Isabella:
—Auch.
—Deja de quejarte, tu lo golpeaste, papá. —Le digo mientras le coloco hielo sobre lo rojizo que quedaron sus nudillos.
—Al menos con ese golpe ya no se le ocurrirá venir a molestar a mi manzanita.
Confirmo.
Aún así.
—Solo vino por sus últimas cosas. —Respondo. —No puedo quedarme con ellas y tampoco quiero nada que me recuerde a el en esta casa.
—Creo que se le quedara un bonito recuerdo. —Pronuncia Adán.
—Muy gracioso. —Digo mirándolo.
—Lo es. —Dicen ambos.
Resoplo y presiono el hielo envuelto una vez más en sus nudillos.
—Ya basta, manzanita, estoy bien. —Me asegura.
Papá se pone de pie
.
—Me tengo que ir, hoy aunque valió la pena, perdí tiempo. —Responde. — Mañana debo ir a ver el terreno..—Nuestro almuerzo.
Papá sonríe. —Claro que almorzáremos juntos, Manzanita.
Me besa en la sien.
—Pero debo irme.
Le extiende la mano a Adán.
—Un gusto, Adán. —Ambos se dan un apretón de manos. —No olvides lo que hablamos.
¿Lo que hablaron?
—Te veré mañana, manzanita.
Hago un gesto.
Acompaño a papá a la puerta y cuando toma un taxi, regreso a la casa, cierro la puerta detrás de mi.
—Lo que hablaron ¿no?. —Pregunto, las manos de Adán van hacia mis caderas y las mías a su pecho.
Lo hago retroceder y caer sobre el mueble, Adán tira de mi y termino sentada sobre su regazo.
—Tengo miedo de preguntar de que hablaron.
Adán se mantiene serio.
—¿No le has propuesto hacer videos, no?. —Bromeo, noto su seriedad continua. —¿Adán?
Adán suspira, noto sus músculos tensos, hasta noto las venas marcadas.
—¿Adán? .—Repito.
—¿Qué hacia aquí, Ben?.
Uhmmm.
—Ya lo dije, vino a recoger sus cosas.
Y es muy probable que no venga a fastidiarme después del recuerdo que le dejo papá.
—¿Estas celoso?
—Si.
Abro los ojos sorprendida y bajo la mirada, parpadeo con una sonrisa en el rostro.
—No pensé…
Que lo dirías.
—No tienes que estar celoso.
—¿No tengo? Son dos años de relación contra un mes de conocerme. ¿Todavía piensas que no debo estar celoso?
—Pues no, termine con el y no voy a volver con Ben, lo que me hizo…
—¿Te crees capaz de perdonarlo?
—Perdonar y volver a confiar en una persona son cosas totalmente diferentes, Adán. —Respondo. —Podre perdonar a Ben porque es lo que necesito, odio vivir con rencor, pero yo volver con el… No me creo capaz de hacerlo ahora, ni en un futuro.
Su mirada no cambia y yo sonrio despacio.
—Además.. aunque no se que tenemos exactamente, me gustas.
—¿Y qué sientes por el ahora?
Mis labios se separan.
—Una relación de dos años…
—Cualquier relación puede terminar en cualquier momento, no importa el tiempo y los sentimientos…
Cuando te lastiman como lo hicieron conmigo.
—Y ahora mismo por Ben solo siento decepción. —Confieso.
—¿Y por mi?
—¿Al fin hablamos de ti?
Adán me coge del rostro y estampa sus labios contra los míos, su boca se mueve con fuerza sobre la mía, el sabor de sus labios me enloquece y termino tirando de ellos.
Adán sonríe cuando rompo el beso.
—¿Has llevado a un bar a mi papá?
—¿Y has sacado esa conclusión besandome?
Alzo mis cejas.
—Los chicos le invitaron.
Suspiro. —Ya entiendo porque ha golpeado a Ben.
—Estoy seguro que el trago solo incentivo algo que el quería hacer y yo también.
Sonrio.
Me coge de la cintura y me derriba.
—Pero hablemos de otras cosas.
Caigo sobre el mueble y su cuerpo me cubre, nos besamos despacio.
—¿Esta es tu forma de hablar?. —Gimo sobre sus labios y le doy otro beso.
Adán me lo devuelve, me quita la respiración con ese nuevo beso y termino con el cuando sus manos intentan entrar en mi pantalón.
Sus ojos me observan confundidos.
Mi mirada se ubica ahí y sonrio. —Aún no estoy totalmente recuperada.
—¿Qué es lo que te ha dicho el médico?
Hago una mueca. —Me ha prohibido el sexo.
Su rostro malhumorado me hace reír.
—Dice que aunque este reaccionando bien al tratamiento , va a prohibirle el sexo durante un poco más.
—Supongo que tendré que usar otros métodos.
Sonrio.
—Pero antes…
—¿Qué?
—No sé si has revisado la página o mis vídeos.
—No.
Mentirosa.
—He superado las 10 M de reproducciones en mi último video.
Abro mucho los ojos.
10M han visto actuar el pene de Adan.
—Los chicos quieren hacer una pequeña celebración el sábado.
—¿Celebran eso?
Adán arquea las cejas. —Es como un logro.
Woo..
—¿Quieres ir?
—¿Quieres que vaya?. —Pregunto con una sonrisa.
—Me gustaría que si, pero depende de ti. Será una cena es todo. Si no te sientes intimidada.
—Para nada.
Las esquinas de sus labios se elevan. —¿Tu respuesta?
—Iré.
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En la piel de Adán
RomanceIsabella Lewis es una reportera que siempre trata de llevar el control, obsesiva con el trabajo y que busca sobresalir cada vez que puede en el. Motivo por el cual lleva el apodo de "La Loca Bella". Y cuando ninguno de sus compañeros acepta una entr...