Luke ha sanado, Michael junto a Maddox lo han curado y juntos han descubierto su felicidad, sin embargo, ¿qué sucederá cuando regresen a sus vidas tan diferentes? Luke ama los escenarios, Michael siente que su misión es ayudar y salvar a la gente.
...
« Solo detén tu llanto, es una señal de los tiempos,
tenemos que escapar de aquí.
Solo detén tu llanto, todo irá bien.
Me dijeron que el final estaba cerca,
tenemos que escapar de aquí.»
⌛Harry Styles, Sign of the times.🎤
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—¿Y crees que a mami le hubiese caído bien Lily? —consultó Maddox. El niño miraba por la ventana del auto, conociendo perfectamente el camino, a donde se dirigían. Escuchó como su padre en el asiento del copiloto, soltó una tímida risa.
—Sí. Creo que le hubiese gustado mucho Lily —respondió Michael en un suspiro, sintiendo sus manos sudar. La sonrisa desapareció de su rostro y volvió su mirada a sus pantalones negros. Pronto un cálido tacto estuvo en su rodilla y un apretón. Michael volteó su rostro y Calum asintió, en señal de apoyo, con una sonrisa que se le hizo muy difícil devolver a Michael.
—¿Y crees que a mami le hubiese gustado ver películas de Marvel con nosotros? ¿Ella alcanzó a ver Marvel, papi? —preguntó otra vez el niño.
Para Michael, aquellos días eran los peores, por el dolor y además por la curiosidad que atacaba a Maddox. Siempre que iban al cementerio, bombardeaba a Michael con preguntas, como si él tuviera la respuesta a todo.
—No lo recuerdo Max, pero puedo jurarte que las amaría tanto como nosotros —volvió a responder Michael, cada vez sintiendo su garganta más apretada a medida que se acercaban a su destino.
Calum vio por el espejo retrovisor a Max y el niño le entregó una sonrisa triste, no por él, sino por su papá. Sabía que esto era difícil, cada año lo notaba más porque creía, porque comenzaba a entender más cosas.
—Papi, ¿tu crees que mami estaría feliz que hiciera amigos en la escuela? —consultó una vez más el niño, con si su padre pudiera entregarle la aprobación que jamás tendría la oportunidad de obtener de su madre.
—Sí Max, creo que Meredith hubiese sido la madre más orgullosa de todo el salón por verte haciendo amigos —continuó Michael y apenas terminó sus palabras, un nudo se formó en su garganta al ver al cementerio al final del camino.
Un silencio se instaló en el auto mientras se acercaban. Calum hacía un vaivén entre Michael que estaba cabizbajo con sus labios apretados, conteniendo ya las ganas de romper en llanto, pero también veía por el espejo retrovisor a Max, lo preocupado que se veía por su papá, lo triste que estaba.
Él no se sentía tan triste, él creía que su mami siempre le acompañaría, pero entendía que su papi tenía problemas para creer eso, quizás porque la conoció mucho más tiempo que él, pero eso no quiere decir que Max la quiere menos. Meredith era su mamá y desde siempre vio sus fotografías, vio los vídeos que su padre le mostraba de ellos dos jóvenes y, aunque no sabía porque su mami se había ido al cielo, sabía que ella lo amaría toda la eternidad. Eso siempre se lo decía su papi, siempre.
