El mate de la alfa

Cap47

Dylan:

Ciertamente había presenciado la escena algo incómoda en el comedor, sabiendo que soy un hombre lobo no es difícil escuchar las conversaciones de los demás, obviamente nunca lo hago con intención, pero en esta ocasión si tenía demasiada curiosidad que era lo que planeaban esos dos, antes creí que ni se hablarían.

Su cercanía me inquieta una mínima parte de mi ser, supongo que es la conexión con Cris, aunque se que no debería de preocuparme por Kei, esto 100% seguro de los sentimientos que el tiene y no podría sus ojos en alguien más.

Pero Kei mencionó “amigos de Cris” e incluso mencionó “una salida de chicos” es que acaso no era nuevo aquí como para que pronto se adapte a la vida que dejó hace varios años.

Esa sonrisa de ayer no me agrada, eso se debía a una persona lo sé, lo siento AAAA.. pero.. esa no soy yo.

Escucho atentamente la voz de Lunev, algo derrotada por qué la petición fácilmente se veía que era refutada por Keileb y ella parece no poder negarse a lo que provenía de ese chiquillo.

Al parecer hay un segundo objetivo,  mm ¿Por qué no quieren su compañía?, en realidad nadie en su sano juicio tendría el valor de contradecir a el Alfa, ni siquiera los más cercanos.

Algo que emana demasiada sospecha para mí gusto, veo como Cris y Keileb salen rápidamente por la puerta a su destino.

Me quedó visualizando por dónde se fueron y me acerco hacia el Alfa.
En un murmullo salieron mis palabras sin poder controlarlo.

-. Al parecer ya nació alguien a quién cediera Alfa...-

Se perfectamente que lo escucho porque poso su mirada en mí, algo sorprendida, tal vez no se esperaba que lo dijera directamente.

Carraspeo un momento y luego me preguntó.

+.¿Sabes desde cuándo son tan cercanos?+

De ante mano sabía a quién se refería pero ni yo sabía esa respuesta.

-. Ni yo lo sé..-

Escucho mi respuesta y simplemente asintió con la cabeza, dejándome solo, con un sinfín, de cosas que si yo fuera ella hubiera indagado y no les hubiera dejado ir tan fácil.

Me encaminé, hacia el bosque, quedando a una distancia prudente de la entrada del pueblo.

Pasé una hora sentado en la cima de una árbol, cuando por fin los mencionados entraron al territorio de la manada.

Pero ya no eran solo ellos sino también otro chico que los acompañaba un joven de cabello azul con unas facciones a decir verdad muy delicadas, y sin lugar a dudas un cuerpo atlético.
Soy un chico y puedo aprovechar eso a mí favor para saber las intenciones que posee.
Por mi olfato se que también es un lobo, y tengo que ponerle un alto, él ya es mi destinado.

Esa mirada y sonrisa cautivadora no va dirigida mi amigo Kei, sino ¡va a Cris!, ajjjjhhh siento como mi paz interior se siente amenazada.

Ese chico está al lado derecho de mi mate, y Kei a su izquierda.

Al parecer viene muy feliz, porque ningún presente se dió cuenta o bueno eso es lo que pensé yo.

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«No me agrada ese chico de cabello azul»