|44: "Tristeza"|

1K 88 3
                                    

Iana Bennett.

Miré a Igor en silencio tratando de procesar aquellas palabras.

— ¿Por que me dices todo esto?
Él me miró pensativo para después tomar una de mis manos y observarla.

— Porque debes saberlo Iana. No digo que Max sea un idiota, él sabe cada paso que da, no obstante ambos son muy poderosos y por esa razón todos los buscan.

Suspiré asombrada de lo que Igor me estaba diciendo.

— Sigo sin creer lo que dices.

El asintió haciéndome una seña para salir de la cabaña. Me acerqué a la puerta en silencio sintiendo a Igor detrás de mí, mi hermano por alguna extraña razón me transmitía algo inefable pero totalmente seguro.

Seguía pensando respecto al tema y seguía sin encontrarle alguna una respuesta lógica. Sabía de ante mano que muchas personas querían intervenir dentro de lo que Max estaba tramando, y la verdad al igual que a él, el tema no me agradaba en lo absoluto.

¿Por qué yo? Esa pregunta rondaba por mi cabeza en cada paso que daba. No era sencillo para mí haber escuchado las declaraciones de mi hermano, y el cual tuvo que mentir como el resto de las personas para “cuidarme”. Sin duda alguna eso todavía me molestaba, no entendía porque que las personas debían de mentir si de igual forma el destino jugará en su contra.

— ¿Para que contarme todo esto y ahora?

Dentro del auto pide sentir que la tensión entre nosotros se reducía a una comodidad poco inefable. Igor en cierta parte es mi hermano, pero nada de lo que dijo tiene coherencia alguna.

— Porque así debe de suceder Iana.

— Me parece que hay ciertas cosas que no me has dicho Igor.

Recalqué molesta cruzándome de brazos sobre mi asiento viendo que Igor soltaba sus suspiro agotado y se recostaba en el asiento del piloto.

— Tienes razón Iana… no te he dicho ciertas cosas importantes que deberías de saber, pero eso no me corresponde a mí contarlo.

Pasó el crochet del auto y lo encendió dedicándome una sonrisa. Solté el aire acumulado en mis pulmones y lo miré en silencio viendo como arrancaba el auto mientras pensaba y pensaba en lo confuso que es Igor.

— ¿Sabes? Entiendo que no logres entenderme Iana. Pero a veces tenemos que mentir para cuidar de las personas que queremos.

Bajé la mirada hasta mis manos sobre mi regazo sintiendo esa conocida sensación en mi interior, esa sensación que me decía que no debía confiar cuando solo lo estaba haciendo. Esa sensación se había presentado con Max hace meses cuando estaba indecisa de querer perdonar sus errores. Y justamente me estaba sucediendo lo mismo desde un ángulo menos llamativo. Igor sin duda había fingiendo muy bien la forma de hacerse un hombre de bien, un loco agresivo y luego un hermano protector. Habia logrado hacer que me creyera ese cuento, no obstante pensaba en lo que sería de mí en éstos momentos si tal vez me hubiera ido con él desde que lo tenía planeado.

— Estuve en varías partes de tu vida; cuando cumpliste dieciséis, cuando te graduaste de la preparatoria, cuando tomaste tu primer negocio, estuve en tu boda. Me gustaba observar lo feliz que era mi hermana menor desde las sombras, nunca me atreví a acercarme porque como mamá siempre me decía que tu rechazo sería negativo, me dediqué a estudiar tus acciones desde la distancia hasta que el momento de conocerte llegara por si solo.

Alce mi vista viendo que estábamos acercándonos hacia la propiedad donde Max debería de estar preocupado. Tragué salive girando mi rostro para ver una sonrisa en el rostro de Igor.

— ¿Mamá sabía todo lo que estabas haciendo?

Él asintió.

— Ella misma me pidió cuidarte, aunque hubo un momento en el que me descuidé y te perdí por completo. Pero eso no quita el hecho de que ninguno de los dos jamás se apartó de tu lado.

Nuestras miradas se cruzaron por un instante y sentí un apretón en mi pecho. Igor era una persona totalmente distinta a lo que había conocido, en éstos momentos me estaba confesando ciertas cosas que jamás había notado pero las cuales me hicieron sentir melancólica. Me hubiera gustado haberlo conocido y haber tenido ese apoyo que durante mucho tiempo necesité.

Aunque me hubiera mentido habia entendido perfectamente la situación, ésta vez no había sido una mentira cualquiera, era una mentira de protección, una protección que como el mismo habia afirmado, no habia servido en nada, pero al menos habia hecho el intento por arreglar el desastre.

— Ya llegamos.

Respondió viendo como varios hombres de Max miraban con detenimiento el auto estacionado en la entrada.

— Yo… la verdad no sé que decirte Igor.

— No te preocupes, ya tendremos tiempo para hablar. Solo piensa en todo lo que te dije, quiero ayudarte.
Asentí abriendo la puerta de mi lado sin dejar de ver a Igor.

— Por cierto, dile a nuestra madre que la estaré esperando en la cabaña para la noche.

Volví asentir saliendo del auto y llamando la atención de los guardias. Ignoré por completo el hecho de que todos los hombres de Max estuviera alborotados por mi llegada, porque en mi mente solo había una cosa… mi familia. Cerré la puerta escuchando el sonido del vidrio de la puerta bajar hasta que Igor me volvió a observar detenidamente.

— Si sigues sin creerme, habla con Max.

Me dedico una sonrisa para luego arrancar el auto y desaparecer de mi campo de visión. Me sentía triste, en mi interior la tristeza era algo que hace tiempo desde que Max llegó a mi vida no sentía. El descubrir a las personas en sus peores mentiras me daba cierta tristeza y confusión.

— ¿Señora se encuentra bien?

Asentí evitando la mirada de uno de los chóferes. Estaba enfocada en el jardín mientras no paraba de pensar sobre lo que Igor dijo. No me hacia sentir triste el hecho de saber que tenía el poder de destruir todo esto. Sino que estaba triste porque no sabía si Igor podría tener razón.

— ¿Dónde está mi hijo?

Pregunté sintiendo mis mejillas humedecerse.

— Su hijo está en su habitación junto a su madre. Su esposo ha sido informado de su llegaba y viene saliendo para acá.

Le agradecí en silencio relamiendo mis labios para luego comenzar a caminar por el jardín. Me encontraba extraña, supuse que cada emoción recibida durante lo que lleva de día me habia afectado. Apreciaba mi cuerpo cansado y lo único que pude hacer fue quitar los tacones y caminar descalza hacía el interior de la casa.

Una de las chicas del servicio se acercó para asegurarse que de me encontrara bien pero la ignoré, ignoré a todo tipo de cosas que decía porque lo único que quería era ver a mi hijo, necesitaba ver su preciosa carita, debía ver que todo estaba bien. Caminé con dificultad por la escalera de la casa sintiendo mi cuerpo pesado, pero no me detuve, seguía dejando caer lágrimas por mis ojos, y seguía sin entender el porqué.

Al llegar a la parte superior solté un suspiro limpiando las lágrimas que caían por mis mejillas. Dejé los tacones a un lado porque sentía que se me hacían pesados en mi mano, recogí mi cabello en una coleta siento un calor amenazar mi cuerpo,  caminé lento yendo por el pasillo hasta la puerta de Mase la cual estaba abierta. El cuerpo de mi hijo me hizo sentir tranquila, me hizo dar cuenta que todo lo que habia estado sintiendo durante la mañana se esfumó en el momento en que vi ese redondo rostro.

Me acerqué a él viendo que estaba dormido sobre el colchón de su cuna y en silencio me devolví a hacía el pasillo. Trague saliva cuando cerré la puerta de su habitación y volví de regreso al pasillo, donde mi madre se encontraba viéndome en silencio.

— ¿Iana estas bien?

¿Cómo podía actuar de esa forma cuando me ha mentido todo éste tiempo? Porque si de algo estaba segura era que al llegar a la cárcel no me habia encontrado de pura coincidencia. Igor mismo me lo habia dicho en el momento que dijo »Ninguno de los dos jamás se apartó de tu lado « Supuse que ya lo sabía, dedujo que por esa razón me habia tratado con tanta familiaridad en la cárcel y sin pensarlo al verla solo lloré de impotencia.

— Me mentiste Irina. Acabas de joderlo todo.

Abrió sus labios intentando acercarse a mí. Retrocedía sintiendo que me faltaba el aliento y una presión que durante tanto tiempo hacia desaparecido volvía a mí.

— Entiendo porque actúas así pequeña pero déjame aclararte las cosas…

Sonreí liberando la presión que sentía por dentro.

— ¡Cierra la boca!

Exclamé furiosa caminando hacia la puerta de mi habitación.

— Iana no me hables así.

Comentó con lágrimas en sus ojos.

— Debiste pensarlo antes de mentirme junto a Igor.

Entre en la habitación dando un fuerte portazo mientras mi mente punzaba con fuerza. Comencé a llorar en silencio mientras caminaba hacia la cama, sin embargo la puerta ser abierta hizo que girara mi cuerpo con brusquedad. Mis ojos se conectaron con esos oscuros y fríos ojos conocidos para mí. Max me observó asustado y cuando se comenzaba acercar a mí negué soltando una sonrisas ahogada.

Mi cuerpo dolía y mi cabeza punzaba, todo se volvió borroso para mí. La presión en mi pecho y comenzaba a dolerme más de lo que yo pensaba, el aire comenzaba a faltarme y lo único que pude ver con claridad fue a Max a pocos pasos de mí.

— No puedo más…

Susurré antes de cerrar los ojos y desplomarme sobre el suelo con rapidez.

***
Capítulo un poco corto para mi gusto, pero algo es algo para no hacerlos perder con la historia.

Agradezco sus lecturas, en serio estoy totalmente agradecida ❤️
Se les quiere mucho, nos leemos en el próximo capítulo.

Más Que Amor ✔3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora