|16: "Palabras"|

2.7K 138 5
                                    

Iana Bennett.

- Tengo un regalo para tí.

La voz de Max captó por completo mi atención. Nos levantamos de la cama luego de durar un buen rato acostados, él me sonrió emocionado mientras yo lo observaba nerviosa. Acomodé mi camisa bajandola un poco para luego recoger mi cabello en una coleta alta

- Max...

Advertí cuando tomó mis caderas impulsandome a seguir mi camino hacia la puerta del armario. Al entrar encendió la luz dejando a la vista aquella perfeta ropa de marca. El olor a nuevo entró por mis fosas nasales, admiré el armario y no solo había ropa para él. Habia comprado ropa para mí, sonreí viendo los hermosos vestidos al igual que los zapatos.

- No solo eso tengo preparado linda...

Lo observé sonriendo y su expresión era emoción, mordí su labio inferior con una sonrisa notable y hermosa, me acerqué a él pero el giró su cintura abriendo un cajón del armario, dentro habian relojes y también una cajita color piel.

- ¿Que es eso?

Pregunté y sonrió abriendo la cajita para mí, dentro habian pequeñas joyas. La cajita tiene tres colgantes de oro muy sencillos, tres pares de aretes pqueños y tres anillos que resplandecían con la luz del armario.

- Quiero que los uses... Y quiero verte vestida como mi reina Iana.

Murmuró dejando la cajita sobre la mesa del armario, sus manos viajaron a mis caderas mientras mi pecho se pegaba a el suyo con delicadeza.

- Quiero que vuelvas a ser la señora de Davis aquella mujer incitante y tentadora para todos los hombres.

Tomó mi mentón mirándome a los ojos mientras yo relamía mis labios con deseo.

- Quiero que ésta noche... Usted sea solo mía.

Susurró en mi oído despacio, mi cuerpo sintió un espasmo ante aquellas palabras, mis ojos no dejaban los suyos en ningún momento. Mis manos acariciaron su pecho mientras me pegaba aún más a él, mi boca estaba entreabierta, sus ojos observaban mis labios con detenimiento, subí mis manos hasta sus hombros.

- ¿Por qué no horita?

Susurré agitada sintiendo su respiración seguida de aquellos ojos oscuros que me observaban. Max retiró el botón de mi pantalón bajando el zíper con lentitud, sus manos su metieron por debajo de mi braga llevandolas a mi culo para comenzar a acariciarlo despacio y muy excitante.

- ¿Por qué siempre todo lo haces tan difícil Iana?

Reí inocente dejando pequeños besos en sus labios con mis manos en la parte trasera de su cuello. Quería incitarlo a que me tuviera aquí, pero Max sabia como leerme, sabía que iba a incitarlo y solo me sonreía.

- ¿Crees que no quisiera tomarte aquí?

Juntó su frente con la mía respirando agitadamente.

- Max...

Murmure pero el negó relamiendo sus labios.

- Te haré mía en el momento adecuado, voy a comerte despacio, voy a disfrutar hundirme en tí después de mucho tiempo... Pero horita no es el momento linda.

Más Que Amor ✔3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora