|21: "Sinceridad"|

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Iana Bennett.

— ¿Escuchas los gritos?

Preguntó mamá mientras entrabamos a la casa por la puerta de la cocina. Se escuchaban poco audibles pero se notaba que alguien estaba discutiendo.

— ¿Ustedes saben lo que está sucediendo?

Pregunté a la chica de limpieza que sostenía a Mase para darle de comer en su silla.

— La señorita Lucy y el señor Max están encerrados en el despacho, llevan discutiendo hace aproximadamente medía hora señora.

Fruncí mi ceño confundida observando a mi madre, ella se encogió de hombros tomando una manzana del bol de frutas.

— ¡Mase!

Exclamó suavemente la chica al ver que Mase dió un manotazo y lanzó la comida hacía su ropa, sonreí al ver la encía de mi bebé alzarse.

— Dejé el pañal en la habitación, iré a buscarlo.

Negué rápidamente al escuchar que los gritos cesaban.

— Yo iré por él.

— ¿Como cree señora? Ése es mi trabajo, no se preocupe yo...

La interrumpí sería.

— Iré a buscarlo.

Mi madre sonrió negando mientras se sentaba en la isla. La chica asintió para luego limpiar la comida que había caído en el suelo. Apresuré mis pasos hasta llegar a las escaleras y comenzar a subir rápido, al llegar a la planta de arriba la puerta del despacho se encontraba abierta, Max estaba recostado en la silla mirando el techo con detenimiento.

Está preocupado.

Sin embargo no entré a preguntarle que era lo que habia pasado, fuí directo a la habitación de Mase. Al entrar observé que todo estaba en su lugar, la cuna estaba tendida y la ropa en su armario también pero no encontraba el pañal, seguí buscando alrededor de unos cinco minutos más hasta que lo encontré. Caminé de regreso hacia la salida hasta encontrarme con el pasillo, cerré la puerta de la habitación y entonces me encontré con algo que pensé que no vería nunca.

Lucy iba saliendo de su habitación con la maleta en mano, la observé el silencio viendo como se acercaba hacía mí con una sonrisa y sus mejillas rojas.

— Ni creas que se quedará así Iana.

Reí.

— Mira Lucy ya véte, no quiero discutir contigo.

— Pero cuando Max era agresivo contigo si discutías para que te azotara contra el escritorio. Eres una idiota Iana.

Me giré con mi rostro totalmente serio.

— ¿Y a tí que mierda te importa? Desde que me conociste no paras de decirme mierdas... ¿Quieres provocarme? Te recomiendo que no lo hagas.

Volví a girar para no terminar haciendo una locura pero ella no lo quiso de esa manera.

— Te hacías la tonta y dejabas que Max te alzara la mano, dejabas que jugara contigo a su antojo y tú seguías detrás de él como una idiota. Te gustaba que te dominara y que cada que se molesta a te tratara como una mierda. Eres patética Iana Bennett, una mujer jamás está con el hombre que muchas veces a intentado golpearla y aún aquí aquí estás.

Más Que Amor ✔3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora