2. Ascenso de cargo

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Eduardo

El vehículo sigue en movimiento mientras mi chófer conduce. Me quito los lentes oscuros cuando el coche se adentra en la mansión. Una vez que estaciona, mi empleado me abre la puerta y bajo del auto.

Oigo el grito de mi hermana en el living, entonces corro en su ayuda. La abrazo, porque la encuentro entre sollozos, ya que no se puede sostener, y miro al suelo, visualizo a mi padre muerto. Alzo la vista encontrándome con esos hombres que nos han visitado durante días, estos últimos meses.

—Eduardo Patriska, señorita Laura —nos saluda uno de ellos—. Un apellido no muy común para un español —afirma.

Frunzo el ceño.

—¿Qué quieren?

—Los negocios de su padre pasan a usted ahora. Está enterado de ellos, ¿verdad?

—Sí. —Miro el cadáver de mi padre una vez más y vuelvo a observar al hombre—. Señor, Lamarck, ¿cierto?

Él asiente.

—Sabía que había tomado una buena decisión al ascenderlo de cargo, necesitamos gente joven en este negocio.

—En la mafia no hay lugar para flaquear, estoy para servir.

Asiente otra vez y los veo irse.

—¡Eduardo! —Se aparta de mis brazos Laura—. ¿Qué vamos a hacer? —Llora.

—No queda de otra. —Saco de mi bolsillo una tarjeta—. Tengo un contacto.

—¡¿Vas a aceptar la propuesta de Brayton Lovelace?! —dice espantada al nombrar a un mafioso importante aquí en Inglaterra.

—Es el único que puede ayudarnos ahora.

—No planeas decirle, ¿cierto?

—Ni de coña —dejo de hablar en inglés para formular palabras en mi idioma natal.

No puedo permitir que se sepa nada de lo que ocurre aquí, pero de todas maneras necesito ayuda, así que utilizaré todas mis artimañas para cubrir el secreto.

Padre, tu muerte no será en vano.

El prometido de la Inglesa (R#13) [Prometidos #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora