Las peores cosas.

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-¡Es increíble!-se quejo Robert.- ¿Cómo puede salir con estas estupideces a estas alturas?
-Olvídalo- le dije para cambiar de tema, ya era muy incomodo tenerlo ahí y que volviera ese "no sé que" por él.
-¿No me digas que no piensas lo mismo?
-Yo ya no sé ni que pensar, esto es demasiado, y luego... ¿Qué onda con su amenaza?-trate de ocultar mi temor.
-Yo opino que debería de castrarle, porque ya se paso de verga.
-¡Robbie!
-Es cierto, no lo niegues, a ver Janis, no me digas que te sigue gustando.

No dije nada, ahora mi estomago estaba hueco.


-¡No es cierto te sigue gustando...Janis Por Dios!
-¿Sabes qué?...necesito irme.-resople.
-Ahora me evades.
-No, Rob no es eso, necesito no pensar en nada que tenga que ver con Ian, necesito estar bien, no puedo dudar después de lo que Johnny y yo...
-¿Johnny y tú que...?

Gire la perilla de la puerta y salí, mejor dicho, hui de el interrogatorio.

-¡De cualquier forma me voy a enterar!-Grito Robert.
-¡Qué bueno...luego nos vemos!

¿Cuál es la mejor manera de evitar que nos torturemos con preguntas idiotas y de las que obviamente tenemos respuesta, pero una respuesta fea? = Dormir.

Eso hice durante las últimas 3 horas, cuando desperté la grasa facial había invadido mi rostro, frente, nariz y barbilla. Baje al baño a lavarme la cara. Mi padre estaba totalmente dormido en el sofá y el televisor transmitiendo "Noches de Rock" tome el control y apague el televisor.


-Oye, yo lo estoy viendo.- me dijo con pesadez.
-Bueno, señor Crane, si tuviese los parpados transparentes le creyera, pero como no es así.
-Cierra la boca - dijo entre broma y realmente ordenándomelo.
-Bueno si no le molesta iré al baño, me robare algo de la cocina y me encerrare en mí recamara.
-Con la condición de que me des un café y no te molestare.
-Ya que.

Lave mi rostro, le prepare café a mi señor padre y me robe unas galletillas de canela que estaban por ahí, solitas. Subí a mi habitación como amablemente mis padres dejaron que mi habitación fuese en el altillo el frondoso árbol que compartía parte del patio de los Downey con el nuestro hacia ruido en sus ramas, pensé que era "Bigotes" el precioso gato que tiene Robert, o tal vez Robert tratando de escapar de Allison. Como sea, me asome al pequeño balcón, ¿Y si era un ladrón? Tome un bate de madera que tenía desde mi decima navidad.
Definitivamente lo que había allí no era bigotes, ni Robert, era otro tipo con un gorro, el tipo se acerco a mi balcón y empujaba las puertas. Lleve el bate a la altura de mi hombro lista para asestar el golpe, ¿se veía extremadamente alto o es mi psicosis lo que me hace verlo así? Cuando pudo abrirlas y traspaso el umbral deje que el bate le golpeara el estomago, seguramente lo sofocaría y yo gritaría a mi papá para que viniera por él. Sencillo, ahora dale fuerte. Deje que mi fuerza se descargara en el golpe.

-¡Oye no...!-y después el golpe seco en su estomago, se doblo y cayó al piso, creo que me puse un poco sádica pues estaba dispuesta a romperle una pierna para que no escapara, subí el bate por encima de mi cabeza para dejárselo caer.- No soy yo, - dijo con una voz apagada y desesperada.-¡Soy Johnny, soy Johnny!-Se quito la gorra y con precaución se acerco a un punto de luz, (pues estaba a oscuras)

Pobrecito... ¡Ay dios que hice!

Lancé el bate lejos y me hinque a su lado.

-¡Ay por dios...! lo siento, perdón es que me asuste, no quería. ¡Fue tu culpa me asustaste! - si señoritas, así somos.
-Bueno, al menos ya sé que pasa por no avisar.-se burlo de sí mismo, creo.
-Lo lamento, no quería golpearte... ¿Qué haces aquí?
-Robert me dijo de este pasadizo, que antes venia a jugar contigo.- Ayude a que se levantara y lo recosté en mi cama.

-Lo siento tanto- me disculpe..
-No más que yo, encanto.-y se puso a reír con dolor.-Hice un verso ¿entiendes?

Era tan tentador tenerlo ahí, y como quien dice listo en la cama, pero con mi padre ahí. No definitivamente no.

-¿Estas mejor?-le pregunte y puse mi mano en su abdomen.
-Si, ya estoy mejor, me alegra saber que mi novia no es tan frágil.
Se incorporo un poco apoyándose en los codos.
-¿Sabes a que vine?
-Tengo una ligera idea.
Metió su mano en el bolsillo derecho del pantalón y saco una memoria USB.
-Vine a que escucharas esto, yo toco la guitarra, espero que te guste.
- ¡Ah! era esto. - Fingí desilusión, se le escapo una risita, juguetee con el entre los dedos.

-Te prometo que lo escucharé.

-Lo sé, espero poder estar contigo cuando lo hagas.

Me arrojo sobre la cama y el sobre mí, tenía algo que realmente me atraía, no sé que es aun, su respiración se entrecorto sus manos se escurrieron por debajo del pantalón de mi pijama acariciando mis muslos, subieron suavemente hasta mi cadera, era enervante como acariciaba esos huesitos que forman la cintura (cresta iliaca si no mal recuerdo) tomo mis manos sosteniéndolas por encima de mi cabeza.

-Espera...- le dije entre besos - mi papá está en casa.
-Eso lo hace un reto para mí. -descendió sus labios por mi barbilla hasta mi pecho. Y se detuvo en seco.

Mamá tocaba a la puerta, nos separamos rápidamente y empuje a Johnny al suelo para que se escondiera debajo de la cama, le patee en medio de la desesperación.

-¡Janis ya te he dicho que no pongas seguro a la puerta, ábreme!
-Lo siento,- dije al abrir.- es que quiero dormir un poco.
-¡A que no sabes quien vino a cenar!- contesto alegre.
-No sé.- dije desconcertada ante su cambio.
-Arréglate y baja, es a alguien a quien quieres mucho.
-¿Robert?
-No, Robert no. -Dijo con fastidio.- Es sorpresa.
-No creo que sea alguien a quien quiera mucho, si no es Robert... es imposible que sea otro a quien quiero mucho.- pues está debajo de mi cama.
-En cinco minutos te quiero allá abajo para cenar.- me ordeno y se fue, cerré de golpe.
¿Cinco minutos? Si quiere que me arregle necesito más de cinco.
-Creo que me debo de ir, -Dijo Johnny saliendo de su escondite.
-Perdón, por batearte y por patearte.

Me acaricio el cabello y me beso.

-No importa, he pasado peores. -Sonrió y salió por el balcón.

¿Se supone que sería algo romántico su entrada por el balcón, estilo Romeo y Julieta?, Porque no lo fue, y créanme que me alegro mucho que no fuese así.
Me arregle, en realidad solo me volví a poner la ropa que traía, amarre mi cabello en una coleta, un poco de polvo en el rostro y baje. Cuando descendía por las escaleras escuche una voz femenina, un poco más grande que la de mi madre.
-¡Mira nada más que grande se puso Janis!

Oh no, mierda, mierda, mierda.

-¿Recuerdas a la señora Edna, mamá de Ian?-pregunto mi madre
-Buenas noches.-salude monótonamente.
-Y mira, quien vino a cenar- canturreo Edna. Ian salió del fondo.
-Buenas noches Janis, te ves muy linda.- Sonrió burlón..

Afortunadamente hay cosas peores, pero no se me viene a la mente ninguna

Sí amas a alguienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora