La cena

69 15 0
                                    

Si existe un buen motivo para que se abra la tierra y me tragué, es ahora.

La cena transcurría con la tensión en el aire, yo picaba mi comida con el tenedor y mantenía la cabeza inclinada, evitaba hacer contacto visual con Ian, estaba segura de que si nuestras miradas se cruzaban el odio y el rencor me invadirían y me lanzaría a golpearle, a arrancarle los ojos y los labios de su mentiroso rostro.

-¿Y qué hiciste desde que Ian se fue Janis?

Llorar por las noches, recordarlo, volver a llorar superarlo de algún modo, conocer a un excelente chico, pelear en una fiesta, besar a ese chico en una especie de fiesta de alberca, pelear con él y ser su novia, golpearlo por accidente cuando entró a mi habitación. ¡Ah! Y estar a punto de hacerlo, dos veces.

Claro que esa no fue la respuesta.

-Estudiar- contesté sin importancia.

-¿Verdad que no hay otro chico? - pregunto mi mamá, el bocado se me atoró en la garganta.

-No creo que este sea el momento...- contestó papá con un toque de celos en su voz.

- De hecho; hay un chico de mi clase de historia que es mi compañero de trabajos.

-No lo conozco. -dijo secamente mi mamá.

-Bueno, más vale bueno por conocer que malo por conocido...- entorné mis ojos hacia ella.

-¿Tratas de reclamarme algo?

-Oh no Ian ¿debería de hacerlo?- le lancé sarcásticamente.

-Estas enojada querida, pero ya está aquí otra vez.-Intervino Edna.

¡Yupi yiu!

Ian no contestó, sabía que no le reclamaría nada, es decir no con mis padres ahí. Siempre he dicho que si tengo un problema, yo sola debo de salir de él. Yo me metí yo lo arreglo.

Pero no se me ocurría nada.

-Técnicamente sigues siendo mi novia, jamás terminamos.

Sentía que la sangre me ardía, ¡voy a matarlo!


Por accidente, derrame mi bebida encima de mi blusa, me levante y me dirigí al baño. Aproveché para textéar a Robert, explicar a grandes rasgos y pedir ayuda.

Esperé unos segundos, pero no me contestó, resignada y sin nada en mi cabeza para defenderme salí del baño. La sensación era terrible, sentía que me oprimían el pecho y un nudo en la garganta, no un nudo de lagrimas era uno de impotencia.


Me acerqué lentamente a la mesa, juro que las piernas me temblaban, papá no estaba ahí, escuche su bonachona voz en la entrada. Mamá me dirigió una mirada amenazante que provoco que me sintiera peor, pequeñita, nada.

Aclaro que no tengo problemas con mamá ella es maravillosa.

-Pasen chicos, vengan a cenar con nosotros.

Mi papá caminaba delante, y detrás de él Robert y Johnny. 

Johnny fue la sorpresa.

Ahora entiendo la mirada que me envió mi madre, era un reclamo por haberle llamado.


-Buenas noches- saludaron al unisonó Johnny y Robert.

Mi papá sentó a mi lado a Johnny, y del lado de Ian a Robert. 

En vez de mejorar se sentía sofocado el ambiente

-¿De que estábamos hablando?- Preguntó Edna.

Sí amas a alguienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora