De vuelta

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"Si Amas A Alguien..., que no te ata a sí mismo dandote libertad de escoger y sin embargo buscas quedarte con él, es amor."

-Pero...,¿si vas a ir a la fiesta verdad?- insistió de nuevo la primer chica.

-Muñeca, creo que te quedare mal.-Dijo con una sonrisa forzada, quería que alejara, quería ir tras ella, tras Janís.

-¡Por favor!-rodó sus ojos.-Te matáras socialmente si no vas, y vas a ir acompañándome ¿ves?- el máximo de los egos en una chica rubia como sacada de un drama adolescente.

-Tengo que hacer algo realmente importante.- Mientras pasaba a su lado le tomó de la playera.

-¿Disculpa? ¡No hay nada más importante que yo!-Evidentemente era una narcisista.

Se burló sin decir palabra, tomó de la muñeca la mano con la que le sostenía y la apartó. Engreida y petulante otros dos adjetivos que le vinieron a la cabeza al ver a este personaje.

-¡Haré lo que me pidas!-casi imploro en su oído. Hizo una sonrisa triunfal, aunque era inesperado que alguien tan bella como ella rogara.  Normalmente se les ruega.

-Quiero que invites a alguien.-dijo disfrutando de sus expresiones faciales.

-Robert, Keith y Steven asistirán...—Trato de atajar.

-Es una chica.

-¿Queee?-su mueca era desagrado total.

-No iré entonces ¿en serio es como primordial que asista?- preguntó un poco más para si mismo.

-¡De acuerdo! ¿Quién es?-rodó los ojos.

-Se llama Janís Crane.

-¡Ah! ¿Solo si invito a esa, asistirás? Pues mejor olvida la invitación.-se cruzó de brazos como una niña mimada.

-¡okay!- encogío de hombros sin darle importancia. -De todas maneras, Ámber, ¿Cierto? no creo que sea la gran cosa.

-¡Esta bien, está bien!- dulcifico su tono.- La invitaré si me aseguras tú presencia,-toco con su dedo la punta de su nariz- Tú ganas guapo aunque me pagarás esto.-Guiño un ojo y se alejo contoneándose

No tardó en encontrar a Janis acomodando su bata para el laboratorio, le comentó sobre la fiesta y lo súper-hiper-mega importante que asistiera.

-No gracias no me interesa ninguna fiesta.

-Pe...,pero si tu no vas...

-¿Si yo no voy que, Amber, no tendrás a quien humillar?

-Por favor tienes que ir, ira tu amigo Robert yo no te puedo humillar. Hazlo como una ex-capitana apoyando a la actual capitana.

Pensó una buena respuesta para eso, sopesó las probabilidades de una idea en su contra, efectivamente, con Robert a su lado no le haría nada, qué efecto tendría Robert en ella para que no le atacara en ninguna forma.

Suspiró, no pudo creer esto.

-Vale iré.

-¡Gracias!-dijo efusiva y se alejo, ¿qué mierda significaba eso? Se suponía que le odiaba, ¿no?

Tal vez le humillaría, seria "el puerquito" de la fiesta. Dando una palmada en la frente, maldiciéndose a si misma por imbécil, bien por estúpida tendría que aparecer rogando que no vaya a pasar nada, inventaría un buen pretexto para no ir, pero no tenía ganas de quedarse en casa y ver a su guapo vecino de frente.

¡Demonios maldito cliché!

Llego la hora de la fiesta no se esperó tanto en su arreglo, yendosé a casa de Robert quien esperaba en el coche impaciente, olía tan rico su perfume, un rápido saludo y unas expectativas burlonas sobre la fiesta.
Se acercaban a la dirección en una amplia casa de zona residencial, con razón era una frívola pensó. Bajaron  del auto despues de buscar en donde estacionar.
  Robert la abrazó sobre los hombros dirijiendose a la entrada de la hermosa casa en verdad, parecia enorme la distancia de la puerta a la sala de estar, muy minimalista y moderno todo reasaltando el blanco y el  gris con toques rojos que daban los floreros.

Sí amas a alguienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora