14. Pietro Hoffman está de regreso

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Pietro

Me cuesta dormir, recuerdo su respiración, su tacto. No me puedo estar obsesionando con Rosette, la acabo de conocer hace nada. Esa mujer me va a volver loco.

Mi celular suena y miro el número.

Y hablando de locas.

Me inclino para agarrar el móvil, entonces contesto.

—¿Qué mierda quieres, Violette?

—Estás revolcándote con esa, ¿verdad? —dice frustrada del otro lado de la línea.

—No, y si así fuera, no es de tu incumbencia. Casi te asesino, ¿por qué me estás llamando?

—Yo casi te asesino muchas veces, así que no eres quien para decirme nada, y olvídate de esa, que encima se llama parecido a mí, qué asco.

—¿Por qué me estás haciendo estas escenas de celos, Violette? Tú me has engañado miles de veces, ¿cuál es tu problema con que me vaya con otra mujer?

—¡Mi problema es que no quiero! —Me corta la llamada rápidamente.

Maldita caprichosa de mierda.

Me levanto de la cama frustrado y avanzo por el pasillo, oigo la ducha, entonces me detengo, pues mi corazón golpea fuerte.

No seas estúpido, Pietro.

—Papito. —Escucho detrás y me detengo.

Doy la vuelta, alejándome del baño.

—Gracias al cielo, Adler. —Lo abrazo.

—¡Oye, es mi bebida! —se queja, pensando que le quiero sacar la botella—. ¡Suéltame, qué asco!

Me río y me alejo.

—Te ves de mejor humor —opino.

—¿Ibas a espiar? —Mueve las cejas.

Se me borra la sonrisa.

—Soy un hombre responsable, no hago esas cosas.

Se carcajea.

—Sabía que estaba la mujer piernas sexys.

—Adler, por favor. —Estiro el cuello de mi ropa.

—¿Ya te la follaste? ¿Cuenta detalles, no? —Enarca una ceja.

—Sí que estás de humor —vuelvo a decir.

—Estuve hablando con mi novia por videollamada —expresa emocionado—. Debiste ver su cara cuando le detallé cosas sucias. —Se ríe.

—Se ve que va todo bien en la relación. —Sonrío.

—Es mi primera relación formal, no puedo arruinarla —exclama nervioso.

—No lo harás.

—Gracias, papito. —Regresa a su cuarto.

Me alegra que esté animado, aunque sabiendo cómo es y los genes de la otra, no va a durar mucho.

—Eso fue muy lindo. —Me sobresalto al escuchar detrás, entonces me giro a mirarla, es perfecta.

Rosette con el cabello mojado y con camisón, me volveré loco.

—Yo...

—Te dije que se le pasaría —me recuerda.

—Tengo que hacerte más caso.

—Deberías.

—No podías dormir, veo —opino por ser tan tarde.

—Se nos va a hacer costumbre.

—Espero que no, porque voy a cometer irresponsabilidades.

—Mejor —responde y se gira para volver al cuarto, pero la detengo, tomando su mano, así que me mira.

—Otra vez oíste de más, ¿no vas a disculparte por escuchar conversaciones ajenas en esta ocasión?

Se suelta y responde seria.

—Querías entrar mientras me encontraba en el baño, yo creo que estamos a mano.

—Tienes razón —afirmo—. Creo que ya no lo puedo ocultar.

—Pietro, me agradas, en serio, pero no va a pasar.

—No me gusta eso de un clavo saca a otro clavo, pero llegaste y de la nada, ya Violette no me importa, la sacaste de mi cabeza de una manera estrepitosa, ahora solo puedo oír tu nombre en mis pensamientos, Rosette.

—Me halagas, pero... bueno, esto se volvió incómodo. —Enarca una ceja.

Sonrío con confianza, una sonrisa que pensé que había perdido.

—Créeme, lo sé, aunque eso no hará que me rinda.

Ella frunce el ceño y yo mantengo mi sonrisa. Percibo como si mi antigua personalidad estuviera a flote. Un desafío, algo nuevo, más convicción. Sí, lo siento, Pietro Hoffman está de regreso.

Ya puedo afirmarlo, estoy feliz y muy animado para comenzar.

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Te extrañaba, precioso 💖

Ese mezcla de hombre serio, rudo y burlón ¡Amo! Tenía que caer en el abismo y resurgir para volver a ser ese Pietro que todos conocemos, le tiré mucho de la cuerda para que reaccionara y lo logré 😍

Atte: Vivi. 

El prometido de la Inglesa (R#13) [Prometidos #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora