Esas ganas de matar, rogar ¿Perdonar?

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¿Cómo podía controlar la situación? Si me ponía en mi ya conocida actitud ante los problemas (agresiva) se daría cuenta que si sufrí por que me dejo, indiferencia seria el nuevo plan de ataque.

-Bueno pues heme aquí, ¿Qué se te ofrece?

-¡¿Cómo que que se te ofrece?!-Protesto Robert,-¿En serio Janis?

-Venia a verte, te extraño- continuo Ian, ignorando a Robert y poniéndose cómodo en el sofá.

-¡Qué lindo¡ Pues, ya me viste, ahí está la puerta, ciérrala al salir por favor.-conteste con sorna. El me miro fijamente, trate de usar una mirada fría con él, me es difícil, no podía olvidar lo que sentía por él, todo se reunió, el amor, el rencor y el odio. Rara combinación, el estomago se me revolvió.

Y ahora ese impacto visual, se notaba que estaba mucho mejor sin mí, aumentó su estatura, tenia hombros anchos y por la forma en que su playera le cubría el cuerpo, era evidente que tenía una excelente figura, su cabello negro resaltaban esos ojos azules que tanto adore y ¡Vaya! Sus labios eran tentadores. Sentí como sus ojos recorrieron mi cuerpo de pies a cabeza y se detuvieron en mi pecho.

-Tu estas mucho mejor que antes. -rió de lado.

-No tengo tiempo para escucharte, así que se directo.

-Siempre has sido directa, excepto cuando se trata de ti, divagas mucho, no eres franca, pero si exiges que los demás lo seamos.

-¿Viniste a hablar de eso nada más? ¡Qué flojera! Si nos ponemos a hablar de defectos, tu querido, me llevas la delantera por mucho, guapo.-me cruce de brazos.

-¿Estas a la defensiva mi amor?

-Estoy estresada porque tengo una cita, tengo que llegar temprano. Y tú me atrasas con esta estupidez de juegos mentales baratos que haces.

-Los doctores no se fijan en eso.

-¿Crees que es un doctor?-ironice.

-Sí, no puede ser un chico, no hemos terminado, seguimos siendo prácticamente novios,-Una mirada celosa se asomo a sus ojos, ¿en serio, aun sentía celos? ¡Vaya farsante! Si fuera actor seria uno de los buenos, que tipo tan comodino para mentir.

-¡Ah quieres hablar de si seguimos o no, por eso estas aquí! ¿Cierto? Pues no somos, después de que largaste sin decirme nada. ¿Crees que yo te iba a esperar?- reí unas cuantas carcajadas un poco amargas- pues no, estas muy equivocado. No te iba a esperar eternamente.

-Pues yo si...

-¡Ya lo creo!- le interrumpí.- ¡Me esperarías distrayéndote con la puta de Ámber!

Hubo un largo silencio, Robert retenía sus manos sobre su boca, escéptico un poco teatral, sus ojos iban de Ian a mí. Yo deseaba eliminar a Ian, ¡quería patearle las...! okay debo calmarme, toda la terapia mental no serviría de nada; tanto que me esforcé, ¿pero como mierdas se atrevía a venir con sus tonterías a estas alturas? Me sigue mintiendo, y sí, quiero saber porque, en que me equivoque, que putas hice para que me hiciera esto, yo lo amaba con locura, tres años de abandono, ese chico era todo para mi, estoy de acuerdo que no todo fue negativo con él. Era perfecto, era el novio ideal; es difícil reconocerlo pero antes de Ámber y esta basura, era el mejor.

Ian era todo para mí, una mirada de él hasta me quitaba el dolor. Ahora me lo provoca.

-¿Quién te dijo que yo...?

-La misma Ámber,-con un poco de rencor continúe- Pensé que ibas a negarlo, yo creí que era mentira, que estúpida ¿no? -una sonrisa hueca me lleno los labios.

-Janis yo... perdóname.

Hubiera preferido que lo negara, así me demostraría que fue mentira pero lo acepto.

-Ian, -reí con sorna. -perdónate tu. Y déjame en paz, tú y yo, jamás tendremos ya nada que ver.

Se levanto del sofá, se acerco a mi hasta quedar frente a frente, enredó su dedo en la presilla de mi pantalón acercándome a él, acaricio mi cabello mis sentidos se pusieron alerta. Robert se dispuso al acecho.

-Dime que no extrañabas esto y me iré, pero dímelo a la cara.

Sus ojos azules me escrutaban, ¡se veía tan varonil! Si hubiese regresado antes de Johnny, absoluta y definitivamente habría caído rendida a sus pies. Sin importar todo el dolor y el engaño, estúpidamente lo habría perdonado. Recordé el dolor que causaron las palabras de Ámber en mi, al confesarme lo que hubo entre ellos; ahora, de alguna manera eso me serviría para defenderme, aun no sé cómo.

Supongamos que sean ciertos los celos que siente por mí, bueno, ya sé como contraatacar.

-Sí, extrañaba eso, pero, ¿sabes por qué?- dije apartándome de él, una loca confianza se apodero de mi -Porque no conocía ninguna otra, pero ahora. -Reí satisfecha.- No te comparas con ÉL.

Se quedo petrificado un momento, resoplo y tomo su boina negra.

-Solo regrese por ti...

-Gastaste dinero y tiempo por nada.-sisee.

-No lo creas.-dijo con la mirada baja y asintiendo lentamente.- pero es cierto.

-¿Algo más?- contesté sin interés.

-Si.- levanto la vista-No me rindo fácilmente.-Su tono me produjo un poco de miedo, como si fuera una amenaza mortal.-Sabes que obtengo lo que quiero.- y me lanzo un beso antes de ponerse la boina y salir de la casa.-¡Fue lindo verte, Robert! -Grito desde la calle.

-¡Hijo de puta!- fue la respuesta de Rob.

Sí amas a alguienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora