Aparte mis ojos de sus lindos labios.

-¿Me vas a decir entonces quien eras, eres...?- estaba expuesta a los nervios que me provocaba.

-Aquí no, te lo diré en un lugar privado.-Lo mandaría al demonio, pero ahora si quiero saber. Asentí solamente, me tomo del brazo y nos dirigimos a su casa, ¿será un truco? No, no, no había pensado en eso iba muy bien para ser real.

¿Podrías ser positiva por solo un momento? Recuerda que del odio al amor hay un paso.

Si, lo sé, pero también hay baches en ese paso. Y no quería uno para que volviera a ser odio. ¿No era eso lo que querías, odiarle para no enamorarte? Él no tiene la culpa por lo de Ian, no creo que sea un truco. ¿Pero, y si lo es? Supongo que lo tengo merecido por tratarlo mal desde el primer día. Solo me queda armarme de valor y recibir lo que merezco.

Cuando salí de mis pensamientos ya estaba en el sofá, sentada, esperando a Johnny que estaba en la cocina. Mi instinto paranoico me dijo que no tomara nada de lo que me ofreciera, y que era una babosa por aceptar estar con él en privado después de lo molesto que estaba conmigo. Busque en mis recuerdos si podía ver o reconocer a Johnny.


-¿Pensando Janis?

-¿Dónde estabas tú?

-Ah vaya quieres ser directa, me gusta. Emm yo estaba en la esquina del salón de la profesora Lilian,- tomo asiento a mi lado- . Después de eso, no sé cómo decirlo,- empezó a rascar su labio con el pulgar-empecé a seguirte para que fuéramos amigos, no es tu culpa el que no me hayas visto, yo me escondía de ti, si a pesar de que te buscaba. Yo..., -se aclaro la voz- yo era un tímido sin remedio.- Dio una rápida sonrisa que la desvaneció para mirar a otro lado.

Aun era un tímido, un tímido encantador.

-¿Pasaste desapercibido tantos años? Solo así, ¿mirándome en secreto?

-No yo, mi mamá y mi papá se separaron, nos mudamos a otro lugar, con mis abuelos; regrese aquí para la secundaria.

-¿Johnny en serio tanto tiempo- no podía creerlo- tanto tiempo te he gustado?

-Para ser sincero, no, quería ser tu amigo nada más, hasta cuando vi lo que el gran trabajo que hizo en ti la pubertad...-mordió su labio y conteniéndose esquivo mi mirada.


Me ruborice, no era un buen cumplido, pero me gusto. ¡¿Qué demonios espera, porque aun está sentado?!

Sí amas a alguienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora