Isabella:
No quiero tener un hijo.
No es algo que quiero.
Y no es algo que necesito ahora.
Todavía quiero lograr más cosas, lograr cosas que ni he podido lograr.
—¿Qué mierda hago ahora?
Le envió un mensaje a Adán.
"Tenemos que hablar"
El verdadero mensaje que quiero enviar es "Tenemos un problema que solucionar", pero no quiero que entre en pánico, así que decidí darle solo ese mensaje.
Ahora mientras llega tengo que luchar constantemente con mis nervios y no caer desmayada frente a él, antes de decírselo.
La verdad, por más que busco la manera de decírselo, no lo encuentro y todo el día se me pasa rápido, sin percatarme.
Ahora estoy cambiando las sabanas mientras Adán se cepilla los dientes en el baño.
Tengo un dolor en el estómago, como si fueran pataditas, aunque es muy pronto para sentirla.
¿Por qué pienso en pataditas si yo no..?
—Tu padre me llamo.—La voz de Adán me saca de mis pensamientos, una voz que viene del baño y casi a los pocos segundos lo tengo en la puerta de mi habitación.
Corrección, nuestra habitación.
No lleva más que unos pantalones de buzo, blancos de dormir, no sé sin son mis super poderes de embarazada, pero ahora tengo la habilidad de ver con más detalle su cuerpo.
Son las hormonas, Isabella.
Si, probablemente.
Con solo verlo tengo ganas de coger, aunque no debo pensar en eso ahora, menos tener los ojos en su precioso tatuaje.
—Bella...
Oh cierto.
Papá, espero que no hayas metido la pata antes de tiempo.
—Dice que has estado enferma.—Adán enarca una ceja.
Okey, papá.
—¿Por qué no me lo has dicho?.—Se detiene al otro extremo de la cama y me ayuda a darle las ultimas tendidas a las sabanas.
Bien, es ahora o nunca.
—No estoy enferma.
—¿Entonces que tienes..?
No lo miro cuando se lo digo.
—Un bebé.
Adán se queda en silencio.
Y luego.—¿Qué?
Tomo un respiro y consigo el valor para decírselo en la cara.—Estoy embarazada, Adán.
Sus ojos se abren mucho, enseguida parpadea y una mueca aparece en su rostro, como si no quisiera creerlo.
—Perdón, te oí decir que..
—Sí, eso mismo.
Se queda sin habla, con una expresión distante.
—¿Cuánto tiempo?
¿Eh?
—¿Por qué quieres saber cuánto? Si tienes dudas, me voy a ofend...
—No es eso.—Me interrumpe.—Quiero saber si todavía estamos a tiempo.
Me quedo perpleja.
—¿A tiempo...?
El corazón me comienza a latir muy rápido.
Adán suspira.—De acuerdo..
Él llega hasta mí y me hace sentar a su lado.
—¿Quieres tener a este bebé?
Separo los labios y niego.—No lo sé...¿Tu no..?
—No.
Creí que me sentiría bien con su respuesta, pero es todo lo contrario.
¿Esto era lo que yo quería no?
Bajo la mirada.—¿Tú no...?
—No, Isabella.
Una mueca forma mis labios.—No lo entiendo, Adán. ¿Lo dices por ahora o...?
—Yo no quiero tener hijos, Isabella.—Me habla claro.—Ni hoy, ni mañana.
Abro mucho los ojos.
—Creí que... nunca lo hemos hablado, pero pensé que al ver un futuro conmigo, en algún momento tú..
—Quiero un futuro contigo.—Me corrige.—Claro que lo quiero, pero solo contigo.
Solo conmigo.
—Yo no... no quiero un hijo, no quiero tener un hijo y que en algún momento de su vida descubra la mierda de padre que soy.
Sus palabras las entiendo por completo, pero yo misma lo digo.
—Que no descubra que eres actor porno... ¿Es eso?
—No es solo eso, mírame... ¿Realmente piensas que puedo ser padre?
Yo no, no lo reconozco ahora.
¿Qué debo hacer?
¿Qué debo decir?
—¿Acaso tú quieres...?.—La pregunta me hace doler el pecho.
—No...
Los ojos de Adán se abren.
—No quiero tener un hijo ahora.—Le aseguro, la última palabra no se ha escuchado.
Es la verdad.
Ahora no quiero, pero creí que en algún momento nosotros...
—Entonces creo que la mejor decisión para los dos es esa.
No tenerlo.
Esa es la mejor opción.
—Sí, lo es.
No me molesta que no quiera un hijo ahora, porque seria hipócrita de mi parte cuando yo tampoco lo quiero.
Lo que me molesta es darme cuenta que ya no solo es el porno.
Sino que ambos, a la larga y en el futuro.
Deseamos cosas completamente distintas al otro.
No me hago responsable de lo que pase en los siguientes capítulos.
Nos leemos.
>>Yiemir.
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En la piel de Adán
RomanceIsabella Lewis es una reportera que siempre trata de llevar el control, obsesiva con el trabajo y que busca sobresalir cada vez que puede en el. Motivo por el cual lleva el apodo de "La Loca Bella". Y cuando ninguno de sus compañeros acepta una entr...