Cap57

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Frank:

Mi viaje parece tomar una pequeña pausa, me siento algo culpable por tener que inventarme unas partes de mi historia de vida, a la primer persona que me a querido brindar su ayuda.

Puede que mi cuerpo ahora mismo sea humano pero mis sentidos aún los mantengo, no puedo transformarme, pero a kilómetros pude oler a ese chico amigo de Keileb, si mal no recuerdo.

Ese chico de mirada verdosa me muestra en sus ojos la transferencia de su alma, no percibo olor que emana de él, cosa que es extraña para un humano “ordinario”.

Y más aún interesante es como siendo un humano vive en tierra de lobos.

Si le hubiera hecho caso es seguro mi cabeza estuviera rodando en estos momentos no conozco a él líder de esa manada.

Aunque no hay necesidad de conocerlo con el simple hecho de saber que es liderado por un Alfa con eso es suficiente para tomar precauciones.

Lo hombres lobos son demasiado imponentes en su territorio, y realmente prefiero pasar desapercibido.

Con un poco de buena suerte encontré un lugar en este pueblo que me dió alojamiento por un pago muy bajo, obviamente no tengo dinero ahora mismo, pero al parecer la pareja de humanos mayores confían en mi palabra que les pagaré por este servicio, ellos atendieron muy bien son bondadosos con los forasteros.

Agradezco infinitamente que no todo este perdido en este mundo humano, al menos se que todavía existen personas caritativas.

Me instalé rápidamente al pequeño cuartito por su tamaño cualquier pensaría que es algo incómodo, por el contrario en realidad era muy acogedor.

Me acuesto en la cama, dando un repaso a todo lo ocurrido este día.

En mi mente aparece la silueta del jovencito que estoy buscando pero no muestra su rostro.

//Roy ¿Por qué me haces las cosas difíciles?//

«Mañana será un nuevo día, tal vez y lo encuentre aquí no lo sé..»

Danielle:

Desde que ese disque amigo de Keileb piso la cafetería, mi lobo se inquietó como si quisiera atacarlo.

Su olor me decía que era un simple humano como cualquier otro, pero Tay mi lobo expresaba lo contrario lo veía más como un Roguer.

Un compartimiento que me angustio un poco, además a lo que sabía Keileb no contaba con más amigos que no fueran los de la manada.

Y ese chico jamás lo había visto por aquí incluso en el pueblo no habíamos chocado nunca.

En el momento en que él desapareció de mi vista mi cuerpo se relajó y a la vez me preocupe un poco al notar la mirada que expresaban muchas cosas desconocidas de ese chico al mirar el bosque.

Mañana tengo el día libre, así que aprovecharé e invitaré a Cris a pasar el rato.

Y bueno porque no si Keileb desea unirse por mí no hay problema.

Tengo mucha curiosidad de saber por qué el primer día que lo conocí ambos estaban algo agitados al llegar a la cafetería.

Tengo unos cuantos día conociendole y más que verlo como un humano lo veo como uno de nosotros, supuse que el sería la pareja de la Alfa Lunev.

Fue una lástima que mi teoría fuese errónea.

Iba caminando hacía mi casa, cuando pude visualizar sombras cerca del prado.

Me escondí detrás de un árbol para lograr ver mejor que era lo que sucedía, el aire no traía consigo ningún olor humano o de ninguna otra creatura.

Era raro que los guardias no estuvieran  en estos alrededores, siempre están el labor a estas horas.

Mi cabeza está en shock, cuando logró percibir el olor de ese chico “el mate de el Alfa”.

Y sí mi nariz no se equivoca, el mencionado vine corriendo a toda prisa como si su vida dependiera de ello.

Me agachó para que no logré verme, y me quedó de piedra al saber que él parece conocer a esos sujetos.

Asomo un poco mi cabeza y aún así no logró ver mucho un hombre grande de capa me tapa la vista.

Me escabulle un poco más entre los arbustos y al fin pude mejorar la visión.

Lo que vino no me gustó mucho, ese hombre le entrego un frasco muy pequeño a ese chico y tan pronto como lo tuvo se fue corriendo por el mismo lugar por dónde había salido minutos antes.

Tiempo después esos hombres desaparecieron rápidamente alejándose de el bosque, ingresando a la entrada del pueblo.

Como pude me sacudí la ropa, y me puse de pie al instante.

Volví a inhalar el aire y ahora mismo el aroma de ese chico se intensificó en el prado a más no poder.

Okey.. esto ya está algo raro.
¿Por qué tengo que ver este tipo de cosas? ¿Qué se supone que tengo que hacer ahora?

Continúo mi camino a casa con esa escena en mi mente.

     «¿Cuál es la conexión de ese chico con esos hombres?»





El mate de la alfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora