Cap24

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Keileb:

Ya me había levantado, me encamine a bajar las escaleras cuando sentí miradas en mí.

Observé de donde venían, dándome cuenta que era Lunev y una señora mayor que se encontraban en el comedor.

Lunev me sonreía, y la señora me  analizaba de pies a cabeza, me sentía extraño, y por el nerviosismo que traía lo único que se me ocurrió hacer fue saludar.
-...¡Buenos Días!...-
Ellas respondieron mi saludó.
+.¡Buenos Días!.+

Me invitaron a sentarme y esperar a que otras personas trajeran la comida.

Lunev me presentó a su Nana Noe, la verdad se veía que era nueva persona, ya que lo que parece se ganó su confianza, aun que me inquietaba su mirada, era positiva, aunque no dejaba de tener esa pizca de inseguridad que no me dejaba del todo fiarme. Sé que sonará raro, y desconfiado,no lo sé.

El desayuno transcurrió tranquilo, y después lunev me pidió que fuera dar un paseo y así poder conocer mi hogar, bueno eso fue lo que me mencionó.
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Alfa lunev:

Terminando el desayuno le pedí a Keileb dar un paseo conmigo y mostrarle un poco la manada.

Me fuí a cambiar, porque aún traía ropa deportiva, y esperé a que él también estuviera listo.

Salimos de la casa, y nos dispusimos a ir al pueblo no muy lejos, mi casa está un poco retirada, por seguridad y aparte porque así lo habían decidido mis padres.
Llegamos a un parque, en dónde simplemente me vieron llegar, se empezaron acercar a saludar, sorprendidos por tal acción, la verdad hace varios tiempo que no los venía a visitar, normalmente eran ellos los que iban a visitarme o hacer alguna petición según lo necesitado.

Ellos mostraban su respeto, aunque también curiosidad por aquel muchacho que me acompañaba.

Antes de que yo hablará, Keileb ya se estaba presentando, al parecer les agrado.

En todos lados que llegábamos, Keileb empezaba a ganar terreno, así toda la manada lo ubicaría fácilmente, fuimos a comer y nos la pasamos recorriendo casi todo el territorio expecto un lugar ése era el último.

Así transcurrió el día, hasta que llegamos a la última parada, ansioso y cansado, no demostraba algún disgusto, al principio creí que se aburriria de tanto agetreo, eso me puso feliz.

Era la parte del bosque en los límites de territorio, íbamos caminando apreciando el bello paisaje que nos daba ese prado, cuando  escuché ramas romperse por pisadas, no le quise dar importancia porque si había visto diversos humanos pasar por ahí, dando más adentante un pueblo humano, pero al parecer mi acompañante si se alertó.

+. ¿Lunev escuchaste eso?..+  

Voltie oliendo el aire pero no había ninguna criatura y tampoco un humano.

Me extrañó él no sentir nada y en el instante que volví a girar vi a mis guerreros convertidos en lobos, persiguiendo algo.

Los vi les hice una señal que se retiraran no quería que Keileb los viera pero ya era tarde.
Él me miraba fijamente.
+. ¿Viste eso?.. ¿Hay lobos merodeando?.+
-......- me quedé en silencio.

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            ¿Ahora qué hago?

El mate de la alfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora