Cap46

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Keileb:

Enseguida de haber obtenido su permiso salimos de casa dirigiéndonos a la entrada del bosque.

No puedo describir el presentimiento que siento y hace que mi corazón palpite más de la cuenta, algo importante ocurrirá hoy espero y sea algo bueno.

Miré hacia mi costado viendo a mi acompañante algo concentrado en sus pensamientos, se bien que no somos amigos cercanos pero ya que me apoyara podría empezar a tratarlo.

El silencio que nos acompañaba no era del todo incómodo pero decidí ser el primero en romperlo.

-. ¿En qué tanto piensas si se puede saber?.-

+.Mmm en realidad no es nada importante, oye.. ¿Puedo preguntar cómo llegaste a la m.. bueno con Lunev?.+

Iba decir otra cosa «la m?» , moví la cabeza y lo mire algo sorprendido por su curiosidad hacia mí y al parecer lo notó.

+. No me malinterpretes, me agradas pero se me hace extraño que Lunev se abra con las demás personas y más con el pueblo humano.+

¿Humano? ¿Acaso él no lo es? Mi cabeza recordó las palabras de Lunev diciendo que tenía amigos que era criaturas mágicas.
Mis ojos lo observaron de arriba a bajo ¿Él era una criatura de esas?.

Él parecía una persona normal pero hablaba de una manera que me confundía, el se giró y notó mi intensa mirada.

+.¿Pasa algo Kei?+

-.Mm no en realidad no, respecto a la pregunta de hace un momento ella me propuso formar parte de su familia, ella me dió un nuevo hogar.-

Él está tan atento a mi respuesta que  no vió que detuve el pasó.
Después de unos cuantos segundos se giró al no verme a su lado.

Me congelé al ver esa mansión a unas cuantos metros, montones de fotografías pasaron por mi cabeza. ¡Dios! Mi cien empezó a doler, a una frecuencia que aumentaba al recordar de nuevo todo lo sucedido ese día, el dolor no cesaba y yo no dejaba de tocar toda mi cabeza.

Cris se acercó lentamente hacia mí y me tocó el hombro, no sé qué pasó será que había entrado en un trance, su toque hizo que volviera a la realidad haciendo desaparecer psicologícamente ese malestar.

+ Ey! ¿estás bien? ¿Qué te ocurre?.+

Mi respiración poco a poco volvía a ser más tranquila, con mi voz algo agitada respondí.

-. Si estoy bien.. no te preocupes.-

Recompuse mi postura y le pedí a Cris que continuara con el paso a una cuadras se encontraba mi casa.

Al fin llegamos a casa, mi hogar era una casa algo pequeña y al parecer no se veía nada descuidada a pesar de haber pasado ya 3 años deshabitada.

Miré al rededor y todo seguía igual que como lo deje aquel día, invite a Cris ha entrar.

Mi compañero obedeció posando su ojos en toda la casa, mentiría si dijera que eso no se sintió raro. Me dirige directamente a mi habitación dejando a Cris en la pequeña sala, la nostalgia me invadió al ver mi cuarto tal y como lo había dejado, mis ojos se posaron en una imagen que yacía a lado de la cama, eramos mi madre y yo cuando yo tenía 7 años  sentados en una banca comiendo helados.

Agradecía infinitamente que si traía conmigo una pequeña mochila, tomé la fotografía y la guardé en ella, busque entre mi clóset una pequeña cajita amarilla que contenía un anillo de oro con una piedra negra incrustada, eso era lo único que tenía de valor, siendo la reliquia familiar que mi madre me había heredado por parte de mi difunta abuela y la introduje a mi mochila.

Salí de mi cuarto caminado hacia la sala donde se encontraba Cris husmeando los libros del estante que hace tres años había leído sin permiso, y gracias a que él estaba concentrado en ello, recordé esa libreta café.

Me quite mi chaqueta azul colocándola sobre el sofá y empecé a buscar entre los estantes de esos libros y no estaba, le pedí a Cris que me ayudara a buscarla dándole las características de ella, pero a un así no dimos con está.

Yo recuerdo perfectamente haberle dejado en la mesita pero no esta, me fijé debajo de la mesa, de los sofás, volví a meterme a mi habitación a buscar, desaportunadamente nada..

Estaba por darme por vencido, cuando se escucho la perilla de la puerta queriendo ser abierta, me alerte sabiendo perfectamente que nadie más puede entrar aquí.

Cris lo notó y confundido me preguntó que era lo que pasaba, le susurré que en realidad no tenía idea de quién pudiera ser, le pedí que nos escabulleramos a atrás de las largas cortinas,que ha decir verdad nunca me gustará y ahora eran muy útiles.

Él hizo lo que yo y se colocó atrás de estás, dejando un pequeño espacio para ver quién era la persona que entraba.

No tardó mucho en dejar ver a dos sujetos entrar: una señora algo mayor con lo que parecía ser un uniforme, una camisa blanca y una falda negra 2 dedos más abajo de la rodilla y un hombre que la acompañaba con vestidura negra y una larga capa con el mismo sello un sol plateado al igual que el chico que había visto ayer en el jardín con Lunev.

Cris al parecer se tensó al ver a ese hombre, yo por mi parte decidí guardar silencio y escuchar su conversación.

La primer persona en hablar fue esa señora.

+. Esta casa se ve triste a un con toda la limpieza que hagamos sigue estando vacía, sinceramente espero que el Señor traiga pronto a ese joven a casa.+

Aquel hombre solo escuchó a su compañera y espero unos minutos para responderle.

+. Tranquila Gloria, el Señor ya lo ha encontrado, y está haciendo todo lo posible por recuperar a toda costa el único recuerdo que le queda de el Señor Kaan ese joven es su vivo recuerdo, solo hay que sacarlo de las garras de la persona responsable de la destrucción de su familia.+

«Señor Kaan» es la misma persona dueña de esa libreta, esa persona.. ¿Será mi padre? Quiero saber la verdad, en el momento que había decidido salir del escondite y enfrentarlos noté que los ojos de Cris cambiaban de color, dejando salir de su boca un peculiar sonido.¿Un gruñido?

Antes de poder a actuar el hombre que estaba junto a la señora tomó la chaqueta que estaba en el sofa, y preguntó en voz baja algo que no pude escuchar.( noooo es cierto.. ¿ésto podría empeorar?)
Reino el silencio cuando me di cuenta que la puerta se mantenía abierta pero ninguno de los dos estaban, y sin mencionar que había olvidado de la presencia de mi compañero sino fuese porque tocó mi hombre.
( Había dicho que no podía empeorar, pero tal parece que sí)

Mi chaqueta no estaba por ningún lado, y el coche en donde habían llegado esas dos personas aún seguía a fuera, quedando claro que ellos seguían aquí, quise asomar la cabeza cuando Cris me jalo el brazo con fuerza impidiéndole moverme más.

Le  heche una mirada asesina al hacer ese gesto, pero luego comprendí por qué lo había hecho. Esas dos personas ya habian regresado al parecer habían buscado en las habitaciones, aquella mujer se veía preocupada,en cambio aquel hombre se mantenía sereno sosteniendo mi chaqueta azul en su mano, rápidamente ambos se miraron por última vez y hablaron al mismo tiempo.

+. Hay que avisarle.+

Sin más que decir salieron despavoridos de la casa.

Cris y yo nos mirábamos con muchas incógnitas y la principal era ¿Quiénes eran? Y ¿Quién los había mandado?

Esperamos unos cuantos minutos y salimos de hay lo más rápido posible.

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« ¿Por qué hacen ésto? ¿Cuál es el objetivo?.
“Acaso soy yo..”»

El mate de la alfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora