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Isabella:

Todo lo que siempre he querido está justo delante de mí, la propuesta, la elección, que Ben me eligiera y que vea un futuro conmigo.

Si esto es lo que deseo..

¿Por qué respondo que..?.—No.

Los ojos de Ben se abren.

—¿Dijiste que no?

—Sí, eso dije.

Confundido, Ben se pone de pie, baja la mano con ese anillo precioso y costoso, por lo que se ve.

—Isabella, no lo entiendo.. ¿No es lo que querías?

Sí, es lo que quiero.

—No puedo casarme contigo ahora.

—¿Por qué no?.—Hay enfado en su voz.

—Porque acabamos de pelear y no puedes venir aquí, después de desaparecerte todos estos días, darme un anillo y usar  el matrimonio como una forma de que yo te perdone.

—Creí que necesitabas espacio.

—Corrijo eso, pero en lo siguiente tengo razón.—Respondo enseguida.—No puedo darte una respuesta ahora porque tenemos problemas que solucionar antes de dar ese paso tan importante. —Niego con la cabeza.—Ben, una propuesta y un anillo no solucionan nuestros problemas.

—Lo harían si lo aceptaras.—Me ofrece una vez más el anillo, pero no se inclina.—¿Sabes cuánto me costó?

—¿Ahora hablas de precio?

—Perdón, me equivoque, es solo que no entiendo cómo puedes no aceptarlo... tenemos dos años juntos.

—Dos años en los que he tenido que soportar los malos tratos con tu madre, tu indiferencia cuando ella está presente y todo porque te quiero... ¿Cómo tendré yo la seguridad que eso no va a continuar ahora?

—Isa..

—¿Solo por qué me ofreces un anillo?.—Le pregunto de frente.—¿Un anillo va a asegurarme que no volveré a sentirme humillada por tu madre?

—¿Entonces qué sugieres..? Yo estoy dispuesto a recuperar lo nuestro. Quiero una familia contigo.

—Y yo no quiero que al tenerla, tu madre siga metiéndose en mi vida, en nuestras vidas... y en lo que venga en nuestro futuro.

Solo puedo imaginarme a Rebecca tomando decisiones sobre mí y con mis hijos, si es que él y yo lo logramos.

Quiero a Ben.

Pero ofrecerme casarme con él no me asegura nada, el matrimonio no soluciona los problemas, no todo se ira mágicamente y viviremos felices, comiendo perdices.

Es solo un papel, una promesa, que muchas personas no llegan a cumplir y yo quiero que si se llega a dar, ambos cumplamos esa promesa.

Y ahora mismo, yo no veo a Ben con completas intenciones de hacerlo.

Me ha pedido matrimonio, sí.

Pero su madre... ¿Cómo sé que estas no solo son otras promesas más?

Además papá no estaría a gusto, él es de los que prefieren que antes lo consulten con el que conmigo.

—¿Qué sugieres entonces..?

—Pruebas.

Ben abre los ojos.

—Pruebas de que estas listo para dar ese paso conmigo, Ben.

En la piel de AdánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora