|35: "Cambio de Dirección"|

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Max Davis.

Mis manos acariciaron las curvas de sus caderas. Debía decirle lo que estaba sucediendo, porque aquello era importante tanto para ella como para mí.

— ¿Federico Bennett regresó?

Comentó agitada desviando su mirada hacia otro lado de la habitación. La sorpresa era evidente en su rostro, podía sentir lo incómoda que se sentía al respecto de que su padre estuviera de vuelta a Seattle. Entonces la idea de que había más peligro del que yo me imaginaba en nuestro próximo viaje me tenía preocupado. No por mí, sino por mi hijo y por Iana.

— Al parecer se quedó sin dinero y está buscando la forma de conseguir más...

— Quiere conseguí más a costa de Omar...

Fruncí mi ceño viendo los nervios en su rostro.

— Él sabe que estas con Irina Iana. Sam me lo comento, y creo que tiene intenciones de buscarte de nuevo. No creo que busque dinero por Omar, sino a través de tí. Y un buen blanco sería tu madre.

Su rostro era de confusión buscando una explicación ante lo que acaba de decirle. Irina no solo es mi suegra, esa mujer juega un papel muy importante dentro de todo lo que está sucediendo. Era obvio que habian personas que sabían de nuestro paradero y aquello no me preocupaba por la gran seguridad de poseo a mi alrededor. Aquí el caso era el siguiente...

¿Podré manejar la situación que se aproxima una vez que llegamos a Seattle?

Debemos hacer algo Max.

Susurró preocupada pasando sus manos por su cabello. Entendía que sintiera nervios, buscaba una solución para deshacerse del problema pero ni era así, no sería tan facil, todo debía llevarse con calma, solo así las cosas saldrían a mi favor.

— Primero vamos a pensar con claridad las cosas linda... Estamos a poco tiempo de regresar a Seattle, todo está casi listo para el viaje dentro de una semana.

— Max aquí el problema es Federico.

Recalcó sin dejar de observarme, podía sentir la necesidad de su cuerpo  y la suplica en sus ojos de que no la dejara sola. Entendí que aquello que comenzaba a sentir en ese momento era a causa de que había sido acorralada para matarla. Coloqué mis manos sobre su cintura y la apreté contra mi pecho. Era mi mujer, no iba a dejar que nada le afectara y menos que sus pensamientos opacaran aquello que le afectaba tanto. Porque algo estaba muy claro...

Federico Bennett le afectaba.

Era su padre, el hombre que la había criado hasta cierta edad, el hombre que le había dado todo con el fin de venderla. El hombre que la marcó con un dolor que jamás podra remediarse, el dolor parteno.

— Federico Bennett no va acercarte a tí linda. Y si llegara a suceder lo mataría con mis propias manos.

Odio era lo que sentía hacia aquel hombre...

Tal vez no logre defenderte desde el principio Iana, pero dejame mostrarte lo que sería capaz de hacer por ti...

•••

Observé el reflejo del sol a través de la ventana del avión. Iana descansaba en el sillón junto a Mase, mientras que que su madre y yo nos mirábamos fijamente y en silencio.

Por precaución y seguridad debíamos irnos de España. Por lo que a la mañana siguiente salimos hacia el aeropuerto. Las advertencias de Sam resonaban en mi cabeza como un aguja atravesando la piel.

Aquí va a suceder algo muy grande Max... Mariano y yo estamos de acuerdo, a la primera señal nos desaparemos los tres Max.

Desvié mis vista de nuevo hacia la ventanilla observando las nubes en un completo silencio. Tenía planes bastante amplios para cada cosa. Era difícil de explicar que en una parte Sam tenía toda la razón al decir que desapareceriamos. El riesgo que corríamos no era normal.

Claro estaba que en todos esos planes encajaba Iana. Aunque no quería admitirlo sabía que iba a necesitar de ella en todo momento, por la simple razón de que íbamos a estar en el ojo del mundo, la noticia de llegada iba a correr a lo largo del país, era sofocante, pero Iana iba a correr peligro.

— Ya sé que mi ex esposo regreso a Seattle.

La voz pacífica de Irina llamó mi atención, y sin disimulo giré mi rostro para observarla, en su mano llevaba un libro que no conocía muy bien, su cabello iba recogido en una coleta y llevaba un vestido simple y casual de color blanco.

— No quise decirle nada a Iana, gracias por haberle dicho Max.

Confundido se volvió al libro y con un rotulador que tenía en su mano derecha me dedico una sonrisa, me quedé bastante intrigado. ¿Cómo era que sabía que Federico había regresado? La observé por unos segundos viendo como subrayaba algo sobre el libro, hasta que luego de unos segundos más alzó su vista extendiéndome el libro.

Bajé mi mirada había las páginas que se encontraban ante mis ojos y visualice los círculos en las palabras. Leyendo el mensaje que había dejado.

"Me contactó. Él va por ella y por el niño"

Cada vez las cosas van tomando un rumbo bastante extraño.

Entonces lo capté. Ella giró su rostro hacía la ventanilla y sin dudarlo observé... La pista se veía ante mis ojos, y en ella habian muchas camionetas negras y hombre con armas esperando nuestra llegada. Miré rápidamente a Irina y ahora se encontraba asustada sin dejar de ver la escena.

Entendí que habia sido muy obvio, que había sido un idiota al haber elegido ir a la hacienda sabiendo que era un punto fácil de encontrar. Pero no se las iba a dejar tan fácil.

Me levanté rápido caminando hacia la cabina del capitan, quien al verme se asustó.

— Esos hijos de puta no van a joderme. Nos vamos a Seattle.

Ordené molesto pasando mis dedos por mi tabique. Para luego tomar mi móvil.

— Como usted ordene señor.

***

Capi corto porque me encanta la intriga 🤭

Chicos no se preocupen hoy les tendré doble actualización, empezaré a escribir horita para adelantarles un montón ❤️

Los quiero un mundo 💕

Más Que Amor ✔3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora