Alfa Lunev:
Estaba guardando algunos papeles en el despacho, cuando alguien llamó a mi puerta, se trataba de una de las muchachas que trabajaban de servidumbre.
Le pregunté en que podía ayudarla y me dió un mensaje que provenía de Jayden pidiéndome que fuera al prado.
Tan pronto como terminó de hablar, salió de allí sin más.
Me pareció algo raro, pero bueno igual no perdía nada en ir.
Salí al jardín y me encamine adentrándome al bosque.
Con paso lento al fin llegué al parado, y sentado en el tronco se encontraba Jayden esperándome.
Me acerque tranquilamente hacia él, y ni siquiera se dió cuenta de mi presencia.
Carraspeo un poco y al fin se da cuenta de mí.
Sus ojos me miran nerviosamente.
-. ¿Te pasa algo Jayden?.-
Lo oigo suspirar y tragar amargamente.
+.Necesito decirte la verdad..+
Escucho atentamente sus palabras y me quede extrañada.
-.¿Qué verdad?.- mi ceño empezaba a fruncirse.
Inmediatamente se paró frente a mi, y dijo las primeras palabras.
+. Alfa Lunev yo..+
Me quedé anonadada él me llamó ¿Alfa?. ¿De qué iba ésto?
Mi rostro había cambiado drásticamente, esperando que sus palabras continuarán.
+. Yo le mentí...+
-. ¿En qué?.- me encontraba impaciente ese instante.
Frente a nosotros había un río, el mismo que hace tres años fue testigo de la tarde más divertida que pude tener.
Mis ojos ojos lo siguieron y vieron como se quitaba su cadena para guardarla en un bolsillo de su chamarra.
Se quitó la chamarra y la dejo en una orilla.
Empezó a meterse de lleno al río refundiendose totalmente.
Me pare desconcertada al ver su acto.
Tardó un poco y enseguida salió de nuevo, ignorando que su ropa se encontraba empapada a más no poder.
Se puso frente de mí .. y lo dijo.
+. Lo siento mucho Alfa.+
Lo supe en ese mismo instante, mis fosas nasales se inundaron de un olor diferente al que solía ser el de él.
Ese aroma, era normal...
No había nada en él.
Mi furia empezó a crecer en mí, al ver su rostro de frente.
Él era.
¡¡un maldito traidor!!
Mis ojos empezaron a tornarse rojos, un millón de preguntas veían a mi cabeza.
-. ¡Te atreviste a engañarme con algo tan serio, maldito humano!.-
Mis dientes empezaban a cambiar drásticamente por colmillos, mis uñas empezaban a crecer, mi cuerpo empezaba a cambiar rápidamente de forma.
Esto era efecto de mi furia, Lyla no estaba conmigo en ese instante, dolía como el infierno.
No sé cómo lo logré, pero ya no era una humana, estaba en mi forma lobuna.
Los ojos de Jayden lo único que proyectaban era estúpido arrepentimiento.
Mis gruñidos no se hacían tardar, quería arrancarle la cabeza ahora mismo.
Retrocedió tan pronto como me vió cambiar.
No sé hacían esperar la hilera de lobos que empezaban a llegar al lugar.
Podían sentir el llamado de su Alfa transformada .
¿Qué estaba pensando ese humano idiota, al meterse en la boca del lobo?
🐺Dylan:
Durante todo el día me había mantenido en mi cuarto.
Me encontraba tan ha gusto durmiendo, recostado en la cama, cuando lo escuché.
Era gruñidos provenientes del bosque, me alarme extremadamente.
Salté de la cama, me puse los zapatos y agarré una chamarra saliendo corriendo de casa.
Apenas había bajado las escaleras, cuando una Cassandra angustiada salió como bala provocando un diminuto rose sobre mi hombro.
La seguí y al llegar me quedé petrificado por lo que estaba viendo.
Algunos lobos formaban un medio círculo dónde se encontraba Lunev transformada, con aura furiosa que dejaba ver sus ojos sedientos de sangre.
La loba que miraba ahora misma no era mi Alfa, su ojos se encontraba rojos sin un rastro de Lyla.
Su pelaje estaba cambiando su color grisáceo se estaba volviendo más oscuro.
La forma salvaje de ella había salido y lo más extraño era a quién quería sacrificar.
¿Su mate?
Mis fosas nasales se llenaban de un olor desconocido, Jayden no olía como el habitualmente.
Mi ojos viajaron hasta Cassandra, dónde se podía observar como sus ojos se encontraba humedecidos reteniendo en ellos las lágrimas restantes.
Lunev gruñía cada vez más fuerte a cortando su distancia, dejando al pobre muchacho atrapado.
Cass parecía que se lanzaría a por él, la tomaba de los brazos para que no cometiera una locura.
Esta era una lucha en dónde nos convenía involucrarnos.
Mientras yo seguía impidiendo que se moviera, ella más ponía fuerza.
No sabía el por qué de su insistencia hasta que lo dijo.
+. Sueltame ya imbécil,¡¡ tengo que proteger a mi mate!!!.+
What?
Me quedé atónito y la solté.
«¡¡¿Él es su mate?!!»
💭

ESTÁS LEYENDO
El mate de la alfa
Hombres Lobo-. No puedo creer que tenga la mejor suerte. Te esperé por mucho. « ¡No te dejaré ir!» .- ................................................ Una historia de un alfa mujer que por obra del destino, su mate es un humano que encuentra v...