Best Years » Muke

00.41

« Fuiste mío por una noche, estaba perdiendo la razón.

Fuiste mío por una noche, no sé como decir adiós.

Hicimos todos nuestros planes en la arena de Santa Cruz esa noche, 

pensé que te tenía en la palma de mi mano esta noche.

Gritando a todo pulmón hasta que mi pecho se sintió apretado, 

me dije a mi mismo que nunca estaría bien.

Tú me tenías atrapado entre tus dedos»

⌛Wrapped Around your fingers, 5 Seconds of Summer🎤

—Me alegro mucho mi niño. Recuerda que te amo y en dos días nos veremos. Te llamaré en la noche para desearte dulces sueños. Adiós corazón.

—Adiós papi.

Había finalizado la llamada, había tomado la carpeta con el ingreso de su nuevo paciente mientras veía como la administración estaba revolucionada con los enfermeros y enfermeras emocionados por el nuevo paciente. Luego escuchó la voz de Calum.

—No, es un malentendido. El enfermero a cargo del señor Hemmings estaba resolviendo una emergencia, pero prometió esperarnos en la administración.

Michael levantó una ceja divertido mientras una sonrisa aparecía en su rostro. El pánico de sus compañeros apareció, intentando abandonar la escena para no ser descubiertos en su misión de especial al nuevo famoso que pisaba Heaven. Uno más a la lista, ¿se salvaría o continuaría con sus vicios?

El primero en entrar fue un hombre de cabellos negros, vestido con un traje del mismo color y un malentín. Luego le seguía Calum, observándolo con atención mientras arrastraba una maleta dorada y luego entró él.

Ojos azules preciosos pero tristes, que dejaban a la vista un océano de tristeza, de soledad, incomprensión, desesperanza. Sus cabellos rubios enmarañados, una barba de un par de días, sus ojeras violeta y sus pómulos marcados. Vestía ropa deportiva y se notaba a simple vista que detestaba ya él lugar, que lo estaban obligando a salvarse.

Michael estaba viendo un fantasma porque Luke Hemmings solo quería morir y nadie antes se había percatado de eso, cuando solo observando sus bonitos ojos azules, uno podría adivinar su triste deseo de desaparecer.

Suspiró y se acercó con una sonrisa, ignorando totalmente la desagradable actitud que traía el cantante, su futuro paciente y una futura pesadilla, podía apostarlo. Sería un desafío ayudarlo o más bien, demostrarle que en serio necesitaba ayuda y que desaparecer del mundo, aunque pareciera algo fácil, era algo extremo. Debía re-encantarlo con la vida como lo había hecho con cada uno de sus pacientes, que se enamoraran de los sentimientos positivos y negativos en vez de sentirse completamente ahogados por ellos, deseando suprimirlos con sustancias. Tenía que intentar ayudar a Luke.

—Buenos días. Soy Michael Clifford, el enfermero a cargo de la rehabilitación de Luke Hemmings, a sus servicios —se presentó estirando su mano hacia el hombre de cabellos negros que sabía que tenía como nombre "Ashton", en los papeles de ingreso apuntaba como apoderado de Luke.