Eduardo
La hermosa castaña de ojos verdes, vestida con un camisón de seda muy fino, parpadea rápido por la confusión, mirando la invitación que le di. Alza la vista, entonces entrecierra los ojos, levantando el sobre.
—¿Y bien? —consulto ya que no dice nada.
—¿Qué significa? —cuestiona.
—¿No querías que te invite a una fiesta? —Enarco una ceja.
—Sí, pero...
—Mira, mi amigo Felipe, me pidió que trajera a alguien sí o sí, y como a esta hora no puedo conseguir compañía, decidí despertarte.
—¡Son las tres de la madrugada! —se queja.
—Ah, pero como te vi tan desesperada por conocer una de estas fiestas locas de las que te hablé, pensé en concederte el deseo, pero como no estás interesada... —Voy a agarrar el sobre, sin embargo ella lo aleja.
—¡Yo no dije eso!
Sonrío de lado.
—Entonces vienes, excelente, me acabas de salvar.
—¿Qué te voy a salvar yo? —Rueda los ojos—. Solo quiero ver el fracaso de esa fiesta de la que tanto alardeas, me voy a aburrir rapidísimo seguro.
—Ya lo veremos —digo con confianza.
Violette se pone un hermoso vestido y salimos.
El plan se vuelve un éxito cuando llegamos, apenas entregamos la invitación, Violette conoce el lugar, que no tarda en reconocer que le gusta.
—Mm, aquí hay mucho libertinaje —expresa contenta, viendo varias parejas bailando, besuqueándose y hasta intercambiándose—. Qué agradable. —Se relame los labios, mirando una escena sensual.
—Sí, me encanta aquí. —Tomo una copa que me ofrece el camarero—. Uno puede relajarse y descontrolarse a la vez. —Sonrío.
—Hum, huele bien. —Quiere agarrar una de las copas, pero la detengo.
—El azul no, el azul es demasiado potente, toma el verde. —Le doy el vasito.
—Bueno, tú eres el experto. Veamos. —Revolotea las pestañas y se lo toma—. ¡Es buenísimo! —agradece mi elección.
Está bien que se divierta, pero tampoco vamos a exagerar. Además no quiero perder la protección de su hermano, por una estupidez como evitar un trago.
—¿Y bien? —Sonrío—. ¿Te diviertes?
—Me encanta esta música. —Se mueve—. Aunque la verdad solo felicitaré a Felipe. Luego preséntalo, yo me voy a bailar con esos chicos de ahí. —Señala un grupo.
—Adelante —digo tranquilo.
Se queda pensativa por un momento, pero luego al reaccionar y sentirse satisfecha con mi respuesta, se dirige hacia ellos.
—¡Eduardo! —Llega Felipe—. ¡Estoy feliz de que vinieras! —expresa contento, luego mira a Violette, la cual se besa con uno de esos hombres—. ¿Es esa tu prometida? —consulta.
—No le prestes atención —aclaro y tomo un sorbo de mi copa—. Y no digas prometida, si te escucha arruinarás todo.
—Tranquilo, está todo bien, se ve que son iguales, no andan con ataduras. Excelente elección, es bueno tener siempre cosas en común, ser una pareja libre no está mal. Aunque aquí todos somos así, igual admito que me sorprendí cuando me dijiste que ibas a casarte.
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El prometido de la Inglesa (R#13) [Prometidos #2]
Romance"Si no puedes manejar a tu familia, menos a la mafia". Secretos ocultos en el Big Ben. #PorCulpaDeUnRicoy *Por Viviana Valeria V.