|09: "Mase"|

2.1K 126 23
                                    

Iana Bennett.

Tres meses después...

Mi embarazo pasó rápido, los tres meses siguientes fueron muy tranquilos y alegres.

Tengo a unas personas increíbles en mi vida. Mariano me había ayudado mucho a superar el tema de mi remordimiento acerca de la muerte de Max. Había mejorado mi ánimo mediante mis sesiones con la ginecóloga y el tiempo que pasaba junto a Mariano, se habi vuelto mi protector en éstos meses e incluso podía verlo como un padre.

Estaba tan emocionado con mi embarazo que cualquier cosa que veía en cualquier tienda la compraba. Por mi parte me gustaba como cada vez traía dulces o cuál tipo de comida para mi bebé. Se preocupaba al igual que mi madre que anduviera caminando mucho o incluso cargando cosas fuertes.

En realidad, nunca lo hacia, me la pasaba revisando y ayudando a Mariano y su imperio para no aburrirme en mi habitación. Sin embargo, hoy no tenía ganas de nada, había estado con dolores muy consecutivos, y me encontraba acostada revisando mi bolso donde guardaba las cosas más importantes para mí.

Saqué la cajita de terciopelo colocándola sobre el colchón para abrirla despacio y admirar los aretes. Me quedé por un buen rato admirandolos hasta que un recuerdo inundó mi mente por completo. Pero antes de que pudiera analizar aquél recuerdo, un líquido recorrió mi entrepierna.

Un grito desgarrador salió de mi boca. Guarde los aretes y baje de la cama con cuidado sintiendo un dolor intenso en mi vientre. Entonces la puerta se abrió, mi madre y Mariano estaban allí mirándome asustados, Mariano reaccionó al insta te gritando a varios hombres que vinieran por ayuda. Mi madre hizo que pasara mi brazo por sus hombros y lo hice apoyándome y comenzando a caminar fuera de la habitación. Luego dos hombres me ayudaron a bajar por las escaleras hasta llegar al auto donde me subieron y rápido.

¡Ésto duele mucho!

— Iana todo estará bien, solo son contracciones.

Asentí con el corazón desbocado, inhalando y exhalando rápido. El auto iba a todo lo que daba y en menos de ocho minutos ya estabamos en el hospital. Cerré mis ojos llorando... Quiero que ésto acabe rápido.

Sentí mi cuerpo ser llevado en una silla en de ruedas y ser empujado por varios enfermeros, cada vez que cerraba mis ojos sentía como si estuviera viendo a Max, y me dijera que todo estaría bien. Estaba apunto de quedar inconsiente o eso creía hasta que sentí el oxígeno en mi nariz. Tenía puesta una mascarilla y no sabia lo rápido que habia llegado a urgencias. Me recostaron sobre una cama y ví a varios enfermeros rodearme, unos monitoreaban y se aseguraban de que nada estuviera fuera de control...

— Iana... Escúchame, debes pujar.

¡Yo lo que necesito es una pastilla para el dolor!

Mientras mas rápido menos dolor. ¿De acuerdo?

Asentí adormilada, me encontraba en parte y todavía no lograba entender como hay llegado tarde rápido a éste hospital. Miré el techo mientras pujaba constantemente gritando de dolor. Sentía un pañuelo húmedo pasar por mi frente, y apreté la mano del enfermero con fuerza, necesitaba que ésto terminara lo más rápido posible, el dolor es insoportable.

— Ya veo su cabeza, sigue pujando.

Puje con mucha más fuerza sientiendo el sudor correr por mi cuerpo. Estaba agotada de éste proceso, pero aún así, debía seguir  en él. Miré al enfermero que sostenía mi mano, llevaba un gorro azul,con guantes, y un tapabocas. Su mirada se encontró con la mía haciéndome fruncir el ceño. Seguí pujando más fuerte que a antes y entonces en cuestión de minutos escuche un chillido.

El lloriqueo de mi bebé. Habia nacido.

El enfermero a mi lado se habia ido, y pude respirar tranquila, estaba agotada pero aún así, era consiente de las cosas. La doctora le entregó el bebé al enfermero que hace unos minutos había tomado mi mano, pude ver como el enfermero tomaba a mi bebé en sus brazos y cogía su mamita, su mirada era luminosa y miraba a mi bebé con adoración.

— ¿Como vas a llamarlo?

Preguntó la doctrina y mi mente comenzó a nublarse, una sonrisa se curvo mis labios sin dejar de ver al enfermero juguetear con mi bebe en brazos...

— Mase Davis.

Fueron mis últimas palabras antes de caer complemente inconsiente.

•••

A

brí mis ojos encontrándome en mi habitación en casa de Mariano. Solté un bostezo seguido de un quejido de dolor, mi cabeza iba a explotar al recordar el dolor del nacimiento de mi Mase. No obstante una sonrisa se formó en mis labios al ver esa pequeña figurita acostada a mi lado. Llevaba un conjunto blanco, en su boca habia un chupón y una de sus manos tenía un pequeño peluche Mordí mi labio rozando mi dedo con sus pequeñas mejillas.

No puedo creer que sea madre.

La puerta se abrió y la doctora que me habia atendido se encontraba dandome una sonrisa, se sentó en la orilla de la cama.

— He venido a dejarte las medicinas para el dolor. Dentro de mes y medio estarás recuperada,debes mantener una dieta estructurada y rica en vitaminas. He dejado el recetario a tu madre y en los próximos días vendré a verte.

Asentí agradeciéndole todo lo que habia hecho por mí. Se despidió con su mano y entonces mi madre entró con una bandeja de frutas en sus manos.

— ¿Cuanto llevo aquí mamá?

Pregunté y ella sonrió.

— Unas veinticuatro horas. Tu estado mejoró rápido y la doctora quiso enviarte a casa.

Dejó la bandeja enfrente de mi haciendo una seña para que comenzara a comer, por lo que no me negué.

— ¿Dónde está Mariano?

Pregunté tomando las fresas de bol.

— Fué a una reunión, está tan emocionado como yo... Fuistes valiente y fuerte pequeña. Tienes que mantenerte así siempre.

Murmuró y yo asentí en silencio sonriendo al ver como el pequeño pecho de Mase subía y bajaba. Entonces el recuerdo del enfermero inundó mi mente, su manera al cargar a Mase y la luz de sus ojos. Ojos que se me hacia muy familiares, pero que no sabía reconocerlos. Por lo tanto, me siento feliz de tenerlo aquí conmigo y en mis brazos.

— Iana... Se supone que no es el momento, pero no puedo esperar más para decirte...

Fruncí mi ceño tomando del zumo de naranja, su mirada de nervios me dió la sensación de que mientras me encontraba descansando algo habia pasado y entonces de repente toda la felicidad se habia vuelto misterio...

— Lo encontré dentro del arete... No sé que contiene ese chip, pero deberías verlo. No cualquiera esconde eso en un arete para tenerlo de adorno.

Murmuró moviendo su pierna de arriba hacia abajo, y entonces tomé el chip con cuidado, mi hambre se habia esfumado, y todo rastro de tranquilidad también... ¿Por qué siempre en mis mejores momentos  algo lo arruina?

Pero eso no fué lo peor...

Lo peor fué saber el contenido y lo que tiene que ver conmigo.

***

Capítulo corto, pero quise dejarles ésto antes de lo que viene para mañana💕

Ame a Mase en multimedia 😻

Además de que estoy emocionada por lo que sucederá ahora ☺️

Espero que les haya gustado éste capítulo ✨💕 para mañana tendremos más sin interrupciones lo prometo 🌠

Más Que Amor ✔3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora